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Corría desesperadamente, solo había un pensamiento en su mente y era…
Correr, correr tan lejos como sus piernas fueran capases de llevarla.
El cielo estaba oscuro, la lluvia golpeaba su piel al igual que el frio que calaba sus huesos, pero todo el dolor físico no era nada a comparación del dolor en su corazón. Un corazón roto en mil pedazos, hecho añicos y pisoteado hasta que ya no quede nada de él.
Hasta hace unas horas su vida continuaba con tranquilidad y felicidad.
……………………
Era un día soleado, radiante como ninguno otro, los ánimos empezaron de la mejor manera posible. Era un buen día para todo el pueblo de Encanto, sus habitantes y la tan célebre familia Madrigal.
Ya había pasado casi cinco años desde el incidente donde casita es casi destruida.
Mirabel a sus veinte años, se veía radiante y llena de vida, era una de las bellas flores que adornaba el pequeño pero feliz pueblo de Encanto.
Los años habían sido gentiles con todos en el pueblo y aún más gentiles con la familia Madrigal, Dolores y Mariano ya se habían casado y tenía dos hijos de cuatro y dos años despectivamente.
Aunque la aun matriarca desearía tener más bisnietos corriendo por casita y alegrando los días que le quedaban.
……………………
Mirabel se sentía que nada pudiera arruinar la paz y tranquilidad que todos habían estado viviendo, aunque… su corazón tenía un pesar. Desde hace algún tiempo su corazón le ha estado perteneciendo a un amor imposible y condenado. Lo sabía muy bien… pero no podía hacer entender a su terco corazón de lo incorrecto de sus sentimientos.
Bruno…
La persona por la que su corazón latía con pasión ¿Cómo paso?, ¿Por qué paso?... ella misma no lo sabía y no estaba segura. Comenzó como un cariño meramente familiar, ya que Bruno era alguien muy bueno y frágil incluso desde que volvió a vivir con la familia y fue ella quien le ayudó adaptarse al cambio y su vida fuera de sus paredes, fue durante ese tiempo que se dio cuenta lo muy parecidos que eran y así empezaron a llevarse cada vez mejor… tal vez ese fue el inicio de lo que broto en su corazón. Fue demasiado tarde cuando se dio cuenta de lo que sentía por SU TIO Bruno, pero… no podía simplemente ir confesar sus sentimientos. Pensó que el tiempo la aria madurar y así calmar sus sentimientos, pero no paso y de hecho sentía que cada día amaba más a Bruno. Y es él era… alguien increíble, la hacía reír y siempre estaba ara ella cuando más lo necesitaba, siempre la escuchaba, aconsejaba e incluso la calmaba cunado ella se molestaba con alguna tontería, ni que decir del tiempo que compartían y cuando ella le ayudaba con sus ratonovelas sus días solo mejoraban.
Ambos se habían envuelto en una rutina que disfrutaban sinceramente y sabía que a Bruno disfrutaba de su tiempo con ella. A veces pensaba que si le decía lo que sentía por él, Bruno no la rechazaría, se sentía como una tonta optimista al pensar en esa posibilidad tan irreal y de esa manera pasaron los años.
Creía que pasaría el resto de su vida de esa forma, ocultando sus sentimientos y solo disfrutando de los pocos momentos de felicidad que pasaba con Bruno y que con el paso del tiempo sentía que eran insuficientes… tal vez solo se estaba volviendo egoísta y acaparadora de Bruno, los constantes preguntas de sus familia y la abuela de ¿cuándo Bruno traería a una buena chica a casa? le hacían sentir miedo, miedo de que algún día Bruno conocerá a alguien y la dejara de lado, intentaba acallar esos gritos de sus corazón y se decía que eso sería lo más normal, que Bruno merecía conocía una mujer que lo amara con sinceridad y que le diera todo lo que ella no pudiera darle; hijos, una familia y amor. A veces bruno solo decía que era demasiado viejo para pensar en hacer su propia familia o conocer a alguien y que estaba contento como era su vida ahora, ella se sentía aliviada al escucharlo decir eso pero también se sentía horriblemente culpable por sentirse aliviada.
……………………
Ese día tan perfecto su tonto corazón ya no pudo detener sus desbordantes sentimientos ocultos por tanto tiempo y por fin… por fin encontró el valor o la estupidez de confesar sus sentimientos a la persona que amaba.
¡Fue tan estúpida!
¡Tan crédula!
¿Acaso realmente creía que tenía alguna posibilidad de ser correspondida de alguna manera?
No… no había posibilidad alguna de que algo tan bueno pasara.
Lo había arruinado todo, absolutamente todo.
Había arruinado su vida perfecta, sus días felices con Bruno no volverían nunca.
En su mente cual tortura se repetía la escena que le rompió el corazón en mil pedazos.
Ella y Bruno iban de regreso a casita, llevando algunas telas e hilos para que ella haga un nuevo conjunto de ropa para todos en casa, sentía que sus dedos cosquillaban y su mente burbujeaba con las nuevas ideas para la ropa que aria. Bruno como siempre se ofreció a acompañarla de regreso a casita mientras todos estaban demasiado ocupados con sus cosas, dejaron las cosas en el cuarto de Mirabel, bruno se había ofrecido a ir por algo para beber para ambos a la cocina pero… antes de que Bruno saliera de su habitación ella lo detuvo y agarro su mano para que no se fuera.
Bruno se giró inmediatamente pensando que ella se sentía mal o algo.
Ella no pudo contener se más y simplemente se le dijo – Durante mucho… mucho tiempo ¡te he estado amado! – tenía el corazón latiendo fuertemente y su estaba segura que su cara estaba más roja que un tomate maduro.
Sintió como Bruno quito bruscamente su mano de entre las suyas y como el daba pasos hacia atrás alejándose de ella, la cara de horror que puso él le dejo muy en claro lo que pensaba sobre su declaración pero lo que le dijo definitivamente la destrozó.
– Mirabel… ¡oh, por dios! Eso no es… eso no es correcto… es… es… aberrante, ¡somos familia!. ¡Mirabel, olvidemos todo esto!, nada de esto paso… hagamos como si esto nunca hubiera pasado nada.
Bruno ni siquiera le dejo decir nada más y huyo de ella.
Aberrante….
El amor que sentía por él era…
Esa palabra se repetía, una y otra vez en su cabeza.
Las lágrimas se deslizaban como coscadas por sus mejillas y el dolor de su corazón era abrumador.
Sabía que era un sentimiento prohibido, algo que no debía ser pero… pero aun así… aun así ella…
¿Qué esperaba?
¿Un final feliz?...
Que tonta e ilusa fue.
Salió de casita, solo quería estar sola… solo quería estar sola y lejos de la causa del dolor de su corazón.
Bruno… tonto y afortunado, escondido en su habitación se quedó llorando silenciosamente por un amor perdido.
Sabía lo que sus palabras causarían en ella… lo sabía tan bien pero aun así, debió hacerlo ya que lo hacía por la familia. No quería pensar en que pasaría que su hermana Julieta y su madre se enteran, no quería sentirse como un traidor, como un paria… por eso, por eso tuvo que destrozar el corazón de Mirabel y junto con el de ella el suyo.
La amaba, la amaba no como familia sino como un hombre amaría a una mujer.
Pero… había un lazo de sangre irrompible que los unía. En el momento que se dio cuenta de sus sentimientos por ella se juró a si mismo nunca decírselo y solo disfrutar de su tiempo juntos, no podía ser codiciosa y desear más.
Lo de ellos era algo imposible.
Incluso si ella también sentía lo mismo que él.
Oh, Mirabel, Mirabel su dulce Mirabel… tuvo que usar todo de sí para no mostrar sus verdaderos sentimientos cuando Mirabel se le declaro.
Huyo tan rápido como pudo de ella para que ella no viera las lágrimas que se deslizaban de su rostro.
Se consolaba a si mismo diciéndose que era “por el bien de la familia”
Los días siguientes fueron completamente tranquilos para los habitantes de Encanto, aunque lago curioso había pasado, dos de los miembros más unidos de la familia Madrigal empezaron a distanciarse, hubo muchas preguntas respecto a este suceso pero ambos solo daban respuestas vagas, inclusos en un intento de solucionar lo que sea que estuviera pasado entre Mirabel y Bruno cada integrante de la familia Madrigal hablo con ellos pero nada funciono.
Al final nadie pudo ayudar y la distancia entre Bruno y Mirabel solo creció.
………………
El tiempo fluyo…
Bruno conoció a una linda chica y empezó un cortejo, para la felicidad de los miembros de la familia Madrigal que lo alentaban y ayudaban en cuanto pudiesen esperando que una próxima boba fuera celebrada.
Por otro lado a Mirabel constantemente le preguntaban ¿cuándo traería algún chico a casa?, ella solo podía reír nerviosa y poner algunas escusas.
Pero pese a las sonrisas en las caras y actitud positiva ninguno de ellos era felices…
………………….
Pasa algo curioso en encanto… un extraño llego, aunque la palabra llegar no sería la más adecuada para describirlo. El extraño fue encontrado en los límites de encanto por Mirabel quien a duras penas pudo llevar al mal herido hombre a casita y posterior mente curada con la madre de ella.
El extraño al inicio encontró todo muy raro, lo que era muy normal considerando que fuera de Encanto la magia no era algo que estuviera presente en la vida de las personas como o era el caso de la familia Madrigal.
Ya que Mirabel fue quien la salvo se encargó de ayudarlo a comprender como funcionaba la viada en el tan singular pueblo, aunque en un inicio algunos de las familia no lo veían bien ya que era un desconocido aun no confiaban en él, sin embargo las protestas no duraron mucho ya que por intervención de la abuela Alma quien creyó conveniente que Mirabel tratara con ese joven.
En tanto… Bruno, solo podía contener los celos y los sentimientos negativos que surgían en él. Sentía como su corazón y todo el empezaba a agrietarse.
…………………….
Por alguna razón que nadie comprendió la relación amorosa de Bruno termino abruptamente.
Por otro lado Mirabel se veía un poco mejor cada día, parecía que lentamente volvía ser la misma de antes.
Nuevamente las esperanzas de todos se volvieron entre los que pudiera surgir entre Maribel y el extranjero.
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Un día aquel hombre que por asares de la vida había llegado a Encanto simplemente se fue, desapareció sin decir nada, sin dejar una carta o algo.
Fue un golpe duro para muchos… ya que consideraban que ese hombre seria el siguiente integrante de la familia Madrigal, además que en el tiempo que sé que do se ganó la confianza de muchas personas.
Pero a partir de ese suceso tan amago, Bruno se acercó a Mirabel intentado consolarla. Parecía que la relación entre ellos dos mejoraría con el tiempo, eso alegro a los Madrigal ya que la familia volvería estar unida como antes.
……………………………
Un día mientras Mirabel ayudaba a su mamá y Bruno en la cocina en la cocina, se desmayó. El incidente causo la preocupación de los mayores, bruno la llevo a su habitación mientras Julieta fue a indicarle a su esposo que fuera al pueblo por el doctor ya que Mirabel no despertaba. Bruno se negó a apartarse de su lado hasta saber que pasaba con ella.
El sujeto su mano con delicadeza esperando que despertara, que lo que sea que le pasara no fuera tan grave y que pronto volviera a verla sonriendo. Rogaba desesperadamente a dios porque su amada estuviera bien.
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Parecía que lo único que podía obtener de la vida al intentar hacer lo correcto solo era dolor y sufrimiento. Se sintió aliviado cuando el doctor les dijo que Mirabel no tenía nada grave, que estaría bien con cuidado y reposo, claro… que siempre y cuando ni ella ni el bebe pasaran por situaciones estresantes.
Sintió que su mundo se derrumbaba como nunca antes lo había hecho en su vida.
Mirabel… su dulce Mirabel tendría un hijo.
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Cuando se supo, fue un escándalo. Había quienes tenían lastima de mirabel ya que sabían quien era el padre, otros la condenaban por haber confiado en un extranjero y por haberse embarazado antes del matrimonio.
Lo peor de todo tal vez fue que algunos de los miembros de la familia estaban enfadados con Mirabel.
Pero… Bruno, él se quedó a lado de su Mirabel de forma incondicional y la defendía de cualquiera aunque el dolor solo crecía en él. A veces culpaba así mismo pro toda la situación, si no le hubiera roto el corazón ella no habría confiado en el extranjero, si él no le hubiera roto el corazón y la hubiera aceptado él la hubiera cuidado y ambos serian felices.
“Si, como no…”
Pensar en un futuro donde ellos se amaban libremente solo podía ser parte de sus sueños, después de todo era el único lugar donde era realmente libre.
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Creyó que en algún punto la relación que tenía con Mirabel volvería ser como la antes, lo desea… los días en el que ellos dos eran tan unidos y confiaban el uno en el otro. Pero… eso no paso.
Después de que el hijo de Mirabel nació, ella… ya no tenía tiempo para él.
Sentía que lo único que recibía de la dueña de su corazón eran migajas… migajas que el gustoso y felices acepto.
…………………..
Fue algo triste y fatal para él saber que ya nunca más ocuparía el corazón de Mirabel. Y cual la llama de una vele a punto de extinguirse, sentía que su vida se le escapaba. Ya casi no sala de su habitación y gran parte del día se la pasaba solo durmiendo y sonando, perdido en los fanáticos mundos donde él y Mirabel eran felices. Ya todo había perdido sentido para él, nada lo animaba, pese a que todos lo intentaron, hasta sus ratones y casita misma… pero, él ya había perdido la voluntad de seguir soportando ese dolor.
Perdió a la única mujer que amo… ante un oponente que jamás podría superar. Después de todo, el amor de madre supera cualquier otro tipo de amor.
…………………………
Un día Julieta, su querida hermana como siempre le trajo algo de comer, intentando hacerle sentir mejor.
Y no tuvo mejor idea que contarle como su adorable nieto con su ternura se estaba ganando el amor de toda la familia, como Mirabel había recuperado su alegría y ánimo, lo radiante y tan llena de vida que se veía estos días.
Bruno sentía como cada palabra solo hería, saber que ella simplemente se alejaba de él.
“Es tú culpa” se recriminaba.
¿Por qué?... lo único que el quería era que su familia no pasara una mala situación por sus deseos egoístas, por eso los puso como prioridad. Entonces porque debía ser el único que sufría, porque era al único que le dolía todo, ¿por qué?... debió pensar en él, en ellos y solo tomar a Mirabel e irse tan lejos como pudieran e iniciar una nueva vida y dejar esa familia que en los había marginado a ambos… era cierto, ¿porque volvió a pensar tanto en el bienestar de otro y se olvidó de su felicidad?
No era justo…
No es justo…
– No es justo…
Julieta detuvo su monologo cuando escucho a su hermano decir algo, esperanzada que él al fin diera muestras de recuperación.
– No es justo… no es justo que todos ustedes sean felices cuando yo no puedo – al fin liberaba algo de lo que tenía atrapado en sus pecho, gruesas lagrimas empezaban a deslizarse por sus mejillas pero su voz se mantenía firme y sin emociones – Desde el precio… nada fue justo para mí, no fue justo que todos me temieran por mi don cuando a ustedes dos las amaban por los suyos, no fue justo que yo tuviera que dar un paso al frente para proteger a Mirabel cuando ustedes como padres solo permitieran que ella la pasara mal mientras crecía… y después de todo lo que di por esta familia no es justo que yo no pueda ser un poco feliz y una vez más… tenga que darlo todo POR LA FAMILIA… YO… YO… ¿Por qué debo ser el único que debo hacerlo?
– Brunito… – ella intento sonar lo más maternal posible, era la primera vez que su hermano se desahogaba, y si admitía que tenía razón en las cosas que dijo pero no entendía por qué decía que la felicidad se le negaba.
Su garganta dolía y su voz se quebraba – yo… amo a Mirabel.
Julieta se levantó de su lugar casi de un brinco y se apartó de su hermano horrorizada con las palabras que escucho de él, ni siquiera era capaz de formular una pregunta.
– La amo… pero nunca me sobre pase con ella, es mi todo, mi mundo y solo intente protegerla por eso intente alejarla lo más que pude de mí. Para que la familia no se viera afectada, lo hice por mamá, por ti Julieta… yo… no quería que sufrieran, no quería ser la causa de problemas… pero… al final, no importa lo que haga por ustedes, nada ya que sigo siendo la oveja negra de esta familia…
Julieta… debía contarle lo que pasaba a alguien… debía proteger a su hija.
– ¿iras a contarle a mamá?... en realidad no me importa, tal vez sea lo mejor que mamá se entere de todo que me echen de casita… será mejor solo morir en algún hueco oscuro que vivir esta agonía…
Ella salió de la habitación... el corazón agitado… sin poder creer aun de lo que su hermano le había contado. Amaba a su hermano… sentía mucha culpa por haberlo podido proteger y también estaba agradecida con él por haber protegido a Mirabel. No quería perder a su hermano pero tampoco podía simplemente aceptar que SU HERMANO amara a SU HIJA, pensando en este punto… la pregunta de que si Mirabel sentía algo por Bruno se hizo presente, sacudió la cabeza, no quería pensar en esa posible respuesta. Se debatía en ir con mamá y contarle todo y… hacer algo por su hermano.
………………………….
Bruno aun tirado en la cama esperaba que en cualquier momento Agustín y el resto de la familia entraran a su habitación para golpearlo y echarlo a patadas de casita entre maldiciones y demás… no los culparía de eso, se lo merecía.
Sus ratas intentaron levantarlo de la cama pero no pudieron, intentaron que comiera algo de lo que su hermana le trajo en la tarde pero no sentía hambre, de repente la puesta de su habitación se abrió lentamente, él serró los ojos esperando lo inevitable.
Pero en vez de eso una dulce voz lo llamo.
– Bruno…
Él rápidamente abrió los ojos y vio a su dulce Mirabel con una bandeja de comida – Mira…
Ella solo le sonrió, dejo la bandeja en la mesita de noche, se acercó a él y sentándose sobre la cama acaricio su cabeza.
– Mamá no pudo venir así que vine yo… me dijo que me asegura que comieras.
– Mirabel.
– Tío Bruno… todos estamos muy preocupados por ti, aunque no sabemos cómo ayudarte o lo que paso para que estés tan mal, todos queremos que salgas de tu habitación y vuelvas con nosotros.
Con la poca fuerza que aun tenia, se sentó sobre la cama y se aferró a Mirabel en un abrazo mientras lloraba, ella solo correspondió el abrazo dejando que él se desahogara.
Para Mateo Madrigal de ocho años la vida fue siempre muy buena, tenía una madre morosa y si bien no tenía un padre como tal, tenía una gran y variopinta familia que lo amaban mucho. Y demás… no es que no tuviese un papá, de hecho tenía uno… y ese era, papá Bruno la persona que más amaba después de su mamá.
Era el hijo de la matriarca Mirabel y tenía un don muy curioso podía ver los sentimientos de las personas con colores alrededor de ellos, y al hablar con ellos de los que sea que los aquejaran las personas se sentían bien y aliviados.
Muchos decían que era un don muy útil y fantástico.
Ser capaz de ayudar a las personas lo hacía muy feliz.
Cada día se sentía feliz de haber nacido como un Madrigal.
Papá Bruno había estado con él desde siempre, y aunque al inicio le tuvieron que explicar que bruno no era su papá de verdad a él no le importaba. Tal vez si no le hubiera pedido a su mamá y papá Bruno un hermanito todos en casa se hubieran esforzado tanto en explicarle que su padre de verdad simplemente se había ido, lloro pero… tenia al mejor papá del mundo.
Había algo curios, y es que… papá Bruno debajo de amor, cariño y todos los sentimientos positivos hacia ellos tenía algo oscuro, él sabía que lo que significaba era odio… había intentado que papá Bruno se liberar de ese sentimiento pero no pudo, luego su mamá le explico que su papá había pasado por demasiadas cosas e sus juventud y que algunas cosas eran difíciles de superar.
Pero él tenía la esperanza que en algún momento, en el futuro pudiera liberar a su papá de ese sentimiento.