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Paternidad

Summary:

El ser padre primerizo y tener un hijo ¨mágico¨ lo hacía estar atento ante cualquier cambio que a pesar de ser normal, podría ser diferente en su hijo.

Notes:

El ser padre implica descubrir todo lo que corresponde a tu hijo, gustos, costumbres, lenguaje corporal, alergias, etc.

Noah me ayudo con la idea hace tiempo y quería escribir algo sobre ese Hc.

Work Text:

La construcción del pueblo estaba emprendiendo un buen rumbo, estaba ya completado las 3 fuentes con diversas esculturas sobre ellas, cada una había sido revisada por profesionales además de que los chamanes que existían en el lugar fueron quienes dieron la idea de construir las fuentes en esos lugares en específico, algo sobre el núcleo de magia o algo así.

Los edificios tampoco iban por mal camino, los más pequeños solo faltaba un poco de pintura mientras que los más grandes seguían en construcción. Los caminos ya estaban completos, con algunos puentes que les permitía pasar sobre los ríos que rodeaban el lugar.

 

Desde hace un tiempo, en los inicios de las construcciones, había descubierto que era el padre biológico de Axozer. La noticia fue muy repentina, aun así  lo "reconoció" como su hijo, podría ser muchas cosas pero no era capaz de ser tan cruel. Vivian en una cabaña muy simple mientras construían el pueblo, aunque había algo que le preocupaba.

Hay algunas cosas que si Axo los manipula durante mucho tiempo suelen deteriorarse, principalmente los objetos de metal, al ser alguien muy curioso a veces jugaba con algunas varillas de metal en los descansos de la construcción, muchas de ellas tomaban un color amarillento antes de empezar a oxidarse. Sin mencionar que algunas joyas que tenía siempre se manchaban, sin importar el material, si eran plateadas se manchaban de un negro mate manchando también la piel del mismo color, mientras que si es de un color dorado o cobrizo se deterioran dejando un color gris en las joyas y manchas verdes en la piel.

Sabía que podía ser algo normal, pero vamos, ni Axozer ni el eran ¨humanos¨ como para tomárselo a la ligera, además de que Axo tenía habilidades muy inusuales así que podría ser algo mucho más complicado.

Aunque no confiaba en la magia no iba a arriesgarse a poner en peligro a su hijo, intento convencer a los chamanes de ayudarlo pero ellos estaban muy ocupados haciendo dios sabe que y no querían saber de nadie.

 

Una ocurrencia había pasado por su mente y solamente había una persona que podía convencer para que los ayudase con esto.

Luzu se había quedado en una casa muy simple un poco alejado del pueblo en construcción, como un lobo solitario, siempre ha respetado  esa filosofía suya pero cuando tienes que viajar hasta tan lejos no es tan bonito que se diga. Por suerte el viaje se hizo un poco más corto ya que habían viajado en caballo, Axozer estaba sentado enfrente suyo para poder vigilar cada uno de sus movimientos.

El viaje fue relativamente tranquilo, ya eran las 4:30 de la tarde en cuanto bajó del caballo para tocar la puerta de la casa de Luzu quien los recibió con esa energía alegre tan característica de él.

Se acomodaron en la sala de estar mientras empezaban a contarse su día. Axo no se sentó, en cambio, fue en busca de Ibai, sabía que aun no era su turno de rotar en la construcción y realmente no le apetecía estar con los adultos ahora mismo, que mejor que ir con su “hermano”.

 

Mientras tanto, Luzu noto rápidamente la mueca de seriedad y angustia que intentaba ocultar el contrario por lo que se retuvo de hacer algún comentario extraño- ¿Es algo malo?-

-Eh?- lo tomo desapercibido la pegunta, al parecer no podía intentar ocultar nada- Pues eso es lo que quiero saber-

-¿cómo…?- susurro el castaño

- Necesito que me ayudes en algo-

Luzu no podía descifrar la mirada de Auron, no quería.

-¿Puedes revisar a Axo?- se quedó pensando un momento- Ya sabes, todo ese temita mágico.-

- Auron...-

Sé que dijiste que no ibas a usar magia de nuevo pero, es nuestro hijo y siento que algo malo le pasa- apuro a decir ante la cara de seriedad del contrario.-

Luzu miró directo a esos ojos marrones con un toque de ámbar en busca alguna respuesta, no estaba seguro de querer usar magia además sobre un niño que es su hijo. Estiró sus brazos hasta sujetar las manos del contrario sintiendo los temblores que recorrían su cuerpo.

- Solo será una revisión – mencionó rindiéndose ante la petición, no podía negarle nada.

El moreno se abalanzó sobre el rodeándolo con sus brazos, agradecía haber estado apoyado sobre un sillón y no una silla ya que podían haber caído fácilmente al piso.

Auron le explicó a Luzu el porqué de sus sospechas, mostrándole unas cuantas joyas que había guardado acompañado de algunas fotos.

Luzu preparo un lugar sobre el cual se iba a realizar la revisión, necesitaba que Axo estuviera recostado para no tener ningún problema. Una suave tela cubría el lugar además que había una almohada para que fuera más cómodo.

Esperaba que la revisión no resultara invasiva para la magia de Axo, Auron llamo a Axo mientras Luzu preparaba los últimos detalles. Un oso de más o menos 90 cm de alto seguía a Axozer con curiosidad.

Le pidió a Axo que volviera a su forma normal a lo que el niño acató la orden y seguido subió al lugar preparado, el oso se ubicó a un lado para observar que estaba pasando. El castaño rebuscó en una librería una pequeña y alargada caja de la cual sacó una barita hecha de madera con unos detalles rojos en la superficie, depósito la caja en el mismo lugar dirigiendo sus pasos hacia la mesa, el chico no entendía nada.

-Si te molesta o te duele me avisas- el chico bicolor asintió mientras sentía la mano de oso colocarse delicadamente sobre la suya.

 

Con movimientos suaves movió la varita por todo el cuerpo del chico, primero por las extremidades, seguido de la cabeza y por último el tronco.

- Físicamente está bien de salud - su mirada se dirigió hacia el moreno viendo cómo este relajaba un poco su tensado cuerpo. Regresando su mirada y colocó la mano abierta con el dedo medio pegado al pecho con los demás alzados dando pequeños golpes con la parte inferior de su varita sobre la unión de los falanges superior y medio alrededor del pecho de Axo. El moreno miró curioso como el castaño había cambiado la conocida manera de hacer percusiones de los doctores para acoplarla a la magia.

 

Encontró el núcleo de magia justo en el centro del pecho unos centímetros más abajo de las clavículas. Aparto su mano y con la punta de la varita dio dos golpecitos en ese punto logrando que una pequeña muestra de la magia de Axozer empezara a sobresalir.

Detuvo sus movimientos un momento para asegurarse de que todo estuviera bajo control.

Suspiro para relajar sus músculos, de repente sintiendo unos brazos rodeando su cintura desde atrás, no se dio cuenta de en qué momento Auron se había acercado. La cabeza del más bajo estaba en la unión de su cabeza y su cuello; retomó el movimiento de su mano lentamente hacia arriba siempre prestando atención a los gestos del menor.

 

Axo abrió los ojos en cuanto dejó de sentir aquella pequeña incomodidad fijándose en el orbe que yacía a unos 10 cm de su pecho, supo reconocer su magia.

Los ojos del pequeño oso se fijaron en lo que tenía delante no siendo los únicos, y con razón.

Aquella orbe de color blanco y negro que como agua y aceite no se mezclaban a pesar del leve movimiento de rotación que tenía, acompañado de un aro de gas celeste iguales a los que solía tener en su cola y cuernos, tenía una similitud a Saturno haciéndolo muy vistoso.

Luzu frunció el ceño fijando su mirar ante la pequeña mancha gris que se hallaba en la superficie, aquella mancha no parecía despegarse pero tampoco se esparcía, seguramente provenía de una maldición.

La orbe flotó en su lugar mientras con la punta de la delimitaba con cuidado la mancha prestando suma atención a todos los detalles por más mínimos que sean, detrás del trazo se percibía una leve línea roja que se intentaba mimetizarse.

En cuanto cerró el perímetro completo volvió a colocar la magia en su lugar con cuidado, dando pequeños golpecitos al final para no dejar ninguna brecha.

Axozer bajó de un salto de la mesa en cuanto Luzu le respondió con un leve asentimiento a su pregunta de si podía ir a jugar con el oso.

Ambos salieron por la puerta trasera llevando consigo un cartón de jugo cada uno, se escucharon las risas de ambos por lo que el castaño sabía que Ibai ya había vuelto a su forma humana.

 

Posó una de sus manos sobre las que rodeaban su cintura y la otra acariciaba la cabeza del menor después de haber posado la varita con cuidado sobre la mesa.

Desde que se dio cuenta de la mancha había notado el ligero temblor en el cuerpo contrario sin mencionar que este escondió su mirar en su cuello, sabía que aquella mancha no daba buena espina, por ahora solo podía intentar calmarlo y tranquilizarlo - no hay nada de qué preocuparse Auroncito- susurro tranquilo- la delimitación que coloque no dejará que la mancha avance- balanceaba su cuerpo de un lado a otro levemente.

Se giró para quedar frente a frente retomando el balanceo de sus cuerpos, con sus manos sujeto el rostro del contrario dando pequeñas caricias antes de acercarse y depositar un pequeño beso sobre su nariz.

Una pequeña risita brotó de los labios de ambos- me quedo más tranquilo sabiendo que todo está bajo control-

 

Era cuestión de tiempo para que descubrieran que hacía aquella maldición, por el momento se mantendría controlado mientras la magia que la delimita no desaparezca.