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El reloj marcaba las 3 de la mañana, cuando un par de ojos chocolate se abrieron con lentitud. Su respiración era lenta y apenas podía sentir su corazón bombear, no estaba enfermo del corazón o de sus pulmones, simplemente su cuerpo ya estaba muy cansado, agotado con los huesos desgastados y delgados. Él había cuidado de su enfermedad lo mejor que pudo, se cuidó de fracturas los últimos 5 años y también no dejó de tomar sus medicamentos. Sin embargo, eventualmente ya no podía levantarse solo o ya no podía sostener su cuerpo.
Con dificultad se estiró y arrastró una caja de madera que su familia había ocultado ahí hace un tiempo, creyendo que no lo encontraría, la tomó y la subió a su regazo. Entonces comenzó a leer cartas, eran de sus guardianes, palabras que quería guardarlas para siempre, eran un alivio a su corazón cansado.
Como el hombre puntual que siempre solía ser, su padre entró a su habitación alrededor de las 4 am, exactamente después de haber leído el mensaje de toda su familia, entonces sintiendo que todavía no deberia dar su último suspiro sin antes ver a su padre, lo miró paciente mientras entraba a su habitación.
Reborn entró silenció por su puerta sin azotar, se acercó para sentarse a la orilla de la cama y poder recargar por última vez la cabeza de su hijo sobre su pecho. Entonces también noto el lento latir y la respiración lenta, sin poder practicar la tranquilidad del momento, sintiendo que el miedo lo come, se vio obligado a soltar un suspiro tembloroso.
—Oye papá— comenzó dulcemente su hijo, agradecido por no comentar nada al respecto de su obvio estado de ánimo—Quería agradecerte por sacarme de ahí
—Lo haría siempre y lo sabés— relamió sus labios, acarició el cabello seco y ya no tan sedoso del niño, tratando de encontrar algo sólido a lo que aferrarse.
—Gracias por adoptarme y también a Riri. Lamento dejarte con ella, lamento irme antes. Lo siento, lo siento ...
—No,no, está bien hijo, no tienes porqué disculparte— respondió a toda prisa, percibiendo su angustia —No hiciste nada malo, estaré bien, estaremos bien— afirmó su abrazo— Ririchiyo también estará bien. Te alcanzaré en cuándo ella ya no me necesite.
—¿No vas a estar triste?
—Tal vez, pero sabes que, fuiste lo más preciado que he tenido en esta vida de ser un asesino. Al contrario estoy feliz porque sé que hice un buen trabajo cuidándote
—Qué engreído— resopló divertido, lo que alejó las últimas lágrimas— Oye, ¿Te cuento algo?
—Dime
—Desde el momento en que llegaste, siempre te llame Papá en mi cabeza y creo que fue la mejor decisión que he tomado, porque fuiste el mejor
—Que astuto
◜❁◝
«Oye, Tsunayoshi, gracias por hacernos sentir bienvenidos como una familia normal, porque siempre fuiste tu y tu forma de ser que nos ayudaba pensar en nosotros como familia y no solo como tus Guardianes.
Gracias porque vivimos una vida feliz, divertida y llena de acontecimientos inesperados, porque pudimos lograr terminar una carrera y encontrar algo más que solo la mafia.
Gracias porque siempre fuiste tu, porque no cambiaste a pesar de tantos miedos y secretos que tenías, porque nos confiaste cada uno de ellos.
Creo que el que hayas confiado en mí, fue lo que me hizo ser distinto, gracias por haber hablado conmigo sobre tu miedo a los ponis.
Gracias por permitirme casarme con Nagi y hacer de toda la boda, un hermoso recuerdo.
Vamos a extrañarte, vamos a llorar mucho por tí, pero vamos a tratar de ayudar a Riri a continuar el mismo objetivo que tenías para Vongola.
Gracias por vivir tu vida con nosotros, por compartirla.» Mukuro y Chrome
«Para Tsuna, mi amigo antes que un jefe.
No soy bueno con las palabras, sabes que me gusta expresarme más hablando, pero creo que esta ocasión no puede suceder así.
Sé, sabemos que vas a adelantarte, nos desconsuela mucho la idea, me siento perdido y lo estaré cuando ya no estes mas aqui.
Estos años fueron maravillosos y divertidos, porque eras tú quien los hizo divertidos, fuiste siempre tú el centro de todos y aunque pareciera que te apoyaste en nosotros para contarnos tus secretos, yo me llegué a sentir apoyado por ti solo porque estabas presente.
Gracias por haberme permitido continuar jugando baseball, si, parece que fue idea de Reborn, pero puedo estar seguro que también tú lo querías así. Gracias por apoyar mis sueños.
Y así como lo hiciste conmigo y con los demás, trataré de continuar apoyando los tuyos, cuando tu ya no estés, seré la Lluvia para Riri, para mantener ese sueño que tenías para Vongola. La protegeré, también a los demás, porque somos una familia ¿Verdad?» Yamamoto Takeshi
«Ser serio y mantener la formalidad es parte de mi, se que me conoce jefe, así que lo siento si no puedo llegar a expresar lo suficiente lo mucho que me hará falta.
Huía de mi hermana y de un padre no tan presente, quería convertirme en alguien que necesitaran y que pudieran usar, pero te encontre a ti, un niño con problemas de confianza, dudas, inseguridades; que sin embargo estaba también ansioso por formar parte de algo, entonces a pesar de todo lo que eres, décimo, a pesar de todo lo que has tenido que soportar, siempre has sido un digno jefe para mi.
Sus miedos no fueron un impedimento para reconocerlo.
Gracias por permitirme ser su Tormenta, servirle y acompañarle tantos años. Le prometo que no le fallare a Ririchiyo, que mantendré las cosas en orden tanto como pueda.
Gracias por dejarme formar parte de una nueva familia, por hacerme sentir bienvenido» Gokudera Hayato
«Si me preguntarán nuevamente si soy capaz de dejar a Kyoko en Japón para seguirte, sin duda, volvería a elegir seguirte.
Mi hermana significa mucho para mi, si, pero tu eres y fuiste todavía más importante, porque en ti vi tanto dolor y percibí lo mucho que te costaba asimilar la idea de la Mafia.
Siempre fui bueno leyendo a Kyoko así que contigo no fue un desafío. Fuiste un joven lleno de sueños, pero también estabas con temores, de modo que me sentí con la necesidad de permanecer a tu lado para apoyarte a ser alguien que aportará a tus sueños y proyectos.
Fuiste un segundo hermano menor para mi. Gracias por confiar también en mí para llevar a la mafia por un caminó distinto.
Gracias por hacer de mi juventud divertida y extrema a pesar de todo.
Vamos a extrañarte, pero no te preocupes,no dejaremos de cuidar de Riri y te alcanzaremos pronto.» Ryohei Sasawaga
«En ningún otro lado había tenido la necesidad de sentirme bienvenido, porque me era indiferente. Prefería ser respetado y temido, que todos a mi alrededor se alejaran y escucharan mis exigencias, y cada una de ellas debía cumplirse. Más allá de eso, no tenía una idea clara de lo que deseaba hacer después de salir de Naminori.
Creía que podía hacer algo por el lugar en el que había crecido, porque después de todo era el lugar donde me sentía más familiarizado.
Entonces comenzaste a involucrar casi a la escuela entera en las batallas de la mafia y temía qué todo lo que pensaba era mi deber proteger, se desmoronaba. No tenía nada más que eso. Así que me involucré, por eso y por ti, porque debía de ver hasta donde llegaba todo esto.
Una Naminori destruida por la mafia pasó a ser de segundo plano, cuando la seguridad del chico más problemático del instituto se vio amenazada. Pronto no se trató de la mafia, ni de llamas de voluntad, ni de anillos. Se trataba de un joven lleno de secretos que lo hacían sentir inseguro y temeroso, un estudiante lleno de traumas que eran más serios que una simple pelea con otra escuela.
Lo que necesitas saber es que tu no me inspiraste lástima o compasión, mostraste fortaleza y valentía a pesar de todo. Eras todo lo contrario a lo que sería una persona luego de sufrir tanto.
Cambiaste tantas cosas y entre ellas mi perspectiva de la vida, de pronto ya no era quedarme en Namimori y ser indiferente de las cosas, porque ya me había involucrado contigo y con los demás ruidosos herviboros. No hubiera sido íntegro si no te seguía a Italia para luego verte transformar la mafia con tus propias manos, para confiar lo suficiente en mi y los demás y contarnos sobre todo lo que te hace ser tú.
Eres alguien digno al que tuve el honor de seguir. Gracias porque incluso estudié algo que jamás me creí capaz: veterinaria. Fue una normalidad inesperada, lo cual disfruté mucho esa etapa a pesar de lo acostumbrado que estaba a los constantes conflictos de la mafia.
Gracias a ti, en esta familia que me incluiste, encontré la compañía inesperada.
Que Ryohei jamás se entere de esto.
Cuidaremos tus pasos y seguiré apoyando aquí, aunque tu ya no estés. Extrañare a la persona que más me hacía sentir bienvenida.
Ten un buen descanso, Tsunayoshi D' Arcobaleno » Hibari Kyoya
«Si Reborn no lee esto, entonces podré ser honesto al respecto, porque Tsuna nii quiero que sepas que voy a llorar demasiado tu ida. Porque has sido una presencia tan importante en mi vida, desde mi niñez hasta mi juventud.
Se que me habían dicho que no podía poner cosas tan tristes en estas cartas, no queremos que te vayas angustiado y triste por nosotros, pero ya que siempre fuiste sincero, yo quiero serlo.
Quiero que sepas que significaste mucho para mi, fuiste alentador y cariñoso aunque de niño era un desastre que todos querían evitar.
Gracias por no rendirte conmigo como guardián y familia, por alentarme a continuar estudiando algo que me guste y porque las charlas contigo eran agradables. Riri siempre fue muy buena conmigo, dile que lo siento si no fui honesto con ella y la aprecio tanto como tu.
No quiero ponerme más triste antes de tu partida, asi que solo me queda decirte que te quiero y gracias por tanto años esforzarte por mi»
Lambo Bovino
«No creo que puedas comprender lo que tu pérdida traerá a mi vida. No se siente ni cerca de lo que sentí cuando perdí ante Checkerface hace muchos años y recibí la maldición de los Arcobalenos. Gracias por liberarme.
Creo que no sabes lo orgulloso que he estado de ti, desde incluso antes de vencer a los Varia y luchar por esos anillos, y no, no voy a arrepentirme de arrastrarte a la mafia, porque creo que era tu destino.
La familia que creaste, no es solo eso, creaste un refugió lleno de confianza de cariño, esta familia no tiene precedentes, creeme, ni siquiera Primo tuvo tal conexión con sus guardianes. Definitivamente me llenas de orgullo.
Gracias por permitirme ser tu padre, por escogerme a pesar de lo rudo que fui, que fue para tu bien. ¿Lo hice increíble verdad? Admítelo.
Pero vaya, me dejaste responsabilidades ¿Que te crees dame Tsuna? Una hermana menor, dios mío, cuando te vi llegar con ella me asuste incluso cuando ya habías aclarado que era tu hermana tuve la tentación de preguntar ¿Que dia falle en mantenerte vigilado?
Quiero que sepas, que a pesar de todo, tus miedos, tus defectos, tus luchas; a pesar de eso eres mi orgullo, no de Nana, no de Iemitsu. Solo mi orgullo y espero se te quede bien grabado, que siempre te considere mi hijo. Aunque les tendré que estar un poco agradecido porque si ese par de malnacidos no se hubieran conocido, yo no te hubiera conocido.
Eres y fuiste un excelente estudiante, hijo y jefe. Lograste lo que nadie logró, desde que tomaste la decisión de confiarle a tus guardianes tus mayores secretos, su conexión ya se había hecho irrepetible.
Lo hiciste bien, estoy felíz y si, lo admito, estaré llorando tu perdida, porque después de todo, un padre no debería ver morir a su hijo antes que él. Pero qué puedo hacer, no soy un médico milagroso y me niego a verte ser inmortal por un estupido regalo de Checkerface.
No te preocupes por tu familia, por Riri. Yo los cuidaré, cuidaré a la mocosa que dejaste a mi cargo y si, prometo no someterla a un entrenamiento tan infernal, porque que crees, ella dominó sus llamas más rápido que tú. Es talentosa, lo hará bien. No te preocupes tampoco por ella, está en buenas manos y le dejaste el camino preparado para continuar.
Descansa tranquilo, Tsunayoshi» Reborn
El espíritu había abandonado finalmente al cuerpo, era una mañana triste para la familia Vongola pues su cielo había muerto mientras dormía y ellos no tuvieron oportunidad de despedirse con palabras.
Aunque el cofre de cartas estaba a un lado de su almohada y significaba que él había leído sus cartas, eso no se llevaba su tristeza del todo además de la envidia que le tenían al padre de haberse levantado en la madrugada cuando Tsuna todavía tenía aliento.
—Miren ¿No hay algo entre las manos de Tsunayoshi?— señaló Ryohei, a pesar de las lágrimas nublando su vista.
—Una última carta eh…
Entonces Reborn tomó la carta y comenzó a leerla en voz alta.
«Para todos mis guardianes llorones:
Cierren sus ojos y enciendan sus llamas ¿Que pueden ver ahi? ¿Qué sienten?...»
Se interrumpió así mismo para ver que los guardianes obedecieran las últimas extrañas órdenes de su jefe. Ellos por supuesto encendieron sus llamas tenuemente entre sus manos, incluido Lambo aunque no paraba de moquear.
Al principio todo se sentía normal, sus flamas estaban inquietas por la pérdida del Cielo, se movían inestablemente, hasta que fueron más profundo dentro de su ser, buscando algo tratando de sentir algo. Entonces ahí estaba, una llama diferente a la suya, una pequeña flama anaranjada ondulando entre las suyas, se dieron cuenta que era un pequeño pedazo de su cielo, de Tsuna.
Los gritos ahogados de más uno, desconcertó a Reborn, así que decidió continuar leyendo.
«…Como ustedes piensan, es una pequeña parte de mi que dejo con ustedes. Se que no estarán solos y tienen ahora a Riri como su Cielo, pero si todavía piensan en mí y se sienten solos, sepan que no lo están, que siempre estaré ahí junto a ustedes.
Nadie me enseñó a partir partes de mi llamas, yo estuve practicando hace un tiempo así que ¡Sorpresa! Ese fue mi último secreto para ustedes.
Gracias por sus palabras, créanme que me hicieron muy felíz y quiero que sepan que no me voy con dolor ni con arrepentimientos.
Gracias por ser pacientes conmigo y escucharme siempre que podían.
Los estaré esperando para hacer más pijamadas ¿Habrá pijamadas en el más allá?
Y Riri, creo que deberías saber, si miras dentro tuyo, que tienes a tus elementos unidos a tus llamas de Cielo. Ha sido un poco lento el proceso pero todos te admiran y así como yo creen en que eres y serás una excelente líder. No dudes de tí.
Y si lo haces, papá te hará entender de alguna manera.
A todos los extrañare y me extrañaran, pero no será por mucho tiempo» Tsunayoshi D'Arcobaleno
◜❁◝
Una suave luz interrumpe la continua oscuridad en la que estaba sumergido, vagando silenciosamente sin tener conciencia de que él estaba ahí solo.
Hasta que ese punto de luz se hace cada vez más grande, entonces ya no siente que flota si no que hay algo suave debajo de él, se siente como pasto y sobre él, un árbol proyecta una sombra. No tiene idea de dónde ha venido todo eso, pero no se preocupa por eso, solo lo deja ser.
Una especie de suspiro se le escapa mientras se hunde más en el cómodo jardín y es entonces cuando nota la presencia acostada a su lado.
—Hola, Tsuna
—Giotto nii, ha sido un tiempo— le sonríe, regresando a mirar el cielo recién formado
—Pero mira en el hombre en que te has convertido, y pensar que te conocí siendo un niño
—Eso no cuenta, fue con ayuda de la bazuca
—Arruinas la ilusión que me hace...
Oye hiciste un buen trabajo ahí afuera
—¿Tú crees?
—No lo creo. Lo sé, trabajaste muy duro con esa familia tan buena que formaste. Ellos estarán bien con tu padre y con Riri al mando. Ella es buena
—Deberias decirselo en persona
—Claro que lo haré, muy pronto.
—Yo todavía tengo dudas
—¿De qué hablas? Hiciste bien, creaste un mundo seguro para tu hermana, para los niños, un lugar pacífico y Riri solo tiene que seguir tus pasos y las cosas irán bien
—Bueno, si tu lo crees entonces está bien— rió suavemente, deshaciéndose de la tensión en sus hombros
—Ya, ahora descansa. Lo mereces, a tus guardianes les queda todavía una larga vida, tendrás que esperarlos
—Si, si. Lo sé— mira una última vez al joven rubio a su lado— Crees poder decirle a papá que lo estare esperando
—Por supuesto
—Gracias.
◜❁◝
Los años evidentemente han avanzado, la habitación del moreno sigue como siempre, aunque en lugar de mantener el cuarto encerrado en la oscuridad las cortinas siempre permanecen abiertas incluso si es de noche.
Sus pertenencias, las que eran más pequeñas, fueron movidas al almacén compartido, el lugar que todos frecuentan de vez en cuando porque no solo eran cosas importantes de su ex jefe si no también de ellos mismos de su pasado.
Ririchiyo entonces había vuelto ahí, buscando algo, sin embargo lo olvido en el momento que encontró las cartas de sus guardianes a su hermano. Nunca se había dado la tarea de leerlas, aunque siempre tuvo esa sensación consigo de que podía leerlas y su hermano hubiera querido que lo hiciera.
Así que eso hizo, se las llevó a su oficina, la misma que ocupó su hermano en su momento. Ahí, entre los estantes de libros, estaba la foto de Tsunayoshi en su juventud junto a todas las demás familias y amigos.
Delante de ella, en la misma pared donde está la entrada, del lado derecho está un retrató de Tsunayoshi y del izquierdo un retrato de Giotto. Riri no va a mentir, se sentía un poco observada.
Al sentarse y dejar la caja de madera cuidadosamente guardada, saca la llave que cuelga de su collar y abre la caja para finalmente leer lo que tanto ha ignorado.
Cuando el día ya casi ha terminado, Reborn se encuentra con ella en la cocina sola, pensando todavía en el contenido de las cartas y sobre todo la que escribió su padre. Así que cuando lo ve y él se sienta junto a ella, no duda en preguntar.
—Oye papá, ¿Quienes eran Iemitsu y Nana?— la muchacha de 33 años se sentó junto a su padre, mientras llevaba el baúl de cartas en su regazo.
Nunca había tenido curiosidad por estas personas, incluso cuando años antes escuchó que mencionaban sus nombres. Sin embargo ahora, que se había dado la oportunidad de leer las cartas que le dio cada uno a su hermano antes de partir, no sabia porque, pero quería saber sobre ellos, que había sido de ellos.
—Hmm ¿Recuerdas cuando de pequeña le temías a los monstruos debajo de tu cama?—comentó el hombre de fedora encima de ahora sus cabellos blancos
—Si, tenía miedo—admitió con vergüenza — Pero al final se que no existen
—No lo hacen. Pero estas personas eran como los monstruos debajo de la cama de tu hermano y lamentablemente existían
—¿Fueron quienes le causaron mucho daño a mi hermano?
—Si, lo hicieron — dijo con tristeza — Déjame contarte brevemente la historia. Entonces primero, Nana era...