Chapter Text
El resto de los días las charlas entre Zelda y Lilith no tenían fin, las dos bellas mujeres tenían más en común de lo que creían. Muy inesperadamente Zelda había encontrado apoyo en la compañía de Lilith. En el fondo de su maravillosa e intensa mente la acariciaban una y otra vez los más fogosos y enriquecidos recuerdos.
Aunque las cosas parecían estar mejorando en su vida, aún tenía un clavo llamado Blackwood.
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No había peor castigo que ser preso de su propia mente narcisista. Una mente desaprovechada. Habían pasado meses de su separación pero algo que no se calmaba era su obsesión. Estaba su prioridad que era su fortuna y sus propiedades que de ninguna manera pensaba perder. Por favor ¿Un empresario sociopata como él sin salirse con la suya? pero tambien tenia otra prioridad de cabello rojo. El hombre se negó a alejarse de Zelda. Tristemente la situación dejaba en claro que el dinero y el poder iban de la mano en la misma oración.
Una noche de primavera yacía en su sedán gris muy concentrado e introspectivo, sus ojos brillantes se encontraban mirando a un punto fijo, mientras que su respiración era regular. Repentinamente otro hombre se acercaba a la puerta de su auto con la misma tranquilidad, aunque le quitó la suya. Quitó el seguro, dejandolo así entrar.
“¿Pudiste obtener todo?" Preguntó Faustus sin vueltas.
"Déjame ir por partes" respondió el misterioso hombre.
Luego de acomodarse en el asiento dejó notar una carpeta que parecía tener mucha importancia para ambos.
"Bien Faustus, hablando sentimentalmente, no creo que te agrade lo que sigue"
"Sólo sigue" respondió.
"Bien, lo que obtuve fue que ella ya tiene una relación con alguien.."
"No obtuviste ninguna novedad entonces " respondió alterado.
"Si me dejaras terminar…" dijo el otro hombre.
Ambos quedaron en un incómodo y ansioso silencio.
"Gracias" dijo el sujeto misterioso y agregó "No tiene una relación con cualquier persona.. Como supongo.. ya conoces la secundaria Baxter High" dijo con sarcasmo "Ahora es profesora de literatura allí, pero eso no es todo…"
"Oh si a quién intentas nombrarme es a ese tonto Hawthorne… respondo que no es sorpresa.. cualquier estúpida mujer puede conseguir un trabajo con tan solo salir con ese ridículo director" respondió Blackwood.
"Oye Faustus no es el director lo que debería preocuparte.. ¿Aún no sumas 2 2?" Lo miró fijamente "Tu problema se apellida Wardwell"
"¿Qué?" Gritó Blackwood.
En ese mismo instante la cara del empresario se transformó como nunca antes, en su pálido rostro se vieron reflejados todos sus problemas y comenzó a frotarse su frente por la misma incomodidad. Sin embargo intentó disimular su malestar frente al investigador privado.
"No me sorprende que esas dos despechadas se hayan unido para quitarme mi fortuna pero ¿llevar toda esa farsa a ese nivel? ¡Patéticas!" Explicaba entre risas forzadas.
"Verás, nuestro equipo tuvo esa primera precaución, Blackwood nos pagas por cuidar tu fortuna y eso hacemos, pero desde que intervinimos en sus conversaciones y cuando ellas paseaban por Greendale, nunca mencionaron ni un centavo, de hecho el asunto tomó un camino muy intenso entre ambas"
Su narcisismo agrietaba lo poco que quedaba de su cerebro al escuchar cada detalle de esa nueva relación.
"Por lo que se ha visto, no tienen nada oficial pero se están conociendo y están pasando tiempo juntas" aclaró el detective.
"Eso es motivo suficiente" dijo Blackwood revuelto en su propia ira.
Ahora entendía por qué Lilith no respondía sus mensajes… y finalmente por qué Zelda esta vez continuó su vida sin él.
"Esas dos malditas perras" gritó con furia.
"Si me permites continuar, ambas comenzaron a mejorar su relación por el trabajo y por qué tenían una enemiga en común, ya sabe como son las mujeres para ese tipo de problemas, y luego esa relación ha ido escalando, ambas alimentaron ese estereotipo y ahora están saliendo" relató el hombre mientras sacó imágenes de su carpeta para mostrarle. Se las podía ver caminando, viajando en el mismo auto y en la última imagen con más detalles se veían besos
"Bien, no necesito más detalles, pero lo que se te ha olvidado es la propiedad que le obsequié hace unos años, tambien es parte de mi fortuna y aún estamos casados" gritó el hombre golpeando el volante.
"Faustus, ni lo mencioné por que sabes que esa propiedad, fue como dices, un obsequio y está a su nombre, no al tuyo, por lo tanto, no puedes reclamar nada, ya lo has hablado con tus abogados " dijo con algo de fastidio el investigador.
El silencio iracundo otra vez se adueñaba del momento.
"Blackwood sé que no me incumben tus asuntos pero como ya dije, estás fuera de peligro, a menos que tus problemas sólo sean sentimentales, en ese caso recomendaría unas buenas sesiones de terapia"
"Bien, ya envié tu cheque, lárgate ahora" dijo quitando el seguro del auto.
Una vez que se quedó solo, volvió a su monólogo interno pero esta vez se volvió más calculador.
Tenía un odio irracional dentro ¿Cómo se atrevían a rechazarlo? ¿Cómo su mujer se atrevió a terminar su relación? No iba a tolerarlo ¿Zelda no quería amarlo? Perfecto, entonces no amaría a nadie y no pondría fin al martirio.
"Bastarda desagradecida, después de todo lo que hice por tí, asi me lo pagas"
"Te odio Zelda Spellman y no tendrás opciones, si no eres mía no serás de nadie"
El auto arrancó sus motores y se marchó.
Esa misma noche Zelda volvía feliz a su casa luego de ver a Lilith.
Miró su teléfono y vio uno de los tantos mensajes que Faustus seguía enviando, pero esta vez tenía unos tintes diferentes.
" Faustus: ya supe todo lo que has estado haciendo en este tiempo sólo recuerda que no te librarás de mí tan fácilmente y que sabrás de mí en unos días cuando todo se desmorone"
Zelda leyó el mensaje e inmediatamente se preguntó si el sabía de su relación con Lilith y si era a ello a lo que se refería pero al final no quiso sumergir su cabeza en ese asunto, ellos ya estaban separados y ella debía rehacer su vida así que obvió una de las tantas amenazas y decidió seguir sin responder, esto era más a su favor. Dejó todo en manos de su abogada, sólo procedió a tomar una captura de pantalla para enviarla como prueba. Deseaba solucionar rápido el divorcio y no tener que ver más su cara.
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Al día siguiente Zelda se encontraba ocupada en su casa, organizaba sus siguientes clases, su vida era distinta a lo que solía ser pero a pesar de todo supo cómo integrarse.
Mientras preparaba la clase de ese día, entre su papeleo encontró una nota de Lilith que le había hecho hacía algunos días.
"Te espero en la biblioteca al mediodía" podía leerse.
Su rostro no pudo evitar dibujar una sonrisa de oreja a oreja. Sin darse cuenta, se situaba en aquel momento, se sentía plenamente refugiada en esa sucesión de deleitosas imágenes.
Zelda estaba a punto de entrar a su última clase antes del almuerzo cuando la conocida voz de Lilith la interrumpió antes de la entrada a su clase.
"Profesora Spellman necesito que haga esta tarea y por favor no quiero excusas" dijo de manera muy seria antes de dejar la nota en sus delicadas manos y darse la vuelta.
La pelirroja no llegó más que a leer la nota y entró a su clase. Se encontraba emocionada y curiosa por ver qué tenía planeado Lilith, sin embargo intentaba ser racional, se encontraba muy feliz pero también entendía que no era una adolescente y que hacía poco tiempo se conocían, entonces intentó tomar las cosas con calma, a diferencia de Lilith, quien demostraba lo contrario.
Al escuchar el timbre, dio por finalizada la hora. Llevó sus pertenencias a su oficina y no sin antes arreglarse y maquillarse, se dirigió a la biblioteca.
En su caminata hacia el lugar irradiaba su belleza de siempre, con la misma que cautivó a Lilith. Cuando llegó al lugar no encontraba a la otra mujer. Mientras tanto allí esperaba y buscaba entre los alumnos, era una linda biblioteca antigua de más de cuarenta años, aunque no tan grande, tenía una pizca de estilo Flourish and Blotts.
Repentinamente escuchó a sus espaldas.
"Oh dulce Zelda ¿A quién esperas?" Preguntó una voz conocida que no podía ser otra que la de su morena favorita.
"Oh ¿Tenías que hacer eso?" Preguntó con sarcasmo.
"¡Sabes que sí! Bien, acompáñame por favor" dijo la morena con mucha alegría.
La otra mujer la tomó de la mano y la llevó a un pequeño pasillo casi invisible que se encontraba al costado de una biblioteca, casi no podían pasar, de hecho tuvieron que pasar una tras la otra hasta que llegaron a una puerta que decía "Sólo personal autorizado" que inmediatamente fue abierta por una llave que la maestra sacó de su bolsillo. Una vez dentro pudieron ver la habitación con otras singulares y pequeñas bibliotecas y una ventana que daba a la calle, cubierta con delicadas cortinas color lila y un pequeño sillón color verde petróleo. Muy acogedor y tranquilo, tenía algunas similitudes con el living de la funeraria, se sentía casi como en casa.
"¿Te gusta?" Preguntaba con total entusiasmo Mary "Casi nadie sabe de la existencia de este lugar, aquí estoy en la mayoría de mis almuerzos, lejos de esas viejas amargadas y lejos de la insoportable voz de Jackson. Pensé que te gustaría más tranquilidad"
"Es maravilloso" respondió Zelda antes de tomar varios tomos que podían ser útiles para sus clases y para su tiempo de ocio.
Inevitablemente encontró una llamativa edición de El señor de los anillos y otros clásicos importantes, si por ella fuera, pasaría todo el día allí leyendo con su café acompañante.
"Conozco hace muchos años a la bibliotecaria y en muchas ocasiones venía a almorzar por qué necesitaba mi espacio y un poco de relax, ella era la única que comprendía todo lo que estaba pasando, así que un día mencionó este lugar" dijo la mujer recordando "Cuando tenía discusiones interminables con mi ex esposo y ese estúpido Hawthorne, con un pequeño embarazo de algunos meses de por medio, este era mi lugar de confort. De a poco empecé a decorarlo y traje algunas cosas importantes" agregó.
Sentía mucha conexión y confianza con Zelda como para abrirse a ella y mostrarle tal lugar. Había pasado uno de los momentos más tristes de su vida allí, y entre tantas emociones negativas encontró ayuda en su espacio junto a sus libros. Nadie pudo entenderla y ni se molestaron en intentarlo, sólo la criticaban y hacían comentarios sarcásticos. A pesar de que habían pasado años y de que tomó una personalidad más ruda, aún dolía como si fuese reciente.
Antes de que siguiera abriéndose, el rostro de Wardwell fue acariciado por las manos de porcelana de Zelda, quería dejarle en claro que podía seguir confiando en ella.
"Mi Adam crecía con mucho amor y fue lo único que me mantuvo de pie pero luego esa pequeña vida.. sufrió en carne propia y a temprana edad lo que es tener una absoluta mierda de padre. Y de un momento a otro murió dentro mío y no hice lo suficiente para impedirlo" dijo sollozando entre lágrimas.
"Oye oye, Lilith en serio lo siento mucho" dijo Zelda tomando a su amante entre sus brazos.
La pelirroja se acomodó en el gran sillón junto con Lilith y mientras besaba su cabeza en señal de apoyo. En ese triste momento, Zelda tuvo la inmediata necesidad de sentir su lindo tacto y de brindarle más calma. Sus dedos se arrastraron en su cabello oscuro
"Gracias por confiar en mí" dijo mientras sus manos acariciaban la espalda de Lilith.
La habitación de a poco se alejaba de la tensión y tomaba un clima de serenidad que ayudaba mucho a ambas mujeres. El toque de las manos de Zelda conseguía relajarla y darle la calma que no había tenido en años. Los pequeños dedos acariciaban delicadamente cada centímetro de su espalda, lo cuál hizo estremecer a la otra mujer.
En su mente aparecían muchas preguntas e intentaba comprender la situación.
"Lilith, si no te molesta ¿Puedo preguntar algo?" Preguntó Zelda.
"Zelda, por favor hazlo, quiero que me preguntes, eres una de las pocas personas en quién puedo confiar"
"Esto no es sencillo de preguntar pero ¿No intentaste hablar con la policía?"
"Cariño, no eres la única que tiene un ex esposo con poder y contactos y tan capaz de manipular a todo su alrededor" respondió Lilith.
"Desde ese día, nunca volví a pensar siquiera en amar a alguien pero no iba a dejar de divertirme. Tuve la suerte de conocer a muchos otros hombres y mujeres con quién lo he pasado bien…Manipulé a muchos idiotas para obtener lo que quería por que mi sentido de empatía con ese degradante género masculino ha terminado hace mucho. Sin embargo con el otro género todo fue distinto, tuve la oportunidad de poder explorar más a fondo mi sexualidad con muchas mujeres"
"Me alegro de que hayas podido rehacer tu vida " dijo Zelda mientras continuaba acariciándola cual bebé.
"Irónico" pensó Zelda y repentinamente sintió una punzada en su pecho. Si tan sólo lo habría sabido, jamás se hubiese atrevido a golpear a Lilith aquella noche en que se conocieron… antes de continuar tuvo la mera necesidad de decir algo más…
"Lo juro Lilith, ir a terapia me ha ayudado, y sé que no debo golpear a nadie pero si hubiese sabido algo de esto, nunca me hubiese atrevido a ponerte una mano encima"
"Zelda-" agregó Lilith mientras se levantaba "Creo que ya hablamos de esto" luego puso las manos en su hermoso rostro de porcelana y le dijo "Cariño, ambas sabemos que fuiste muy violenta y de no ser por que quise mantener mi cabeza lejos de los problemas, y tengo que decirlo, de no ser por tu belleza, te habría puesto una demanda hace mucho tiempo, pero has contrarrestado todo el daño estando presente durante estos meses y sé que eres más que eso Zelda Spellman"
"No mereces que te traten así Lilith, lo que estoy intentando decirte es que lamento haber sido una de las personas que te ha maltratado" dijo la pelirroja.
"Shh" Lilith interrumpió callando sus labios con su pequeño índice "¿Puedo mostrarte cómo me gustaría que me trates?"
Lilith cerró la pequeña distancia entre ambas con un beso. No quería nada más que sentir sus labios carnosos y su cuerpo más cerca que nunca. Ambas estaban en profundo éxtasis, Zelda se inclinaba hacia su cuello dejando unas pequeñas mordidas y al mismo tiempo sus manos se acomodaban en la cintura de la otra mujer tomándola como si encajaran perfectamente en aquel lugar. En ese momento ambas se daban cuenta de cuánto se necesitaban y del poder que tenía el toque de cada una. Era cómo estar en el mismísimo Edén. Zelda no ocultaba sus pequeños jadeos, bajaba sus manos hacia el regazo de la otra mujer. La euforia de sus hermosos y radiantes cuerpos se encendía, sus corazones no paraban de latir. Antes que pudiera reaccionar sintió las manos de Lilith bajar desde la cintura hacia las piernas, la profesora las marcaba con sus dedos, erizando la piel de porcelana de Zelda, quién tomó aire para volver a besarla, sin querer dejar su lóbulo…
Imparable y dominante, la morena decoraba toda su piel con su saliva y algunas mordidas, y no conforme con eso, hundió sus manos en los muslos de Zelda provocando así un gemido. Lilith levantó su vestido negro, con la única intención sucia que tenía, quitarle su ropa interior, algo a lo que Zelda no se negaría. Y ayudaba a bajar sus bragas hasta que Lilith las guardó en su bolso. A pesar de estar en un lugar oculto, sabían que alguien podría escucharlas y eso las excitaba aún más…
"Lilith-" gimió casi lagrimeando.
"Cariño, estaré dentro de tí, debes ser paciente o no habrá recompensa" le susurró al oido
En la parte más genuina del acto se podía ver a Lilith dejando sus hermosos labios marcados en los muslos de su amante. Sabía perfectamente cómo recompensarla Separaba sus piernas con lentitud, deslizando sus manos en ambos lados. El siguiente paso la hizo gritar y recordarle cuánto la extrañó. Besaba sus labios y repentinamente lamía la riqueza de su humedad…haciendola estremecerse. La cabeza de Zelda se fue hacia atrás, golpeando conta la pared, mientras que apoyó su mano en la cabeza de Lilith y la hundió en su coño.
"¿Ves lo que obtienes cuando eres una chica paciente?" Dijo Lilith antes de seguir lamiéndola.
"Por favor no te detengas" gritó Zelda.
" Oh Zelda"
Continuó lamiéndola unos minutos más y sabía que no faltaba mucho para que llegara a su clímax y no tenían mucho tiempo más, sin embargo Lilith no iba a dejar su trabajo por la mitad.
Fascinada por el rostro de la pelirroja en pleno acto de excitación, mordiendo sus labios y su incesante jadeo, la mujer acariciaba su entrada totalmente empapada, la tenía en sus manos y cuando Zelda miró fijamente a Lilith, la morena deslizó sus dedos dentro de ella… haciendo que se retuerza de placer como nunca antes…
Entraba y salía y la resbaladiza humedad la ayudaba.
"Wardwell no voy a aguantar mucho más" dijo entre gemidos que iban aumentando…
"Oh espero que dado el lugar en el que estamos no olvides tus modales ¿Debería dejarte terminar? ¿O debería torturarte?"
"Por favor Lilith hazme venir" rogó.
"Oh eso sonó mucho mejor Spellman"
Y luego se acercó a su oido a susurrarle las cosas más sucias que se puedan imaginar…
"Es bueno que sepas quién está cargo pero te arrepentirás de ser tan rebelde la próxima vez, no lo olvides, eres la perra de mami"
Lilith tomó su mentón y le dio un lindo beso que acalló un poco sus gritos mientras la otra mujer llegaba a su clímax… no pudo más, la pelirroja apoyó su frente en el hombro de la otra mujer mientras se corría en sus dedos.
Segundos después sentir una mano acariciando su cabello le dio una sensación de calma importante.
Minutos después se preparaban para volver, la mujer de cabello oscuro se acomodaba el vestido y se peinaba un poco, hasta que comenzó a sentir que dos manos envolvían su cintura. Esa sensación hacía que fuera más difícil volver a clases, podía estar todo el día así sin problemas. Antes que reaccionara, Zelda dio vuelta su rostro para plantarle un beso.
"Cariño, no nos queda mucho tiempo" dijo Lilith con una voz más delicada.
"Oh no, ahora es mi turno" le respondió la pelirroja casi susurrando al oido.
Besó el cuello de la morena y por su espalda tomó su cintura para acercarla contra el escritorio más cercano. Dio vuelta el cuerpo de Lilith, continuando con el desenfrenado beso, mientras sus manos la acercaban al borde del escritorio. Apretó los pezones de Lilith por encima de su vestido, no tardaron en aparecer los jadeos… Luego bajó el escote del vestido par dejar ver sus preciosos pezones. Tenían el tamaño perfecto y no tardó en inclinar su boca hacia ellos para volver a probarlos. Ni bien su saliva los mojó pudo sentir cuán deliciosos eran, el rostro de Lilith se encontraba perdido en el máximo goze y ella entre ambos pezones. Era una pena que ya casi terminara el descanso.
No tuvo que pedirle a Lilith que abriera sus piernas… pero sí le ordenó abrir la boca, enterrando sus dedos sin vueltas allí para bañarlos en saliva y acariciando su rostro en señal de admiración.
Corrió su ropa interior a un costado y sin vueltas pero con toda pasión sus dedos se enterraron en sus pliegues. Los ojos de Lilith se cerraron con total rapidez, deseaba estar en su casa y tener una maratón interminable de sexo con Zelda. Sin obligaciones y sin ser molestadas.
En medio de los gemidos de Wardwell, Zelda volvía a apreciarla deshecha y acariciaba su rostro, a diferencia de la primera vez que se conocieron, continuaba demostrándole que podía ser mejor que esa horrible primera impresión.
"Cariño- no sabes cuánto lo disfruto, te ruego que no pares" gritó Lilith.
"No lo haré, pero quiero que me mires a los ojos mientras te follo"
Lilith asintió completamente y los movimientos no cesaban, mientras Zelda tenía su mirada en ella, continuaban aumentando.
"Zelda- tienes unas manos hechas por los dioses"
Gritó Lilith mientras ayudaba a balancearse en los dedos para sentirla en su punto. El pulgar de la otra mujer se iba a su clítoris para estimularlo, no iba a darle descanso ni tendría piedad con esa descarada que era “su descarada favorita”. El maquillaje que Lilith acababa de poner en su rostro estaba corrido junto con la mezcla de sudor y la deliciosa saliva de la pelirroja.
“Oh, ya verás que no es lo único"
Inmediatamente quitó sus dedos, sintiendo el gemido de Lilith cuando se salió de ella… pero no por mucho … Se arrodilló ante ella sin quitarle la vista de encima y la acercó mucho más al borde del escritorio.
Sin vueltas enterró su lengua en la humedad de los pliegues de Lilith no tuvo problemas en encontrar su clítoris, el que lamió sin parar durante minutos, y reanudó el movimiento de sus dedos lentamente, mientras se empapaban del sabroso fluido de la maestra. Luego paseaba la deliciosa lengua por todo el coño de la otra profesora, quién se retorcía mientras tanto y gritaba todas las suciedades habidas y por haber.
"¡Por Jesucristo! ¡Zelda!"
Ese grito fue motivo para que la pelirroja se levantara y terminase lo que había empezado. Se acercó al rostro de Lilith y la besó de nuevo, aumentando sus movimientos, ya sentía que el coño iba a explotar.. mezclaban sus salivas y el fluido de Lilith, algo que a la otraa mujer le encantaba probar mientras seguía siendo penetrada.
Lilith interrumpió el beso para gritar "Zelda- voy a correrme"
Zelda amortiguó el grito con otro beso mientras sentía como su mano se mojaba con el orgasmo de su chica…
Lilith retorció su cuerpo mientras su cabeza quedó mirando hacia arriba
"Así es como quiero que me trates Zelda Spellman"
Cuando Zelda alejó sus labios carnosos, tomó el mentón de Lilith para decirle:
"Cariño, te mereces esto y mucho más" mientras que ambas juntaban sus frentes y Lilith la abrazaba… nunca nadie la hizo sentir así en mucho tiempo.
Repentinamente Zelda volvió a la realidad, debía continuar preparándose para sus clases, pensaba enviarle un mensaje de buenos días a Lilith pero se sorprendió al abrir la conversación con la mujer… la foto de perfil de Lilith ya no se veía... y cuando enviaba mensajes tampoco aparecían ambas tildes para certificar que había sido enviado.
Trató de no perder la calma pero cuando la buscó en el resto de sus redes sociales tampoco aparecía.
No entendía qué sucedía ya que en la última noche todo estaba de maravilla entre ambas…
Antes de pensar cualquier cosa prefirió esperar a llegar a la escuela e intentar hablar con ella en el horario de descanso.
Unas horas más tarde, luego de su última clase, dejó sus cosas en su oficina, se maquilló con labial preferido y se fue al patio de Baxter High.
Caminaba lentamente en medio del patio soleado, y en un pasillo, un poco alejada de los estudiantes, reconoció la cabellera de Lilith y se acercó para poder preguntarle qué estaba pasando.
"¡Buenos días Lilith! Necesito hablar un segun…"
Pero fue interrumpida por la voz rápida y ligera de Lilith:
"Buenos días a tí también Zelda, todo está más que claro entre nosotras así que no necesitamos hablar"
"¿Pero qué suce…?" Intentó responder Zelda sorprendida.
"Ten un buen día Zelda" dijo Lilith antes de continuar caminando.
Lo único que pudo ver después de ese inesperado momento fue el hermoso trasero de Lilith cuando se iba.
"¿Qué demonios sucede ahora?" Pensó Zelda atónita por la reacción de su amante.
No podía creer lo que acababa de pasar y no había ninguna explicación lógica.
"Está bien" se dijo a sí misma. Si quería jugar a ese tipo de juegos y luego actuar como una loca, era su asunto. No tenía idea de lo que le pasaba por la cabeza y lo mínimo que se merecía era una explicación. A Zelda le gustaba mucho la otra mujer pero tampoco estaría atrás como un perro faldero ni se dejaría tratar de esa forma. Si Lilith no quería darle una explicación de lo que sucedía, ese era su problema.