Chapter Text
Buenos Aires, cuatro años después
Una taberna, a solas.
"Giros/ Existe cielo y un estado de coma /Cambia el entorno de persona en persona /Giros/Dar media vuelta y ver que pasa allá afuera /No todo el mundo tiene primaveras"
-Otro doble, señora- le dicen en español a una mujer vestida de chaqueta de cuero. Uñas borgoña.
-Gracias. Por cierto. Me gusta la canción. ¿De quién es?
-Fito Páez, una de nuestras estrellas, señora.
Suena el bandoneón.
"Flaco ¿Donde estás? /Estoy imaginándome otro lugar /Estoy juntando información /Estoy queriendo ser otro (otro tipo, loco) /Mi necesidad se va modificando con las demás /Así mi luna llega a vos, así yo llego a tu luna"
-¿Cómo te llamas, guapo?
-Joaquín, señora.
Ella saca un arma, que enfunda. El chico, de ojos azules, la mira aterrorizado.
-Lárgate, Joaquín. No te preocupes, no pasará nada.
Tacones. Un cigarrillo. Labios rojos. Una sonrisa desdeñosa.
-No entiendo cómo osas en venir aquí y mostrarte así. De verdad quieres morir- le dijo la mujer de las uñas borgoña, dando una bocanada a su cigarrillo. Un bufido.
"Giros /Todo da vueltas como una gran pelota /Todo da vueltas casi ni se nota"
-¿Tú creías que nuestro final había sido el final? Ni por equivocación. Juré que jamás te dejaría en paz por lo que hiciste.
Otra bocanada. Uñas borgoña. Jack Daniels.
-Para buscarme hasta aquí y tratar de joderme luego de todos estos años, es porque tienes que decirme algo muy importante, maldita. Habla.
Una sonrisa malvada. Ella pasa su teléfono.
-Sí, ¿y qué? Descubren infiltrados todos los días. Lástima por los Laughton, o como se llamen- leyó.
-Estúpida perra vieja. Mira hacia abajo.
Joanna Laughton. Y una niña con el cabello rubio- pelirrojo. En una terraza. Parece Nueva York. Posan juntas en una fiesta infantil.
-¿Quién mierdas son? No me importa, en verdad.
-Ah, creí que querrías conocer a tu nieta. - respondió la otra mujer, maligna y socarronamente.
Silencio. El vaso de whisky. Vacío. El teléfono. Inmóvil.
-No la vas a matar. - dijo la mujer, con voz quebrada. - No a ella.
-Qué lindo que ahora sí quieras saber de tu hija. Es una lástima , para tí, claro, que ahora se pueda dejar joder por adelantado.
-Joaquín, cariño, escóndete que esto se pondrá feo- le ordenó la mujer. El chico se escondió bajo la barra. Un golpe , otro. La mesa se rompe. Luego los vidrios. Un grito de una mujer. Luego de la otra. Se rompe un cuadro y luego otro estruendo. Luego otro grito. Golpes. Repetidos.
-¡No! ¡No huyas! ¡Puta! ¡Maldita sea!
Los tacones. Se alejan. Joaquín sale asustado. El bar destrozado y la mujer, pelirroja y de rizos cortos, ya mayor, de grandes ojos oscuros, está herida, y furiosa. Tiene un cuchillo, que se saca, para horror del camarero.
-¿Llamo a la policía? ¡Por la puta!- maldice, asustado.
La mujer se levanta trabajosamente.
-Tú no te preocupes por mí. Recoge mi billetera y mis cosas, cariño. Maldición- dijo, frustrada.
-"Zina Liudmila Zharashkova Besugova"
Ella asiente, cauterizando su herida, rompiendo su camiseta.
-No le digas a nadie mi nombre o te pasará algo peor que lo que me han hecho- lo amenazó con el cuchillo, para curar su herida. Lo hizo burdamente.
-Sí señora...
-Saca los dólares de mi cartera, muchacho. Y di que te robaron.
-¡Pero no me van a creer una puta cosa!- dijo este, aterrado.
Esta suspiró. Cuando llegó la policía, el joven seguía gritando, con el cuchillo clavado sobre su uniforme y una huella de una mano ensangrentada sobre su cara.
Al menos le había dos palmaditas al irse.