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Language:
Español
Stats:
Published:
2021-10-04
Words:
625
Chapters:
1/1
Kudos:
4
Hits:
33

Ni siquiera las estrellas duran para siempre

Summary:

Ella negó con la cabeza. "Llevan aquí mucho, mucho tiempo," explicó. "Tanto que han sido olvidados"

"¿Por todos?" el pensamiento lo inquietó.

"Ser olvidado no es nada de que temer. Ni siquiera las estrellas duran para siempre. Eventualmente, todos los gatos se desvanecen y desaparecen. Se han ganado su paz ".

 

– Fading Echoes, Capitulo 16

Work Text:

Los últimos rayos de sol tiñen las nubes, llenandolas de luz. Estas surcan el cielo casi nocturno, acariciando el horizonte. Sobre ellas se alzan las estrellas.

 

Las más cercanas brillan con fuerza. Su resplandor apacible reboza de vida.

 

Las más lejanas son difíciles de ver. Poco a poco, se sumergen en el vacío. Algunas de ellas dejarán de brillar antes del alba. Olvidadas, su destello se apaga lentamente.

 

 

Una estrella desvaneciente cierra sus ojos.

 

No es más que una figura incorpórea cuyo contorno se pierde entre las sombras. Sus patas de niebla reposan inmóviles sobre el agua. La luz agonizante del atardecer pasa a través de su pelaje.

 

Hace frío. Tanto frío.

 

Puede sentir la caricia glacial del vacío extendiéndose por su cuerpo con cada suspiro. Poco a poco sus extremidades se entumecen. El susurro de la brisa se vuelve inaudible.

 

Aguarda el momento en silencio, con anticipación.

 

 

Es extraño.

 

En un principio, la mayoría se encuentra tan inmersos en la felicidad del esperado reencuentro con familiares y amigos, que no le da importancia al asunto.

 

Pero el tiempo pasa y te das cuenta que la idea de un final definitivo es aterradora. Te convences a tí mismo de que aún falta demasiado. Te mantienes distraído para no pensar en la cuestión, o eres incapaz de aceptarlo y prefieres olvidar. Creés poder vivir en la mentira, convencido de que tu resplandor será eterno.

 

Pero llega el día en que todo cambia.

 

Empiezas a dejar de reconocer los rostros nuevos. Allí abajo, cada vez son menos los gatos que recuerdan tu nombre. Los clanes poco a poco se convierten en un grupo de desconocidos que no hacen más que discutir. Sus problemas dejan de importarte. Sus quejas, llantos y lamentos no hacen más que molestarte.

 

Son tan ruidosos.

 

Te alejas de ellos.

 

Y luego comienzas a a desvanecerte.

 

Lo peor no es ver cómo tú cuerpo lentamente pierde su consistencia, transformándose en niebla.

 

No, lo peor es cuando empiezas a desaparecer de sus mentes. Tus amigos dejan de reconocerte. Tus familiares no recuerdan quien eres.

 

Y antes de que te des cuenta, tú también los has olvidado. Sus rostros se vuelven borrosos, una memoria lejana.

 

No puedes soportarlo. Te alejas de todo.

 

Ahora estás solo.

 

Pierdes noción del tiempo. No sabes distinguir cuántas noches han transcurrido desde el último atardecer. Respiras, pero no estás completamente vivo.

 

Estás tan cansado. Solo deseas cerrar los ojos y no volver a despertar.

 

Pensar en el momento que has temido por tanto tiempo se vuelve reconfortante.

 

Porque regresar al vacío implica una situación neutral. Uno deja de existir y su conciencia se desvanece.

 

Ya nunca volverás a experimentar alegría, amor, placer o afecto. Pero tampoco sentirás tristeza, dolor o soledad. De cierta manera, es un estado de paz absoluta.

 

Y como un caminante sediento que ha deambulado por demasiado tiempo y no busca más que descansar, cuando el momento llega te entregas completamente.

 

 

Aquella estrella se ha entregado.

 

Ya casi nada queda de ella. El frío es demasiado. Le imipede moverse. Apenas puede pensar.

 

Desea abrir los ojos una última vez para contemplar el anochecer. Pero no tiene fuerzas y el cielo se encuentra lejos, demasiado lejos.

 

No importa, de todas maneras su decepción dura apenas unos segundos.

 

Todas las estrellas están destinadas a volver al vacío de dónde todo proviene.

 

Llegará el día en que no quede ninguna y mirar el firmamento será como contemplar un abismo infinito. Y quiénes observen el cielo nocturno pensaran que aquel abismo siempre ha estado allí, pues la sola noción de lo que es una estrella habrá sido olvidada.

 

Pero no hay que temer, aún falta mucho tiempo para la llegada de aquel día.

 

 

Está noche, una estrella menos brilla en el cielo.