Actions

Work Header

Rating:
Archive Warning:
Category:
Fandom:
Relationship:
Characters:
Additional Tags:
Language:
Español
Stats:
Published:
2021-11-20
Words:
3,378
Chapters:
1/1
Comments:
5
Kudos:
92
Bookmarks:
8
Hits:
935

Los altos estándares de Cho Sang-woo

Summary:

Cuestionando la naturaleza de su material masturbatorio más reciente, Cho Sang-woo ya no puede negar su orientación sexual.

AU donde Gi-Hun tiene una cuenta de onlyfans y Sang-woo paga por ver su contenido.
SanGihun

Notes:

Cuando lo comencé a escribir estaba en plan oh si, esto va a ser una carta de amor al sangihun y ahora que lo termine estoy tipo inche carta de odio al fanfiction jajaja

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

Mientras estudiaba en la secundaria y la preparatoria, la excusa de que un noviazgo le restaría tiempo a sus valiosos estudios había sido suficiente, pero, una vez que se convirtió en un estudiante de universidad con un promedio impresionante que le permitía mantenerse entre los mejores del campus, tuvo que pensar en un mejor pretexto.

Haber establecido que sus estándares eran demasiado altos para las chicas con quien habían intentado emparejarlo fue suficiente, sobre todo para su madre, que veía en él al hijo perfecto, el orgullo de Ssangmun-dong, donde muy difícilmente encontraría a una mujer 'a su altura'. Sin embargo, con el pasar de los años, su madre se veía menos convencida con el cuento de sus 'altos estándares', dedicándole una mirada desaprobatoria cada vez que Sang-woo volvía a casa para las festividades sin ninguna acompañante.

Llegando a los treinta años, Sang-woo apenas y se atrevía a llamar a su madre, quien aprovechaba hasta la más mínima oportunidad para decirle que llevaba mucho tiempo esperando nietos, que el reloj seguía corriendo, ella seguía haciéndose más vieja y que no podría descansar en paz hasta que viera que Sang-woo se encontraba felizmente casado con una buena mujer.

―Tú tampoco te estás haciendo más joven.

―Lo sé, mamá.

―Entre más tiempo dejes pasar, más difícil te será encontrar una buena esposa.

―Lo sé.

―No me digas que planeas ser uno de esos hombres solitarios que deciden no casarse, yo no te crie de esa manera-

―No, mamá.

―Serás mucho más feliz una vez que estés casado-

―Lo siento mama, estoy muy ocupado con asuntos del trabajo, te llamaré otro día ―colgó el teléfono de inmediato para no de darle oportunidad de contestar, sabiendo que eso le costaría un buen sermón sobre el respeto la próxima vez que hablara con ella.

Luego de unos minutos, su celular vibró un par de veces, anunciando la llegada de mensajes nuevos. Soltó un suspiro lleno de pesar luego de dar un vistazo rápido a la barra de notificaciones; su madre no era la única persona que le presionaba con el tema de encontrar pareja, sus compañeros de trabajo se habían tomado la libertad de incluirlo en un grupo de chat con algunas mujeres, intentando emparejarlo con alguna de ellas.

En su deseo de no volver a recibir llamadas o mensajes juzgándole por su soltería, tuvo que resistir el impulso de arrojar el celular por la ventana, sabiendo que había mejores maneras de sentirse desconectado de la realidad, tales como… Sacudió la cabeza, esa nueva fijación suya se estaba convirtiendo más bien en una adicción.

Adicción a la que no pudo evitar volver una vez que se encontraba en cama, con todos sus pendientes del día terminados, un reloj de pared que no dejaba de hacer tic tac, unos ojos que se rehusaban a cerrarse para dormir y una erección prominente que se negaba a disminuir sin ser atendida.

Existía el mito de que, como consecuencia de masturbarte demasiado, podías quedar ciego. Por su parte, el desearía que el daño colateral fuese la perdida de la audición, así ya no tendría que escuchar los regaños y sermones de su madre.

Sin importar cuanto se esforzara, al final del día la carne resultaba débil. No pudo resistir la tentación y tomó su celular para entrar a ese sitio web que frecuentaba más de lo que le gustaría admitir, incluso el navegador completó su búsqueda al introducir unas cuantas palabras. Una de sus manos se encargó de deslizarse a través de las fotografías recientes de la única cuenta que seguía, mientras que la otra deambulaba impaciente sobre su entrepierna, esperando por la elección del mejor material masturbatorio para esa noche. Su atención fue captada por la presencia de un nuevo video, que mostraba un cuerpo recostado sobre la cama, con un conjunto de lencería blanco y la mano del hombre siguiendo lentamente la línea de su propio cuerpo mientras la cámara subía hasta detenerse en los pezones.

Usando ese video en combinación con más contenido de la cuenta, Sang-woo masajeo con lentitud su miembro hasta que la persecución de su orgasmo le llevó a movimientos erráticos y desesperados. Una vez atendida su erección, se encargó de limpiar con unas toallitas húmedas que ya guardaba cerca de la cama debido a su reciente uso tan frecuente.  

Visitar el onlyfans de un hombre que sube fotos de su cuerpo, la mayor parte del tiempo con un conjunto de lencería, fue el primer paso para aceptar que la heterosexualidad no era precisamente su orientación.

Aunque la primera etapa fue la negación.

No es que sea homosexual, esa lencería le hace ver como mujer y me siento atraído hacia el concepto femenino, es todo.

Claro, el bulto en los pantis y la complexión musculosa daban un buen aire de feminidad, por supuesto.

También estuvieron las etapas de la ira y la depresión, enfocándose sobre todo en la preocupación por su estatus social; sus compañeros de trabajo e incluso su jefe no le verían de la misma forma si llegaran a enterarse de su desviación. Ni que decir de su madre, que seguro se desmayaría al enterarse de que su hijo no se casaría y que ella jamás vería nietos.

Finalmente, la aceptación. 

Soy jodidamente gay.

Estoy pagando por ver fotos de un tipo en lencería y mis mejores orgasmos han sido gracias a sus audios que me permiten imaginar que me lo estoy follando, claro que soy gay.

En un ridículo esfuerzo por no alejarse del camino recto por el que su madre creía que el caminaba, incluso intento seguir cuentas de mujeres muy populares en el sitio. Fotos desde todos los ángulos y algunos videos, pero no sucedió nada. De no ser un hombre racional, se habría enojado con su pene por no erguirse ante la visión del atractivo femenino. 

No tenía caso seguir negándolo, ni siquiera era la primera vez que fantaseaba con el cuerpo de otro hombre, si retrocedia un poco y pensaba en la escuela media y su mejor amigo… No importaba, desde hace tiempo que Sang-woo hacia su mejor esfuerzo por no pensar en ello.

 

○◊○

 

Cuando su madre le cuestionó insistentemente por su próxima visita a casa, debió haber sospechado que se trataba de una trampa, una trampa para conseguirle pareja.

Al principio todo había parecido normal, Sang-woo le ayudó un poco con algunas compras y con el negocio, hasta que, caída la tarde, su madre sirvió cuatro platos en la mesa en lugar de dos. Llamaron a la puerta antes de que pudiera preguntarle por los visitantes, quienes resultaron ser una hermosa joven y su madre.

Por todos los cielos, que tan patético tienes que verte ante los ojos de tu madre para que ésta se sienta forzada a organizarte una ridícula cita a ciegas. Encima, con ambas progenitoras presentes.

Su madre presumió su carrera en SNU y habló sobre su posición en una buena empresa, mientras que la señora Kim también aprovechó cada oportunidad para destacar las virtudes de su hija, Kim Soo-hyun. Sus estudios, su belleza, su habilidad culinaria, su belleza, su inteligencia, su belleza y su docilidad.

Durante toda la comida, Sang-woo apenas y miró a la chica, quien, por el contrario, le miraba todo el tiempo con aire nervioso y tímido.

Una vez caída la noche, madre e hija se retiraron, ambas haciendo un mal trabajo para ocultar la decepción que sentían ante la frialdad del hijo predilecto, quien, fastidiado por los desastrosos eventos de la noche, decidió que lo mejor que podía hacer era salir a tomar un poco de aire fresco; que acompañó con un cigarrillo para sus nervios. El ambiente tranquilo que cubría al callejón vacío fue destruido por una voz bien conocida para él.

―¿Sang-woo? ¿Cho Sang-woo?, la estrella, ¡el orgullo de Ssangmun-dong! ―El dueño de aquella voz se acercaba y Sang-woo apenas pudo distinguir las facciones de su amigo bajo la tenue luz del deficiente alumbrado público.

―Seong ― fue lo único que dijo, mientras se debatía entre si apagar su cigarro o seguir fumando a pesar de que ya no podría disfrutarlo tanto como antes.

―Cuanta frialdad, ni siquiera mi madre me recibía así cuando llegaba a casa luego de apostar ―dijo con un puchero, acercándose a él y colocando una mano sobre su hombro ―. No contestas mis mensajes ni pasas a verme cuando vienes de visita, actúas como si ya no quisieras que fuéramos amigos.

Ciertamente, no se encontraba interesado en continuar con dicha amistad, por lo que el último par de años Sang-woo se había esforzado al máximo para crear distanciamiento entre él y su amigo de la infancia, incluso le pidió a su madre que no le comentara a la madre de Seong cuando él se encontrara en Ssangmun-dong. Todo eso desde que no tuvo otra opción más que aceptar su propia desviación del buen camino, pues el descubrimiento de aquel sitio web no solo clarificó el tema de su orientación sexual, sino también sus verdaderos sentimientos hacia Gi-Hun.

No era amistad lo que el buscaba en el otro hombre, sino algo que Gi-Hun no estaría dispuesto a darle.

Ante el silencio de su amigo, Gi-Hun retiró la mano de su hombro y procedió a caminar, haciendo señas a Sang-woo para que le siguiera. ―Vamos.

Dándose por vencido e inclinándose a seguir al otro como lo hizo por muchos años, apagó su cigarrillo con un pisotón en la acera ―¿A dónde?

―A mi restaurante, ya ha pasado la hora de cerrar, pero estoy dispuesto a dejarte entrar como un invitado especial para beber un poco y charlar.

Siendo afectado rápidamente por el aura carismática de Seong, Sang-woo no pudo evitar la formación de pequeña y sincera sonrisa en su rostro ―Me siento honrado ― Demasiado exhausto como para inventar alguna excusa, decidió seguirle, creyendo que el alcohol le ayudaría con la migraña que amenazaba con aparecer para molestarle toda la noche.

El interior del restaurante era mas impresivo que el exterior, sin embargo, sin duda lo que resultaba más impresionante del lugar, era el hecho de que Gi-Hun lo mantenía en pie; siendo que nunca fue el más responsable o el mas aplicado a las finanzas.

―Hyung, no busco ofenderte, pero no puedo evitar preguntarme cómo has conseguido mantener este lugar por tu cuenta.

―Que cruel Sang-woo, como mi mejor amigo, creí que tendrías más fe en mí que la que me tuvieron todos los escépticos de Ssangmun-dong.

―Todo lo contrario, como te conozco mejor, te tenía menos fe que cualquiera de ellos.

Gi-Hun le dio un golpe en el hombro ―. Como sea, el primer año fue difícil, pero logre mantenerlo con… un segundo negocio que tengo entre manos―. Sang-woo le dedicó una mirada de confusión, dado que Seong no era el tipo de persona misterioso que guarda secretos, todo lo contrario, siempre le gustaba hablar hasta por los codos, llegando a hablar con completos desconocidos acerca de su vida personal. Ante la penetrante mirada interrogativa de su amigo, Gi-Hun, sin lograr sostenerle la mirada al otro, desvió su atención hacia una pared y agregó ―Es un secreto, pero no es nada ilegal, lo prometo.

Dando por concluido aquel tema, Sang-woo se sentó en uno de los banquillos dispuestos frente a la barra que atravesaba la habitación, mientras que Gi-Hun sacaba una botella de Soju y algunas otras botellas de licores frutales. Luego se sentó junto a su amigo y comenzó a servirle.

―Por tradición y respeto a tus mayores, deberías servirme tú el licor, pero como se trata de una ocasión especial, gustoso le serviré al gran señor graduado de SNU ―bromeando, inclinó un poco la cabeza y Sang-woo solo rodo los ojos y comenzó a beber.

Bebieron hasta que se sintieron tan relajados como cuando eran dos jóvenes sin tantas preocupaciones. Con un par de copas encima y Gi-Hun a su lado, Sang-woo resultaba ser muy hablador y animado, una faceta que nadie más conocía.

Estirándose sin levantarse por completo, doblándose sobre el mostrador y alzando un poco su trasero, Gi-Hun intentaba alcanzar otra botella de Soju para seguir bebiendo. El esfuerzo provocó que su camisa se alzara un poco, dejando a la vista parte de su ropa interior. Sang-woo no pudo evitar ahogarse con su bebida, pues en lugar de encontrarse con unos aburridos bóxer, sus ojos se toparon con la visión de unos pantis de encaje color negro, que además, parecía ser el mismo modelo de ropa interior que su creador de contenido favorito había usado en una foto subida hace unas horas.

Ante el sonido de su amigo tosiendo frenéticamente, Gi-Hun dejó de intentar alcanzar la botella y volvió a sentarse en el banquillo, centrando su atención en Sang-woo, dándole palmadas suaves en la espalda y preparándose para hacer la maniobra de Heimlich en caso de que su amigo se estuviera ahogando a causa de un gran pedazo de maní atascado en su garganta.

Sin embargo, ninguna maniobra fue necesaria, Sang-woo volvió a respirar con normalidad sin ningún problema.

― ¿Te encuentras bien, ― Sang-woo asintió con la cabeza, pero Gi-Hun seguía consternado ― ¿qué rayos te sucedió?

Cho tenia dos posibilidades ante sí, la primera era fingir que no había visto nada fuera de lo común, no decirle nada a Seong y continuar su vida como si nada, salir con una chica, sentar cabeza y masturbarse por las noches con imágenes de su amor imposible. ¿La segunda opción? Arruinar su amistad de toda la vida con Gi-Hun por lo que estaba a punto de hacer.

Desinhibido gracias al alcohol recorriendo su cuerpo, Sang-woo se acercó al otro hombre, con una mano acarició su trasero por encima del pantalón y después la introdujo dentro hasta apretar un glúteo, apreciando la textura de la ropa interior. Al mismo tiempo acercó su rostro y le susurró al oído, ―Me gusta más cuando usas lencería de color blanco.

Por supuesto, Gi-Hun no pudo evitar dar un respingo a causa de la sorpresa. Ni siquiera podía decir con seguridad que le causaba mayor impresión, la mano de Sang-woo en su trasero, las palabras que le fueron susurradas o la sensación del aliento caliente en su oído. Lo que sí podía asegurar es que todo ello lo produjo placer. 

Al notar que Seong no lo empujaba ni le daba ningún indicio de que su atrevimiento le resultara desagradable, Sang-woo continuó, dándole a Gi-Hun el primero de lo que fue una serie apasionada de besos, correspondidos de forma apasionada por Gi-Hun. Levantándolo del banquillo, Cho lo llevó a una de las mesas cercanas, descansando sus manos sobre aquellas caderas mientras besaba con desesperación el cuello ajeno.

―Que malo eres Hyung ―decía con su respiración algo cortada―, creí que como mejores amigos no había secretos entre nosotros. ― Sang-woo le quitó el pantalón, dejándolo caer al suelo. Su atención fue atrapada de inmediato por la erección aprisionada en aquellos pantis de encaje color negro. La froto contra su propia erección, con lentitud mal intencionada, disfrutando como Gi-Hun movía un poco sus caderas hacia adelante para favorecer la fricción ―Pero nunca me contaste acerca de tu gusto por usar lencería, JJ.

Ante la mención de su seudónimo en aquel sitio web, a Seong ya no le quedaba la menor duda de que Sang-woo había descubierto su negocio de respaldo.

―¿Así es como mantienes tu negocio en pie cuando las ventas no son favorables? Subiendo fotos de tu culo, apenas cubierto con pequeñas piezas de encaje ―. Dio un apretón a su trasero, para después bajar con prisa la ropa interior hasta la mitad de sus muslos, rasgándola un poco en el proceso, por lo apretada que se encontraba la prenda y el descuido con el que la removió de su camino.

Para el momento en el que Sang-woo tenía sus dedos dentro del agujero de Gi-Hun, este recostó su espalda sobre la mesa, retorciéndose por el placer mientras gemía sin temor de que pudieran escucharlo por toda la cuadra.  

El menor se inclinó sobre su amante, volviendo a reclamar sus labios con agresividad en tanto que sus dedos se encargaban de buscar su próstata. Sabiendo que el miembro de Gi-Hun se encontraba atrapado entre el desastre de sus cuerpos, Sang-woo se movía hacia atrás y hacia adelante para estimularlo. Con la sensación de la superficie fría de la mesa contra su espalda, aquellos dedos atacando su próstata y su miembro apretado contra el abdomen de Sang-woo, Gi-Hun ya se sentía el límite.

―Sa- Sang-woo, no puedo má-

El aludido dejó de incentivar la fricción del miembro de Gi-Hun y la estimulación de su próstata, decidiendo pasar a la atención de sus propias necesidades. Cho retiró los mechones de cabello que se habían pegado a su frente debido al sudor y deposito un beso ahí ―. Aún no Hyung, no puedes correrte sin que yo esté en tu interior.

Retirando su pantalón y ropa interior del camino, Cho introdujo su miembro en el agujero de Gi-Hun, moviéndose con cuidado para no lastimarlo por la falta de lubricación. Ante la falta de sábanas por apretar, con manos temblorosas, Seong enterró sus uñas en la espalda ajena.

Sang-woo introdujo y retiró su pene cuidadosamente un par de veces hasta que el hombre mayor, impulsando su cuerpo hacia delante en busca de enterrase más en el miembro de Cho, entre gimoteos entrecortados prácticamente le exigió que lo hiciera con más fuerza y rapidez, ansiosos por alcanzar el orgasmo.

―Parece que tienes muchos secretos, como lo mucho que te gusta estar empalado en una verga mientras no puedes ni articular el nombre de la persona que te está follando ―. Y para enfatizar su punto, Sang-woo aumentó el impulso en sus caderas cuando Gi-Hun intentaba gemir su nombre.

Siempre había puesto la cara de su amor imposible sobre el cuerpo de aquel hombre misterioso con su cuenta de onlyfans, sin embargo, por más que lo había imaginado en vividos sueños eróticos, jamás creyó que todo resultaría ser realidad. Ciertamente la realidad supera la ficción, pensó brevemente al observar el cuerpo de Gi-Hun debajo del suyo, moviéndose armoniosamente con sus embestidas. Sus gemidos y las expresiones en su rostro al acercarse al orgasmo eran mucho más satisfactorias que todo lo que había imaginado jamás, desde la escuela media hasta ese día.

Gi-Hun no pudo contenerse más, terminando y cubriendo se semen parte de su abdomen y el de Sang-woo, en consecuencia, la satisfactoria presión en su agujero provocó que Sang-woo le siguiera unos segundos después.

―Me aplastas ―. Con respiración agitada, fue lo único que atinó a decir Gi-Hun una vez que su amante se desplomó sobre su persona.

Luego de recuperar el aliento, continuaron besándose como hombres desahuciados que al fin encontraban al alcance algo que siempre habían deseado. Si dejaron de tocarse en algún momento, fue solo para dirigirse a la parte superior del edificio, donde Seong tenía su vivienda. Allí, La parte superior del conjunto del encaje recibió aún menos consideración que los pantis, pues fue prácticamente desgarrada por el capricho y la desesperación de Sang-woo por estimular los pezones de Gi-Hun con mayor libertad.

 

A primera hora de la mañana, el reclamo no se hizo esperar.

―¡Sang-woo, maldito! ¡este conjunto me costó una fortuna!

―No te preocupes por ello, puedo comprarte cientos de conjuntos ― De hecho, Sang-woo ya había puesto manos a la obra, encargando varios conjuntos nuevos en tiendas costosas de internet mientras Gi-Hun dormía. La mayoría de color blanco, por supuesto.

Sin tener idea de lo que planeaba la sucia mente del graduado de SNU, Gi-Hun siguió quejándose ―Además, desinfectar aquella mesa no será suficiente, voy a tener que quemarla ―no se trataba solo de cuestiones de higienes, sino que no podría volver a ver aquel mueble sin recordar lo que había sucedido.

―No te molestes en reemplazar la mesa, voy a conseguirte un restaurante nuevo en Seúl.

―¡¿De qué demonios estás hablando?!

 

○◊○

 

Cuando la señora Cho notó en su hijo un comportamiento fuera de lo normal, llamó a su amiga por teléfono ―. Te lo aseguro, Sang-woo volvió a casa con una enorme sonrisa, claramente de enamoramiento, soy su madre y nunca le había visto así. Ha estado de buen humor toda la mañana, seguro ha estado pensando en Soo-hyun. Ya casi puedo escuchar las campanas de boda y ver a tu hija en un hermoso vestido blanco, de pie junto a mi Sang-woo.

Notes:

Por favor, recuerden mantener relaciones sexuales en estado de sobriedad para poder garantizar el consentimiento mutuo.

Imaginen al agente de FBI que vigila mi navegación por internet, viendo que puse en Google man with black lingerie panties (aunque bueno, he buscado cosas peores jajaja).
En fin, que SIMPático el Sang-woo.