Chapter Text
Severus estaba seguro que en su vida pasada hizo algo muy malo y que hasta el día de hoy lo sigue pagando, es la única razón por la que le pasan tantas desgracias, él solo quería tener una vida de mago adolescente normal ¿Es tanto pedir?. Pues parece que sí, en menos de veinticuatro, no esperen, en menos de doce horas, si eso es más exacto, en menos de doce horas ha tenido suficientes dolores de cabeza para cubrir la cuota de los siguientes dos meses, y los que faltaban porque estaba más que seguro que el par de adolescentes frente a él no le traían buenas noticias.
— Muy bien. Déjame ver si entendí bien lo que pasó —soltó el puente de su nariz y se cruzó de brazos parado frente a la camilla en la que se encontraba el par recién aparecido— tú —apuntó al moreno—, te llamas Harry y tú —apuntó al rubio—, te llamas Draco y son los hermanos de Eli y Teddy respectivamente ¿Correcto?.
— Correcto —respondieron al mismo tiempo.
— Y los estaban cuidado cuando pasó este desastre, ¿Correcto?
— Correcto —los dos se encogieron en su sitio.
— Y empezaron a discutir por, sabrá Merlín que tontería, dejando un gira tiempos al alcance de un niño de cinco y una bebé de dos años, a sabiendas de lo peligro que es. Además de todo se tardaron una noche completa en localizarlos, ¿Correcto?
—... ¿Correcto?
— ¿Es que son estúpidos? —el par de adolescentes solo dirigieron su vista al suelo avergonzados Severus soltó un suspiro y continúo—, todavía hay algunas cosas que no entiendo.
— ¿Qué cosas? —se atrevió a preguntar Draco, levantando la vista al igual que Harry.
— Entiendo que Lupin esté aquí ya que Teddy lo trajo pero ¿Qué hace el idiota de Potter aquí?.
— Ese chico —apuntó a Harry— es un Potter tengo derecho a estar aquí.
— Bien. ¿Qué hay del resto de tu pandilla de pacotilla?
— No vamos a dejar a nuestros a amigos solos en esto —respondió Sirius con Peter asintiendo a su lado.
— ¿Y tú Lily?
— Soy tu mejor amiga.
— ¿Reg?
— Soy tu mejor amigo.
— Bien entiendo... ¿¡Narcissa y tú qué haces aquí!?
— El chisme está bueno —se cruzó de piernas sobre la camilla— además, alguien le tiene que contar de esto a Lucius.
— Merlín, dame paciencia —murmuró recibiendo una palmada en la espalda de parte de Regulus— ¡Todo esto es su culpa! —volteó hacia Harry y Draco.
— ¡Draco empezó!
— ¡Eso no es cierto!
— ¡Claro que sí!
— ¡Tú fuiste el que se me tiró encima!
— ¡Claro que no!. ¡Mentiroso!
— ¡No soy un mentiroso!, ¡Cabello de estropajo!
— ¡¡Barbie!!
— ¡¡Cara rajada!!
— ¡Beso, beso! —animó Teddy.
— ¡¡CÁLLATE TEDDY!! —gritaron ambos en su dirección, Teddy salió corriendo a esconderse tras las piernas de Remus mientras se reía.
Quien no se estaba riendo era Eli, al estar los mayores hablando los dejaron a ella y a Teddy en el piso jugando, cuando Harry y Draco le gritaron a Teddy la terminaron asustando ¿Y qué pasa cuando asustas a un bebé?
Exacto: llanto.
— ¡Perfecto! La hicieron llorar, espero que estén contentos —regañó Severus cargando a una llorosa bebé, tratando de calmarla.
— Si le cantas dejará de llorar —propuso Harry avergonzado.
— ¿Quejicus cantando? ¡JA!. Yo quiero ver eso.
— Te vas a quedar con las ganas Black —posó su vista en la bebé un momento y soltó un suspiro— ya regreso, que nadie haga ninguna tontería.
Con eso camino hacia una puerta, la oficina de la enfermera, en el fondo de la enfermera. Ni bien la puerta se cerró James se dirigió a Harry.
— Muy bien chico, quiero repuestas.
— ¿Qué? ¿Respuestas?
— Tú obviamente eres mi hijo en el futuro, dime ¿Me casare con Lily en el futuro verdad? ¿Ella es tu mamá?
— Yo... Emm.
— No podemos hablar de eso —intervino Draco.
— Cállate rubia, no es contigo —James ignoró completamente la expresión de indignación de Draco, en favor de seguir con su interrogatorio, quien si lo notó fue Harry. Se vienen problemas— ya dime, me casé con ella ¿Verdad?.
— No —la respuesta de Draco fue tan seca que todos los presentes sabían que lo mejor era no hacerlo enojar más.
Todos menos James, claro.
— ¿No? ¿Cómo qué no?
— Eso. No te casarás no con ella.
— No es posible, ¿Y con quién me casé entonces?.
La cínica sonrisa del rubio causó un escalofrío en las columnas de todos, cruzó sus piernas con elegancia y soltó— Con mi padrino, Severus —la respuesta fue dicha con tanta facilidad, como quien dice que le gusta el pan, que los dejo atónitos.
James fue el primero en reaccionar.
— ¿¡¿¡QUÉ QUE!?!?
— Lo que oíste.
— ¡Eso es mentira!, ¡Estás mintiendo!, ¡Eso no puede ser verdad!.
— Pero lo es.
— Yo le creo —comentó Regulus.
— ¿¡Tú qué!?
— Es un poco obvio que te gusta Sev.
— ¡No me gusta Quejicus!
— Por favor Potter, todo el mundo lo sabe —dijo Narcissa con calma— los únicos que no lo notan son tú y el propio Severus.
— ¿Todo el mundo?... ¿Qué?... Digo... ¡Chicos, apóyenme!
— Amigo, con Snape siempre has tenido cierta... —Sirius hizo un movimiento de mano buscando una palabra adecuada, al no encontrarla Peter intervino.
— Fijación.
— Sí. Eso.
James estaba a punto de reclamar por la traición de sus amigos cuando la oficina de la enfermera se abrió y de ella salió Severus con Eli dormida entre sus brazos. Severus caminó hasta donde estaba parado anteriormente, quedando junto al de lentes.
— ¿Qué miras Potter?
James no respondió, se quedó viendo el cuadro frente a él: Severus Snape estaba parado a unos pasos de él, una bebé dormida en brazos con su cabeza apoyada en su hombro, viéndolo directamente a los ojos con una ceja alzada. Eso le revolvió algo en el pecho.
— ¿Potter?
James se sonrojó violentamente y prácticamente corrió al lado de sus amigos murmurando algo, de lo que Severus solo entendió un “Merlín no es cierto”.
Ignorando las tonterías de Potter Severus se concentró en Harry y Draco, específicamente en Harry. A ojos de los leones simplemente lo veía fijamente, pero las serpientes sabían lo que está haciendo.
Y definitivamente averiguarían lo que sea que vio en sus recuerdos, porque no cualquier cosa logra que Severus Snape se sonroje y aparte la mirada.
— ¿Saben cómo regresar a su tiempo? —preguntó Severus tratando de recuperar la seriedad.
— Sí, sí sabemos —respondió rápidamente Draco— solo debemos tomar a Teddy y Eli y nos vamos.
— Pues tomemos y lárguense.
Y dicho y hecho Harry tomó a una durmiente Eli mientras Draco cargaba a Teddy. Ya con los pequeños en brazos Draco sacó de su bolsillo un gira tiempos, se despidieron con un ademán de la mano y con fuerte luz blanca desaparecieron.
— Bueno jóvenes, con eso el problema queda resuelto —dijo risueño el director— ¿Caramelo de limón?
— Yo me largo.
— ¡Sev espera!
— ¡No creas que vas a escapar! ¡Tienes mucho que decirnos!.
**Ese viernes en Hogsmeade**
— ¿De verdad pásate el resto del día encerrado en tu cuarto?.
— Se negó a vernos hasta la cena.
— Durante la cual, nos ignoró. Muy dramático de tu parte Sev.
— Cállense.
Lucius estaba disfrutando de lo lindo del relato ofrecido por Narcissa y Regulus sobre lo ocurrido en Hogwarts, la vergüenza de Severus era solo un bono.
— Que pena haberme perdido a mamá Severus.
— Yo te puedo dar el recuerdo.
— ¡Narcissa!
— ¡Oh, vamos Sev! Te ves adorable y lo sabes.
— Claro. Cómo no es de ustedes de quién se burlan.
La conversación de los cuatro continúo de forma normal, hablando de cómo fue el resto de la semana de los tres estudiantes y cómo va la vida del graduado, después de terminar de comer salieron a recorrer las calles del pueblo, hasta que Lucius dijo que siguieran sin él.
— ¿A dónde vas? —preguntó Regulus.
— A resolver un asunto pendiente —y se marchó sin más explicaciones.
Severus vió con una ceja alzada como su amigo se perdía entre la gente, hasta que algo llamó su atención. Sonrió a sus adentros, era hora de la venganza.
— Oye Narcissa, ¿Esa no es la nueva colección de túnicas que te tenía tan emocionada?
— ¿¡Dónde!?
— Por allá. Estoy seguro que a Regulus le encantaría acompañarte.
— No puede ser sí es. ¡Vamos Reg!
— ¡Espe-
No pudo decir más al ser jalado del brazo por su prima y arrastrando a una tienda, lo que sí pudo hacer fue ver la sonrisa que le dedicó Severus despidiéndose con un movimiento de mano.
— Suerte Reg.
Sintiéndose realizado, Severus se dió la vuelta para regresar al castillo, tal vez eso le enseñaría a Regulus a no burlarse de él, no hay nada peor que caer en las garras de Narcissa durante sus compras. Se merecía esas futuras y largas horas de acompañar a la Black a probarse túnica tras túnica.
Tan concentrado estaba en su exitosa venganza que no se dió cuenta de que lo jalaron hacía un callejón hasta que sintió su espalda chocar con el muro.
Por reflejo llevó su mano a dónde guarda su varita, pero ambas muñecas fueron sujetadas y elevadas a la altura de su cabeza, fue entonces que levantó la vista a su atacante.
Sus oscuros ojos se encontraron con unos castaños, cubiertos por cristales. La reacción fue inmediata.
— ¡¡Potter!! ¿¡Qué demonios haces!?
— ¿Qué pasó Snape?, ¿Tienes miedo?
— ¿De un inútil como tú?, Jamás.
— No soy un inútil.
— Inútil, incompetente, idiota, descerebrado.
— ¡Cállate!
— Cállame.
Se quedaron así, viéndose fijamente con el desafío mutuo muy claro en sus ojos.
No estaban seguros de quién se movió primero, pero cuando se dieron cuenta se estaban besando con tanta energía, que cualquiera que los viera pensaría que competían por ver quién le sacaba el alma primero al otro. Los dementores estarían celosos.
Siguieron, y siguieron, y siguieron y siguieron.
En algún momento el Gryffindor liberó las muñecas del Slytherin. Las manos recorrieron el cuerpo ajeno sobre la ropa, no de manera muy delicada, hasta donde tenían alcance. Severus terminó con sus manos tirando levemente del revoltoso cabello y las piernas alrededor de la cintura de James y este sujetando al más bajo por los muslos, mientras lo presionaba con su cuerpo contra el muro.
Después de sabrá Merlín cuánto tiempo, por fin se detuvieron, sin mover un centímetro sus cuerpos juntaron sus frentes regulando sus respiraciones.
****
Severus salió del callejón ajustando su túnica, detrás de él salió James arreglando su camisa.
— Esto nunca pasó, ¿Entendido?.
— No sé de qué estás hablando Potter.
Severus se fue sin decir más.
James se quedó viendo cómo el Slytherin se perdía entre la gente, con dirección al castillo. Se dió la vuelta con intención de buscar a sus amigos pero se congeló por un par de ojos que lo veían fijamente desde la entrada de otro callejón.
— ¡Remus!
— ¿James?
Estaba a punto de dar un intento de explicación de lo que acababa de suceder, cuando Lucius Malfoy salió del callejón pasándose una mano por el cabello, peinándolo.
— Yo me retiro. Nos vemos, Remus. Potter —se fue sin esperar repuesta.
James, después de que su cerebro procesara lo que vió, posó su vista en su amigo, detallándolo. Remus estaba sonrojado, con la corbata algo suelta, los labios rojos y lo veía fijamente.
Ambos reconocieron en el otro las mismas señales.
— No digo nada si tú no la haces —ofreció James después de un minuto de silencio.
— Hecho.
— ¿Quieres chocolate? Yo invito.
— Diablos sí.
**En otra parte de Hogsmeade**
— ¿Canuto?
— ¿Mande?
— Esos chicos del futuro, Harry y Draco.
— Ajá, ¿Qué con ellos?
— ¿No te pareció que peleaban tanto como Cornamenta y Snape?
Sirius volteó a ver a Peter con los ojos muy abiertos
— ¿Tú crees que ellos...
Peter se encogió de hombros.
— Tal vez.
~~FIN~~