Chapter Text
Al día siguiente era la fiesta de bienvenida del Embajador Enji Todoroki a Ciudad República. Una fiesta importante, sabía Izuku. Según Todoroki-kun, era una fiesta bastante exclusiva, donde sólo la gente más importante de la ciudad iría. Políticos, empresarios, influencers, etcétera. Creía que hasta la presidenta iba a estar, lo cual era un poquito intimidante.
E Izuku iba a ir como invitado de Shoto Todoroki, junto con varios amigos suyos que formaban parte del equipo de los perros leones.
La verdad es que Izuku no estaba emocionado por la fiesta en el sentido de ir a… Festejar a nadie. Sólo necesitaba quizás uno o dos días sin Kacchan cerca. Después de lo que pasó ayer… no se sentía bien.
Izuku conocía a Kacchan muy bien, y sabía que podía ser arisco, y que quizás la intromisión de Todoroki en su secreto podría haber sido un poquito invasiva y hasta como un quiebre en la sensación de seguridad que tenían hasta el momento.
Pero no pudo evitar tener un poco de miedo ante las palabras finales de Katsuki el día anterior.
“Fin de la discusión”
¡¿De dónde había salido eso!? Nunca le había hablado así… Ni cuando estaban peleados…
Ugh. Sacudió la cabeza tratando de sacar ésa frase de su mente. Quizás el lunes que se vieran en la escuela Kacchan ya estaría mejor…
La fiesta comenzaba en la tarde, era una comida y luego horas y horas de ver caras de gente rica y políticos que Izuku no conocía exceptuando al papá de Todoroki y a sus amigos… Quizás vería a la chica de coleta del otro día, Yaoyorozu-san. Sabía que era rica…
Bueno, no tendría porqué ser una fiesta mala.
Se puso el traje que su mamá le había comprado hace unas semanas con la intención de acudir al evento. Era un pantalón de vestir algo holgado pero bonito en un tono azulado-verdoso, con un chalequito de un tono más claro que el pantalón, con decorados de chakira en la espalda formando dos peces que bailaban entre sí (Izuku los reconoció como Tui y La, los espíritus de la luna y el mar originales), y una bufanda blanca brillante a juego (aunque mal puesta). Se puso una pulsera en el brazo izquierdo, terminando el outfit de forma un poco… Exagerada.
…
Demasiado.
Mejor se quitó la bufanda, viéndose en el espejo…
Así. Perfecto. Sin bufanda.
Cuando se vio listo, salió de su cuarto para encontrar a su madre preparando algo.
— ¿Ya estás listo, Izu…? - Su mamá lo vio y su sonrisa amable se volvió triste.
— ¿Qué pasó, ma? - Parpadeó el niño mordiéndose la mejilla por dentro de la boca. No sabía qué estaba mal con su traje.
— Ah… - Su madre se levantó y le acomodó el cuello del chaleco. — Te ves bien, mijo… - Ella se veía un poco triste, mientras le acomodaba el cabello un poco. — Te pareces a tu papá…
— Ah… - Izuku apretó los labios, viendo para otro lado. Cuando su mamá lo comparaba con su papá no podía evitar sentirse incómodo.
Cuando Inko terminó de arreglar el outfit se acercó a la puerta de su departamento, llegando al Genkan y tomando sus zapatos.
— Izuku, ¿qué te dije de tus tenis? - La mujer preguntó, alzando una ceja con diversión.
— Sí los lavé. - Dijo haciendo un mohín, viéndola con ojitos de perrito mojado.
— … Izuku, es una fiesta de gala… - La mujer suspiró, negando con la cabeza. — ¿Y los zapatos que te compré hace ya rato?
— Eh… Pero quiero mis tennis…
— No te vas a llevar los tennis. - Dijo Inko, severa pero al mismo tiempo con un tono divertido. — Ponte otros zapatos, ¡ya! - Inko rodó los ojos.
Izuku buscó de mala gana entre los zapatos de la entrada los zapatos elegantes que tenía desde antes. Al ya tenerlos puestos, salió de la casa despidiéndose de su mamá.
Al salir de su departamento bajó las escaleras, llegando a la entrada de su edificio rápidamente. Había quedado con todos sus amigos que Todoroki los iba a recoger en la limusina, por lo que fuera de su edificio estaba el auto esperándolo junto con todos sus amigos..
— ¡Midobro! Uy, que guapo~ - el primero en hablarle desde el interior fue Kirishima, quien salió por la ventana viéndolo, alzando las cejas y silbando de la impresión de verlo en algo además de pants y pantalones de mezclilla. Pero luego movió la cabeza sorprendido viendo sus pies. — ¡A la madre! ¡¿Y tus tennis típicos?!
— Mi mamá no me dejó usarlos… - Dijo Izuku, lamentándose viendo al suelo. - La verdad, me siento bien raro sin mis tennis
— Midoriya, entra. - Shoto salió por la ventana aplastando a Kirishima en el proceso. — Ya sólo pasamos por Bakugo y nos vamos al salón que rentó mi padre.
— Oh, eh… Todoroki-kun, recuerda que Kacchan te dijo que no vendría. - Izuku abrazó un poco su brazo, acercándose a la limusina.
Kirishima se intentó acomodar para poder seguir saliendo por la ventana y enterarse del chisme.
— ¿No lo presionaste para que viniera?
— N-No. Eh…
— Vamos a que lo presiones. - Ordenó Todoroki.
— No creo que sea buena idea…
— ¿Pasó algo entre Bakubro y tú? - Kirishima ladeó la cabeza.
Izuku volteó a otro lado sólo con los ojos, presionando los labios en una sóla línea, pensando qué responder.
— E-En sí se peleó con Todoroki-kun - Dio un gran suspiro. — Y pues ya sabes como es Kacchan, cuando dice que va o no va a hacer algo, lo mantiene…
— Ay, qué mamón… - Kirishima se quejó, haciendo una mueca. Shoto por su parte sólo parpadeó unos segundos antes de rodar los ojos y volverse a meter a la limusina.
— Entonces súbete. Ya vamos al salón, Onima. - Dijo el de cabello doble.
Izuku hizo caso y entró, viendo a sus amigos comer cosas. Todoroki le pasó una bolsa de gomitas con forma de pingüinos-nutria al de pecas, quien la aceptó con un “gracias” rápido. En cuanto se sentó junto a Ochako, el auto dio marcha.
La limusina fue por las calles más concurridas de la ciudad, hasta llegar a unas que los llevaban a la salida de Ciudad República, directo al desierto donde la ciudad más cercana era Zhao Fu.
— Todoroki-kun, ¿no iba a ser en tu casa la fiesta? - Izuku preguntó, un poco extrañado por el camino que estaban tomando.
— Mi papá cambió la ubicación, por eso me dijo que mejor que Onima nos trajera a todos los que somos niños. - Dijo tranquilo, comiendo una de las bolsas de papitas fritas que tenía en la limusina. Le pasó ahora una lata de refresco marrón y burbujeante al de pecas, quien la aceptó haciendo un simple “uh” a su respuesta.
— ¿Enserio vamos a estar entre puros adultos? - Denki se quejó, sacudiendo a Ochako, que estaba junto a él.
— Mi papá dice que varias personas llevan también gente más jóven, pero en sí mis invitados somos todos jóvenes. - Todoroki explicó.
Y ya nadie se quejó por estar rodeados de adultos.
Continuaron por la carretera que rodeaba la ciudad principal de la nación hasta llegar a un camino de terracería que tenía lámparas rústicas, iluminando el camino de piedra y adoquines que los llevó a un gran y lujoso edificio.
— ¿En serio es ahí la fiesta? - Ochako preguntó junto a él, viendo por la ventana y señalando al edificio exclusivo.. Tenía los ojos muy abiertos, hasta saltones como Tsuyu.
— Sí. - Shoto dijo con tranquilidad. — En realidad es un hotel, pero lo ofreció la compañía Yaoyorozu Hoteles al viejo.
— Espera, ¿dijiste Yaoyorozu? - Sero preguntó, parpadeando.
— ¡Yaomomo! - Mina gritó de repente. El conductor tambaleó un poco el coche con el grito, pero recuperó el control al instante.
— ¡Ella es mi amiga! - Denki dijo de golpe — Oh eso explica porqué me dijo que nos veíamos el sábado… - Denki puso una pose pensativa, y Todoroki lo imitó al instante, sin comprender a qué se refería.
La limusina se detuvo frente al elegante edificio, y desde afuera se escuchaba la música de cuerdas y vientos que armonizaban el lugar. Izuku volteó a ver a sus amigos, viendo la ropa que traían: Todoroki tenía un Kimono muy elegante, de color rojo con negro y detalles en amarillo, tal como se esperaría de un chico tan… ¿Importante? en la nación del fuego. Sero, por su parte, traía un traje de gala azul típico de la tribu agua, Denki traía un traje tradicional de la nación del fuego en tonos negros y detalles amarillos, y Kirishima traía un bonito traje marrón con detalles en color granate. Las chicas por su parte traían vestidos: Mina llevaba un vestido de dos piezas verde agua con detalles en morado que le llegaba al suelo. Y Ochako usaba un vestido de dos piezas, la parte de arriba era de estilo Kimono, naranja con flores rosas, y la falda era completamente negra. Viendo lo que traía, estaba acorde, aunque quizás un poquito extravagante. Aunque la verdad la tienda de ropa de la tribu agua que les había recomendado tía Mitsuki estaba muy linda, y a parte su chaleco traía a Tui y a La en su espalda…
Pero bueno.
Entraron rápido a la fiesta y… Seguía la música que amenizaba, tocando canciones populares con instrumentos tradicionales. Pero se puso muy nervioso, pues la gente era MUCHA, y todos estaban parados, imponiendo su altura de adultos sobre los 7 niños recién llegados.
Trató de mantenerse con el grupo, pero ésto pareció no importarle a Todoroki, pues se fue caminando como si nada.
— T-Todoroki-kun, no te separes… - Dijo, comenzando a seguirlo. Pero Ochako lo jaló del brazo antes de que se fuera.
— No me abandones, Deku-kun.
— P-Pero Todoroki se fue - Izuku dijo, volteando a verla — Además de que están los demás y-y puedes quedarte con ellos.
— D-Deku-kun, hay puro rico e importante aquí… - La muchacha parecía muy nerviosa.
Y no la culpaba, todos los que estaban ahí tenían cierto estatus e influencias, y ellos dos eran como peces fuera del agua intentando encajar. Pero él había venido con Todoroki y se supone que se iba a sentar junto a él.
— P-Pero es que yo debo estar con Todoroki según sé…
— P-Pero si no estás aquí me puedo perder. No soy de Ciudad República, no sé qué hacer exactamente acá… - apretó el agarre del brazo, y su mirada se mantenía nerviosa. — Si me pierdo no tengo como regresar, soy pobre.
Él se le quedó viendo unos segundos, haciendo una mueca, y finalmente no tuvo de otra más que suspirar.
— Está bien, pero si Todoroki-kun me habla me voy con él. - Izuku infló una mejilla, y ella le sonrió satisfecha. — Vamos con los otros entonces. - Terminó jalándola al grupo de los perros-leones.
Pero antes de que pudieran llegar, alguien jaló a Uraraka del brazo por detrás de ellos. Izuku se volteó algo asustado por el repentino jalón que dio la castaña.
— ¡Hey! ¡Fíjate por donde…- La chica se volteó de forma violenta, apretando los puños y lista para pelear con quien fuera que la jaló.
Pero ahí vieron a una chica rubia, de ojos de un amarillo ambar un poco extraño, con una sonrisa… algo rara . Su cabello estaba recogido en dos moños no muy bien acomodados, pues mechones de cabello se salían de la liga que los sostenía en su lugar y dejaban un aspecto despeinado. Aún así, Izuku pudo notar que la niña se veía de su edad, quizás sólo un año mayor que ellos. Traía un bonito vestido típico de la tribu agua en tonos púrpuras y un collar de listón color azul.
Lo que no se esperaba fueron los gritos.
— ¡¿Ochako-chan?! - La rubia gritó en un tono demasiado agudo.
— ¿¡Himiko-chan!? - Ochako gritó con ese mismo tono.
Y de repente vio a Ochako agitar las manos y saltar sobre las puntas de sus pies, mientras que la niña rubia agitó los puños y saltó igual que la castaña.
Izuku notó entre los gritos que la desconocida tenía colmillos… Ok eso es raro.
Al instante las dos se estamparon en un abrazo. La rubia cargó a la castaña.
— ¡Estás en Ciudad República! - La rubia dijo aún con Ochako en el aire.
— ¡Y tú igual! - Ochako contestó con alegría. En ese instante la niña rubia la bajó.
— ¿Y qué es lo que haces aquí!?
— ¡Estoy estudiando! ¡Cuando acabe el ciclo escolar me regreso a Ba Sing Se!
— ¡¿Es neta?! - La rubia no dejaba de abrazar a la castaña, pero parecían no inmutarse.
— ¡¿Y tú dónde has estado?! ¡Te perdí la pista desde tercero de primaria!
— Aaaah, cómo siempre, viajando por ahí por el trabajo de mis padres. - La rubia contestó con un tono un poco inseguro, pero disfrazado de picardía. — ¡Pero eso no importa! ¡Me alegra muchísimo verte!
— ¡Igual a mi! - Las dos chicas se volvieron a abrazar muy fuerte, con Ochako dándole la espalda a Izuku.
Izuku sólo se les quedó viendo un minuto, sin saber qué hacer.
— ¿Uh? - La rubia se distrajo, volteando a ver a Izuku. — Ooooh ¿Ochako-chan? ¿Quién es tu amigo guapillo? - Señaló al chico, sonriendo de forma un poco macabra, cosa que hizo a Izuku sentirse más incómodo y avergonzado al mismo tiempo. ¿Le dijo guapo?
Pero Ochako solo volteó la cabeza para ver a dónde estaba señalando la de colmillos.
— ¡Oh, es verdad! No los presenté. - La castaña se separó de la desconocida, pero sin soltar su mano. — Deku-kun, ella es Himiko Toga, fue mi amiga en Ba Sing Se cuando éramos más pequeñas. - Presentó a la rubia. Toga levantó la mano moviendo los dedos y manteniendo esa sonrisa un tanto macabra que le estaba poniendo los pelos de punta a Izuku. — Himiko-chan, él es Izuku Midoriya, es el primer amigo que hice aquí en la ciudad.
— Un gusto, Izuku-kun~ - Toga ladeó la cabeza, escaneando al de cabello verde con sus ojos amarillentos.
Izuku sólo pudo tragar saliva.
— U-Un gusto, Toga-san… - Sin pensarlo hizo un movimiento de cuerpo parecido a una reverencia.
Espera. ¿Sí lo hizo él?... La verdad no lo sabía, pues salió en automático. Pero se sintió como si alguien lo hubiera forzado… Como cuando agarras a una muñeca y la mueves del torso.
— Tienes un amigo muy lindo, Ochako-chan~ - Volteó a ver a su amiga con tono travieso, levantando la mano que no tenía ocupada y acariciándole el brazo.
— ¡Es tímido nomás de vez en cuando! Cuando entra en confianza se pone igual de loquito, como tú.
— ¿Loquito? - La chica la miró con el ceño fruncido, todo ante la mención de la palabra.
— Ay, tú sabes a qué me refiero. - La castaña reprochó. — Alegre, expresivo, desvergonzado…
— …. Ah ya, eso tiene sentido. - Toga volvió a sonreír, como si no hubiese estado molesta hace unos pocos segundos. Soltó la mano de su amiga y pasó el brazo alrededor de los hombros del chico. — Quizás me caigas bien, Izuku.
— ¡Yo creo que sí! - Ochako dijo, sin tomar en cuenta que Izuku seguía algo avergonzado.
— Eh… - Izuku carraspeó la garganta unos segundos. — ¿S-Sí vas a querer ir con los perros…? - Preguntó el muchacho.
— Oh, eh… S-Supongo…
— ¡No, Ochako-chan! - Toga se quejó, soltando a Izuku y volviendo a abrazar a la castaña - ¡No nos vemos desde los ocho años! - La empezó a sacudir. — ¡Hay qué ponernos al corriente! ¡Al rato te la llevo a donde estés, Izuku-kun! - Ella sacudió la mano que no estaba usando, como corriendo a Izuku.
Izuku, sin siquiera poder decir nada, se dio media vuelta y dio unos pasos de forma un poco robótica. Por alguna razón, tampoco pudo decir nada.
— ¡T-Te veo al rato, Deku-kun! - Fue lo último que escuchó antes de que llegara al grupo de los perros leones que estaban alrededor de un mesero.
Cuando pudo recuperar sus movimientos, sintió un horrible hormigueo en sus extremidades...
— ¡Mido-bro! - Kirishima volteó a verlo, sin notar la mirada de incomodidad y desconcierto que tenía. — ¡Nos van a traer bebidas sin alcohol! ¿Tú qué quieres? - Preguntó, pasándole el brazo por los hombros, justo igual que la amiga de Ochako hace rato.
— Ah... Y-Yo... - Aún no podía concentrarse, pues esa horrible sensación de hormigueo lo seguía atormentando.
— ¿Quieres un frappé de algo? ¡Un frappé para Midoriya! - Exclamó el de cabello rojo, soltándose y acercándose al mesero.
Tranquilo, Izuku. Si Ochako estaba muy segura de esa chica, no tenía que ser nada. Y si los otros estaban como si nada, también era buena señal... ¿No?
...
¿Pero porqué se movió como un títere ante solo la mirada de la amiga de Ochako? ¿Y por qué esa sensación tan horrible no se iba?
Se pudo distraer un rato gracias a que los del equipo estaban jugando a ver quién se le congelaba el cerebro más rápido con los frappes que les estaban trayendo. Izuku ganó un par de veces pues el hielo del frappé lo ayudó bastante a qué la sensación de hormigueo se calmara, al punto que actualmente ya no se sentía así.
— Ay, gané. - Dijo, levantando la mano izquierda mientras sostenía la cabeza con la mano derecha.
— ¡Ya es la quinta vez! ¡Déjanos algo! - Se quejó Sero, aunque tenía un tono divertido.
— P-Perdón, cuando tengo popote bebo más rápido de lo normal. - Bajó las manos cuando el dolor de cabeza se calmó a los pocos segundos, y sonrió de vuelta, ya más relajado después del extraño encuentro con la chica de colmillos.
— ¡Otra vez! - Mina dijo, pegándole con los puños a la mesa. Al instante todos se prepararon. — Una… dos… - Izuku preparó la boca, esperando justo el momento exacto para beber de la pajilla. — ¡Tres!
Los seis empezaron a beber al instante, muy rápido. La bebida bajaba rápidamente del vaso, pronto estaba a la mitad y-
— ¡Ay, gané! - Denki dijo, llevando una mano a su cabeza y apretando los ojos.
— ¡Ay, segundo lugar supongo! - Sero dijo al segundo de que ganara Denki.
— ¡Se me acabó mi frappé y no me dolió la cabeza! - Kirishima se quejó. Izuku sólo les sonrió con diversión en su mirada.
— ¡Hay qué pedir más! - Mina dijo, levantando la mano para llamar al mesero.
Pero Izuku empezó a sentir una sensación familiar en su estómago… Una nada relacionada con ser el avatar, sino una sensación que hizo que sus tripas empezaran a rugir y que se moviera un poco en su asiento.
— ¡Ayayayayay, tengo qué ir al baño! - Avisó al levantarse, manteniendo una pose un poco graciosa. — ¡P-Pídeme otro de esos en lo que vuelvo, Mina! - Dijo rápido antes de salir corriendo.
— ¡No olvides lavarte las manos! - Gritó Mina con diversión.
Esa escena habría sido un poco incómoda si los chicos no supieran que es de las personas que ni se enteran que tiene ganas de ir al baño hasta que ya está a punto de salir. Por lo que ni se preocupó de que lo juzgaran o algo.
Fue al baño rápidamente, que estaba al fondo del salón de fiestas casi por la zona donde entraban y salían los meseros de la cocina. Hizo sus necesidades, se lavó las manos (Gracias, Mina) y empezó a caminar de regreso.
— Ey, niño. - Una voz lo llamó.
La gente que pudo haber estado cerca eran puros adultos que no conocía. Las muchas mesas que rodeaban la pista de baile, donde estaba la banda tocando música aún, estaban lo suficientemente lejos de donde estaba como para quien le hubiera hablado fuera alguien que estaba cerca de él.
Volteó a los lados, buscando el origen de la voz.
— Niño, ven acá… - volvió a decir, susurrando en su oído. Era una voz extrañamente gangosa pero grave. No era de un chavito como él, pero tampoco podía decir que era de un adulto. ¿Quizás un adolescente?
Una extraña sensación empezó a crecer en su estómago, no una física como la de sus ganas de ir al baño. Era una sensación más… incorpórea, como cuando habla con Yagi-san, pero un poco negativa… ¿Miedo quizás?
Esto le causó mala espina, por lo que trató de volver a la mesa de sus amigos antes de que algo malo pasara.
Pero un mesero pasó frente a él.
— Para usted, joven Midoriya. - Dijo el hombre. Era un señor alto y delgado, con piel pálida y ojos marrones como los de algunos maestros aire. El hombre le extendió una copa con un frappé muy similar al que había estado bebiendo en la competencia de cerebros congelados de hace rato.
— Oh, eh… ¿Gracias? - Tomó la bebida congelada, aunque no le causó muy buena espina la situación.
El hombre le hizo una leve reverencia con su sombrero y se retiró.
Y fue en ese momento que se dio cuenta que aquel mesero no estaba vestido como los demás: Una camiseta naranja simple con un chaleco y pantalones holgados color café, contrario al Yukata tradicional negro que los demás meseros usaban.
Okay, totalmente, esta bebida no le daba confianza. Dio un paso hacia atrás y quiso ir a tirarla en algún lugar. Lo único que se le ocurrió fue ir a un bote de basura que estaba cerca de la entrada.
Estaba a punto de vaciar la bebida cuando se dio cuenta de otra cosa… ¿Cómo un mesero sabía su nombre?
… Espera ¿Alguien lo estaba intentando drogar o algo así? ¿Le querían hacer algo? ¿Querría alguien hacer un escándalo? Espera, pero si él no era nada importante… No, sí era importante. Era el Avatar. Pero… Ya nadie sabía del avatar, ¿no es así? ¿Entonces por qué alguien querría hacerle algo a él? Había gente muchísimo más importante en ésta fiesta que un niño que puede controlar los 4 elementos y apenas se dio cuenta hace un mes.
Los pensamientos lo hicieron paralizarse por completo, trayéndolo a un espiral de ansiedad que estaba haciendo que sus extremidades se sintieran como si se le hubiesen dormido, con un hormigueo espantoso surgiendo desde la planta de los dedos de sus pies hasta el cuello… Espera, ésta sensación es familiar. ¿Es la ansiedad de verdad?
Estaba tratando de razonar ésta sensación tan extraña que no se iba, que crecía con el pasar de los segundos. Trató de mover su cuerpo pero éste no respondía. Es más, le dolía cada que trataba de moverse. La ansiedad estaba presente junto con ésta sensación de parálisis, lo cual lo hizo querer gritar por ayuda.
Pero una mano lo tomó de la nuca.
— Hey, niño… - La voz que había oído hace rato estaba ahí, pero presente. Se sentía física, se escuchaba que pasaba a través del aire para llegar a sus oídos.
La parálisis se mantuvo. El cuello, su garganta, sus manos, todo de él estaba paralizado. Se sentía como en la pesadilla que no tenía hace tanto, aquella donde veía la muerte del avatar Toshinori.
El pánico que tenía no se fue al sentir que la mano lo soltó, pues la presencia atrás de él no se fue y el brazo pasó por detrás de sus hombros y lo “abrazó”, pero la mano volvió a su cuello, ahora tomándolo por el frente.
Izuku abrió los ojos más, si es que podía hacerlo. Sintió su respiración empezar a descontrolarse. Pudo mover su mirada hacia el lado donde sentía el pecho de un hombre sobre su espalda, y vio…
Oh no…
Era el tipo que lo persiguió hace como un mes o más.
— Me gusta tu trajecito. - Le dijo la voz, como si estuviera tratando de sacar plática. — Sensei lo máximo que me da son harapos.
Izuku trató de moverse pero el hormigueo estaba volviéndose doloroso. Quería mover la cabeza, alejarse de éste loco que se le acababa de encimar. Tenía su boca junto a su oído y sentía su respiración sobre su cuello y mejillas…
Además, le apestaba la boca.
— Vaya, quién diría que te encontraría en un lugar así, ¿No? Huiste de mí esa vez. - El loco se recargó aún más. — Bueno, en cierto punto no es sorpresa, yo ya sabía que estarías aquí. Pero para tí si es una sorpresa, ¿no? - Se burló el chico. Levantó la mano desocupada y le quitó la bebida que tenía en la mano. — Dame de eso. - Dijo simplemente, omitiendo usar el meñique cuando empezó a beber del vaso de frappé color amarillo que tenía. Se habrá tomado como una tercera parte del brebaje cuando se lo volvió a dar.
Izuku apretó los ojos, intentando mover su brazo, pero obviamente no pudo.
— Vamos a sentarnos, estar junto a un bote de basura es… - Pareció hacer una mueca, para luego escucharlo hacer arcadas, pero parecían de broma. — Asqueroso. - Empezó a jalarlo, y el cuerpo de Izuku empezó a moverse hacia donde el tipo lo estaba llevando. Se movía sin que Izuku quisiera, como si fuera un títere con cuerdas que lo movían en contra de su voluntad.
— Aquí. - Llegaron a una mesa vacía. La gente que estuvo ahí parecía haberse ido pues sólo quedaba una bolsa pequeña de mano, el centro de mesa de flores de lirio con un pez nadando en el agua del florero y el plato de bocadillos como nueces, cacahuates y canapés a medio comer.
El tipo de cabello blanco tomó unos cacahuates y se los echó en la boca. Por alguna razón le ofreció a Izuku, pero como estaba estático no pudo decir si quería o no.
— Vas a responderme unas preguntas, ¿ok? - uno de los dedos que lo tenían agarrado del cuello se movió y empezó a rascarle el cuello con una uña filosa.
Y por alguna razón sintió que dolía, pero el dolor de alguna forma lo ayudó a recuperar un poco el sentido sobre su cuerpo.
— ¿Q-Quién eres? - Pudo por fin preguntar, pero su voz sonó ronca.
— Ah… No te voy a decir.
Izuku cerró los ojos tragando saliva y tranquilizandose con unas pocas respiraciones. Ok, éste tipo no quiere colaborar…
— ¿Por qué no me vas a decir?
— Porque no te interesa. Al menos no ahorita. - La música del lugar cambió, de los instrumentos tradicionales parece ser que cambiaron por un DJ, pues la música comenzó a ser un poco más movida. El tipo siguió moviendo ese dedo que le rascaba su cuello, y empezó a sentir algo líquido escurrirse por la piel. — Además, te dije que yo haría las preguntas, no tu a mi.
Izuku apretó los labios.
— ¿Cuántos años tienes?
— T-Trece… Casi cumplo los catorce…
— ¿Qué tanto sabes hasta ahora? - Izuku no pudo evitar recordar cómo lo interrogó el señor Torino la primera y única vez que hablaron, pero al sentir como el tipo se acercaba cada vez más, sólo pudo hacer una mueca.
— ¿Qu-Qué sé de… qué? - Pudo preguntar de vuelta, tanto para desviar la pregunta como también para entender qué era lo que quería el de cabello blanco.
El tipo volvió a rascarle el cuello, pero también levantó su propia mano desocupada y se rascó la cara.
— Del avatar. - Dijo , sin más.
Izuku sintió su corazón detenerse unos segundos. ¿S-Sabe que él es el…?
— Te he visto practicar, o al menos eso parece que intentas porque ni los tutoriales haces bien. Tratando de ganar XP’s, y haciendo side quests como si no tuvieras nada qué hacer.
— N-No sé de qué hablas… - pudo mover los dedos… El sentimiento cada vez era más débil. ¿Esta cosa tendría una especie de límite de tiempo acaso?... Pero también ¿Por qué estaba hablando en términos de videojuegos? ¿Qué rayos le pasaba por la cabeza a éste tipo?
— No mientas. - Le encajó las uñas un poco en el cuello. — Si mientes… - El tipo usó su mano libre para tomar el centro de mesa y acercarlo hacia los dos, omitiendo usar el dedo meñique.
Izuku en ese momento se dio cuenta de que todo lo que estaba tocando el chico, lo hacía solo con cuatro dedos. Su cuello, los bocadillos, el vaso de frappé de hace rato…
— ¿Sabes qué pasaría si toco algo con los cuatro dedos? - Preguntó, e Izuku tragó saliva.
— N-No…
Parecía que el tipo prefirió contestarle de forma no verbal, pues agregó el dedo meñique para tocar con los cinco dedos el florero.
El florero empezó a cambiar, el vidrió se hizo de una textura extraña a simple vista. El pez dentro del agua se empezó a mover mucho, para de golpe ponerse de color blanco y quedar panza arriba justo en el fondo del florero. Las flores de lirio se movieron unos pocos segundos antes de desvanecerse con el aire. El tipo lo soltó, y la textura extraña que tenía cayó como si fuera arena y se deshizo con el viento cual cenizas volando. El toque del tipo sólo dejó un pez vuelto piedra sobre el mantel de la mesa.
— Ay, quería quemarlo no que se hiciera piedra… - el chico comentó para sí mismo. — Ah, ya qué. ahora entiendes porqué me tienes qué contestar ¿verdad?
Izuku sólo asintió con la cabeza.
Estaba tan asustado que no se dio cuenta de qué ya podía volver a mover su propio cuerpo otra vez.
— Dime ¿qué tanto sabes?
— e-eh… - Le dijo que si mentía lo volvería… lo que sea que hizo con el florero. ¿Exactamente qué hizo? Se preguntó a sí mismo. Pero tenía qué contestar. - N-No sé mucho… A-Apenas… apenas estoy aprendiendo qué está pasando exactamente con todo esto…
— Entonces… ¿No tienes sueños extraños? ¿Hablas con tus vidas pasadas?
— Y-Yo… - Izuku tragó saliva, tratando de calmarse pero le era imposible. No quería decir mucho, pero sabía que no tenía opción. — H-He tenido sueños raros muy... muy a veces… - Apretó los ojos un poco. — He-He visto a uno nada más…
— ¿A quién has visto?
— A-Ah… - Se puso a pensar. ¿Sería bueno responderle que conocía de los avatares desconocidos? Yagi-san, Nana… — A-A Aang.
— ¿Aang?
— Si…
— Hmmm… - el tipo se rascó de nuevo el cuello. — Okay… - el tipo empezó a golpear la mesa con los dedos cuando dejó de rascarse el cuello. — Tu amigo, tu… Guardián. ¿Exactamente qué es? él también es raro.
— ¿G-Guardian?
— Tu amigo maestro fuego. El rubio enojón ese.
— … ¿Para qué quieres saber de él? - Preguntó. El miedo transformándose en otra cosa, y pasando de su persona a posicionarse en otra. Kacchan. ¿Por qué estaba mencionando a Kacchan?
— No es de tu incumbencia. - sintió que le apretó el cuello. Izuku no pudo evitar hacer ruidos al sentir como se le iba el aire y como el tipo lo empezaba a ahorcar.
Pero en ese instante escucharon una voz cerca.
— ¡Aquí estás, Deku-kun! - Ochako estaba cerca de la mesa. — Te he estado buscando, los chicos me dijeron que te habías ido al baño hace rato pero no habías vuelto. - Empezó a hablar de forma animada, pero se quedó callada al instante, viendo a Izuku con extrañeza. — ¿Deku-kun? ¿Quién es él?
El tipo se quedó ahí unos segundos, viendo a la chica con los ojos muy abiertos. La interrupción de ésta quizás lo había sacado de su momento interrogatorio, o algo parecido. Pero al parecer éste desconcierto hizo que soltara a Izuku del cuello al fin, separándose de él y sentándose bien.
— A-Ayuda. - Fue lo único que pudo salir de su boca al momento de ser libre del agarre del tipo.
Y en cuanto Ochako escuchó el pedido de auxilio, la maestra aire entró en acción. Frunció el ceño y con un movimiento hizo que la mesa se hiciera a un lado, que la silla en que Izuku estaba se arrastrara con rapidez hacia donde estaba quedando justo detrás de ella (tirando al de pecas al suelo por el impulso) y dio una ráfaga de aire directamente al de cabello blanco.
La gente alrededor se sobresaltó al ver la confrontación, por lo que muchos se fueron. Pero había gente que se quedó a grabar. Parecían ser periodistas.
El de cabello blanco cayó de espaldas sobre el suelo con todo y silla, pero aprovechó el impulso y dio una vuelta hacia atrás para levantarse. Tomó la silla tirada en el suelo con las manos, omitiendo el meñique, y la lanzó hacia la chica, quien rápidamente hizo que la silla fuera a otro lado.
Pero parecía que esto lo hizo para distraerla, pues al volver hacia adelante, la mano del extraño estaba a tan solo centímetros de su cara.
Izuku, sabiendo lo que podía hacer el tipo, lo único que se le ocurrió fue jalar a su amiga y hacer que Ochako cayera en el suelo junto a él.
El tipo tropezó con ellos y se fue hacia adelante, pero se logró sostener de algo. Cuando se dio cuenta de que se sostuvo de los brazos de uno de los periodistas, se soltó y dio unos pasos para atrás, volviendo a tropezar con los chicos en el suelo y está vez cayendo en el suelo de sentón.
El pobre periodista solo pudo gritar, mientras sentía que su cuerpo se convertía en lava y su ropa se quemaba como si fuera papel.
— Mierda. ¡Mierda! ¡Esto no estaba en el script! - Volteó a ver a los dos chicos.
— D-Deku-kun… ¿Q-Que…? - Uraraka veía con horror la transformación del pobre periodista. Izuku la estaba ayudando a levantarse, pero continuaba viendo al de cabello blanco esperando su siguiente movimiento.
— ¡Esto es tu culpa! - El de cabello blanco gritó, levantando la mano y señalando al de cabello verde. — ¡Es tu culpa! ¡Tuya! ¡Te voy a…!
— Shigaraki Tomura. - Se escuchó una voz en el ambiente, ajena completamente al plano terrenal. O al menos así lo sintió Izuku. — Tenemos que sacarte de aquí.
— ¡Pero si todavía no termino la sidequest, Kurogiri! - Shigaraki dijo mientras se levantaba del suelo, omitiendo tocarlo con los dedos meñiques.
— Tendrás tiempo después, tenemos que irnos. - Unos ojos amarillos y brillantes aparecieron detrás de Shigaraki.
— ¡No hemos terminado! ¿¡Entendiste, Midoriya Izuku?! - Lo volvió a señalar con su dedo huesudo. Izuku notó un vórtice morado aparecer detrás del chico sobre el suelo.
— ¡E-Espera! ¡Shigaraki Tomura, no te vayas! ¡¿Para qué quieres a Ka-?! - Izuku intentó correr hacia adelante, aún sin entender qué rayos estaba pasando pero con determinación de buscar respuestas. Shigaraki volvió a dar dos pasos hacia atrás, y el vórtice lo absorbió como si nunca hubiera estado ahí.
Izuku cayó de rodillas en el lugar, clavando las uñas en el suelo, tratando de cobrar sentido a lo que estaba pasando.
La gente a su alrededor gritaba y corría asustada, pero Izuku estaba demasiado metido en su cabeza en ese instante como para notarlo.
Cuando llegaron a la estación de policía, uno de los policías maestros agua tuvo que curar su cuello mientras lo interrogaban. Al parecer, Shigaraki Tomura le hizo varias cortadas y le dejó marcada su mano, pero él no lo había notado por el terror y la adrenalina del momento.
El detective Tensei, hermano de su amigo Iida, estaba interrogando a su amiga Uraraka en un escritorio, pero no podía escuchar mucho pues estaban algo lejos. Sólo podía ver a su amiga muy asustada, sosteniendo una taza de té en su mano mientras que el adulto anotaba algunas cosas en una libreta.
— ¿Midoriya Izuku? - Escuchó una voz, lo cual lo distrajo de estar viendo a su amiga, y volteó hacia el origen de esta. — Si eres tú. - Un hombre estaba frente a él, tenía el cabello negro y una sonrisa amable. — Soy el detective Tsukaichi. Tengo entendido que tú estuviste envuelto en el altercado de la fiesta también, ¿No es así? - Izuku apretó los labios, y solo asintió con la cabeza. — Entiendo…
Izuku movió un pie sobre el piso, algo alterado aún por todo el pleito que le armó ese tal Shigaraki.
— No estás en problemas por ello, no te preocupes. Pero si pudieras acompañarme a mi oficina… - Hizo una seña con la mano, e Izuku solo suspiró y se levantó de la banca donde lo dejó el paramédico hace rato.
El detective lo guió por la estación hasta la puerta que estaba al fondo, incluso en el camino pasó junto a Ochako pero ella ni le hizo caso pues parecía más concentrada en el té que estaba bebiendo, pero sí saludó al hermano de Iida.
Cuando entró, esperaba ver un lugar vacío igual a las oficinas de policías de las series, paredes blancas con archiveros y algún que otro título de policía honorario o algo así. Y fue lo que encontró, pero no esperó ver a personas dentro de la oficina también.
El señor Todoroki y su amigo Shoto estaban ahí, lo cual lo hizo extrañarse un poco.
— Siéntate, Midoriya. - Tsukaichi dijo, señalando una silla.
— G-Gracias… - Izuku se sentó, algo nervioso.
— Gracias por traerlo, Tsukaichi. - Enji dijo, sacando una figura de madera redonda y dándosela al detective. Izuku pensó por un instante que el señor Todoroki estaba sobornando al policía, pero éste le dio de vuelta una figura exactamente igual.
… Espera, él había visto algo así antes…
— Midoriya. ¿Estás bien? – Shoto preguntó al instante, moviendo un poco la silla en la que Izuku estaba sentado.
— T-Todoroki-kun… - El muchacho lo distrajo de lo que acababa de ver, por lo que sacudió la cabeza tratando de mantener la cabeza en el presente. — E-Estoy bien, sólo tengo un poco lastimado el cuello, es todo…
— Ah, que bueno saber que estás bien… - El de cabello doble suspiró con alivio.
— Ya viste que está bien, Shoto. - El mayor del lugar habló con tono autoritario. — Ahora necesito que me dejes un momento a solas con tu amigo.
— Pero-
— Shoto. - El mayor habló con tono severo, manteniendo la autoridad en su porte y la mirada que le dio a su hijo. — Ahora.
Izuku frunció el ceño al ver como el general le habló a su amigo.
— … Okay. - Shoto bufó con tono malhumorado, y salió del cuarto de mala gana. — Maldito…
— Gracias, Tsukaichi. Puedes irte también. - El general Enji dijo, y el detective hizo una reverencia con la cabeza y salió de la oficina cerrando la puerta.
— … ¿Qué quiere, General? - Preguntó, apretando un poco los puños sobre sus piernas.
— Tienes qué tener más cuidado, niño. - La autoridad que había demostrado el hombre se esfumó en cuanto habló. Su tono desesperado hizo a Izuku sentirse muy inseguro.
— … ¿Cuidado en qué sentido? - Izuku alzó una ceja.
— En serio, si vas a estar llamando la atención de esa forma… - El hombre apretó las manos contra su rostro, y luego juntó sus manos. — Mira, Midoriya. Lo que pasó hoy…
— Lo que pasó hoy fue extraño, pero…
— Ya, niño. Sé qué eres el avatar. - Dijo de golpe, sin importarle su tono de voz. — Pensé que tu mamá estaba loca-
— No le diga loca a mi mamá. - Izuku dijo de golpe, frunciendo el ceño.
— Como sea. Se supone que tú no eras, pero, ¡Agh! Tenías qué imitar mi fuego control ayer ¿verdad? Y luego ese amigo tuyo y de Shoto quemó mi árbol nuevo. Y hoy un loco mató a uno de mis invitados… ¿Ahora qué excusa tienes?
— Pues no sé qué tan culpa mía sea si yo sólo fui un invitado y quien se encargaba de la seguridad era usted. - Izuku contestó manteniendo el ceño fruncido. — Apenas sé hace un mes de todo lo que me está pasando, y cada que resulta que alguien sabe del Avatar me hacen las mismas preguntas y nadie responde las mías. Si usted sabe algo, será mejor que me lo diga. - Izuku dijo con tono golpeado y malhumorado. — Yo fui al que atacaron, y me está regañando por una situación que usted debió de prever, no yo. ¿Quién era él? ¿Por qué me atacó? ¿Usted sabe algo de verdad? ¿O qué? ¿Me va a dejar a la deriva como siempre todos lo hacen?
— ¡No lo sé! - Enji le dio una mirada fría, pero al final dio un bufido. — Lo único que sé es que alguien, o sea tú, sacó la cabeza de una estatua gigante del mar y tuvimos qué ocultarlo. - Enji golpeo la mano contra el escritorio, intentando volver a verse intimidante. Pero la verdad Izuku ya estaba molesto, por lo que no lo logró intimidar. — También que alguien está entrenando los elementos al aire libre sin licencia, obviamente eres tú. - Lo volvió a señalar. — Y que hoy un tipo se infiltró en una fiesta muy importante, y pudo peligrar demasiada gente. Todo, porque no tienes cuidado.
Izuku no dijo nada, sólo se quedó viéndolo e hizo una mueca.
— Si vas a intentar hacer lo que Yagi no logró, al menos no llames tanto la atención hasta que te puedas defender. - Enji sacó de la bolsa de su pantalón un pequeño rectángulo de plástico y se lo lanzó. — Y si vas a hacer algo al aire libre, que sea sólo un elemento.
Izuku vio el plástico que cayó en sus manos.
— ¿Una licencia de maestro agua?
— Sí, para que al menos puedas usar agua al aire libre. - Enji se cruzó de brazos y se recargó en el escritorio. — Los demás elementos será mejor que los entrenes en un lugar cerrado. Sabemos que entrenas en casa del detective Iida pero… Será mejor que lo hagas en mi casa. De todas formas Shoto quiere verte más seguido. Supongo yo que será bueno que traigas a tus amigos y así mi hijo no está solo todo el día.
— Espere, Señor Todoroki… Déjeme ver si entendí… ¿Me está vigilando?
— ¿Qué no es obvio? Tu existencia es ilegal. No soy el único que te vigila pero al menos yo lo hago por petición de tu mamá.
— ¿Q-Qué? - Izuku sintió ponerse pálido en cuanto dijo eso.
— Ahora vete, tu mamá te está esperando afuera.
Izuku se levantó sosteniendo el cuadrito de plástico en sus manos, pero estaba tan ausente que… sólo caminó. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para poder pensar en algo más terrenal.
¿A qué se refiere el General-Embajador Todoroki con que su existencia es ilegal? ¿Y ahora cómo va a sacarlos a la luz…? ¿Por qué Shigaraki Tomura lo atacó? ¿Cómo rayos pudo transformar las cosas y personas de lo que eran a ser otros objetos? El pez, el florero, las flores, el periodista junto su ropa...
Además ¿Por qué Enji Todoroki sabe de su existencia? ¿A qué se refiere a que lo vigila por petición de su mamá? ¿Quiénes, además de los que les dijo y los conocidos de su mama, saben de él?
... ¿Por qué Shigaraki mencionó a Kacchan?
¡¿Por qué mierda nadie quiere contestar sus preguntas?!