Chapter Text
Después de un par de semanas de cuidadosa observación, Senku llegó a formar algunas conclusiones acerca de Asagiri Gen. Recalcando lo obvio, era realmente bueno en tratar con las personas. Había tomado menos tiempo del pensado el llegar a soluciones para las necesidades de la gente del Reino Ishigami, gracias a las habilidades de comunicación de Gen. Había usado eficientemente todo el conocimiento que otros podían proporcionarle, no sólo se trataba de Ruri, Kohaku, Suika, Chrome y Kaseki, incluso consulto a los aldeanos. Todos habían sido la fuente de información que el hombre necesitaba para crear estrategias perfectas que resolvieran las molestias que aquejaban a los pobladores de su reino. Senku están francamente impresionado con el ingenio, diligencia y eficiencia de Gen.
Además, se había dado cuenta de algunas otras cosas en el camino. Por ejemplo, el hecho de que, el una vez más famoso Taikomochi del reino y favorito del nuevo emperador, era en realidad menos superficial de lo que quería aparentar. Más que el lujo y el confort, Asagiri Gen parecía codicioso de algo más, y Senku podía intuir vagamente lo que era, reconocimiento. No era un asunto de vanidad, no. Se trataba más bien su la validación como individuo, lo cual lo tomó bastante por sorpresa teniendo en cuenta lo seguro y confiado que Gen siempre parecía. Pero si tomaba en cuenta sus circunstancias, suponía que podía entenderlo. Por supuesto, todo era una hipótesis difícil de comprobar, no sería tan poco delicado como para preguntar de frente e incluso si lo hiciera, tal vez Gen mismo no había llegado a esta realización o deseaba verla realmente. Los humanos eran seres complejos y las emociones lo eran aún más, y pese a que la ciencia le permitía saber muchas cosas sobre los humanos, Senku nunca sintió que pudiera comprender del todo a otro ser humano, incluido el mismo.
De cualquier manera, no le correspondía a él cuestionar las motivaciones y anhelos de Gen. Lo importante para él, era que podía confiar en el hombre para encargarse de las funciones que no podía realizar el mismo. Definitivamente, cuando uno no tenía las habilidades necesarias, lo mejor era reclutar a personas talentosas que pudieran ayudar. Además, estaba gratamente sorprendido por el hambre de conocimiento del hombre. Gen era curioso y Senku podía apreciar y respetar eso, tal vez su curiosidad no lo llevaba al mismo campo que a él, pero aun así lo llevaba a lugares valiosos. Gen tampoco tenía reparos en enseñar a otros lo que había aprendido. Prueba de ello era la academia que habían formalmente fundado, donde Gen y Ruri difundirán sus conocimientos con los niños y aldeanos dispuestos a aprender.
En resumidas cuentas, Asagiri Gen había resultado ser menos superficial, vanidoso y distante de lo que pretendía ser. Era una persona diligente, eficiente, intuitiva, inteligente, curiosa, generosa, creativa y dispuesta a trabajar por el bienestar de otros. Lo que lo convertía en la persona ideal para ser su mano derecha. Senku necesitaba alguien que lo ayudara a sostener el reino, que lo apoyara al ejercer las funciones que le eran tan ajenas, porque jamás las quiso ni se preparó para tener. Nunca había querido ser rey, para él, trabajar con la ciencia era lo único importante. Sin embargo, las circunstancias lo habían colocado en este lugar y no podía simplemente tomar lo que necesitaba del Reino Ishigami y descuidarlo después. No, de alguna manera debía cumplir con el pueblo que creía en él.
Por lo cual estaba más convencido que nunca de traerá Asagiri Gen permanentemente al equipo del reino de la ciencia, este era el lugar donde Gen podría desempeñarse mejor y usar sus habilidades. Senku creía que Gen estaba lo suficientemente comprometido con el reino como para verlo como un hogar y ayudar a su desarrollo y bienestar. Lo que significaba también que era momento de mostrarle su plan y sellar definitivamente su alianza. Estaba diez mil millones por ciento seguro de que Gen escogería su lado cuando viera la grandeza de la ciencia.
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Gen se preguntaba a veces qué demonios estaba haciendo. Habían pasado semanas de su llegada al Reino Ishigami y se estaba poniendo demasiado cómodo para su bien. Usualmente olvidaba la precariedad de su posición, que no era realmente parte del reino, ¡era un espía del imperio! Pero... Realmente no podía evitar preguntarse seriamente si podría quedarse aquí.
Inicialmente había pensado que aceptar la solicitud de Senku no sería un problema para él. Junto a Ruri, revisaría la situación del reino y daría algunas ideas para la mejora. Eso allanaría su camino si decidía quedarse y le daría acceso a la información del reino si decidía irse, era ganar-ganar para él. Sin embargo, cada vez estaba más comprometido con el lugar, la academia que era cada día más grande en estudiantes, el establecimiento de leyes de amparo infantil con Ruri, la nueva infraestructura con Kaseki, la enseñanza de uso y recolección de hierbas medicinales con las ancianas de la aldea, el cuidado y alimentación de Suika, Kohaku y Chalk. Simplemente eran demasiadas cosas que se veía cada vez más reacio a dejar atrás.
En un principio pensó que podía llevarse a Suika y Chalk consigo al imperio si algo salía mal. Pero ahora simplemente no podía dejar atrás a los demás niños, las amables ancianas, Kohaku, Ruri, Kaseki... Pero ellos no vendrían con él si decidía dejar el reino y probablemente no podría garantizar la vida de las princesas aun si vinieran, así que irse lucia cada vez más deprimente. Incluso echaría de menos las conversaciones sobre piedras con Chrome y las sesiones de informe con Senku, aunque no estaba dispuesto a llevarse a esos dos, sólo tendría jaqueca y otro incendio incensario.
Así que realmente se le hacía difil concebir el marcharse del reino. Hacia tanto que no se sentía tan, tan... Tan útil, tan a gusto, tan libre, perteneciente. Aún si era solo su ilusión, sentía que debajo del cielo aparentemente infinito del Reino Ishigami, el sol nunca dejaría de tocarlo, incluso la noche ya no era oscura e insidiosa, las luces eléctricas mantenían a raya las sombras y la luna ya no sería confidente de sus tristezas, sino la vigía de su sueño.
Cada vez se encontraba más veces a sí mismo rezando a cada kami que conocía por el triunfo del reino sobre el imperio. Pero, a veces no podía evitar sentirse tan mal con sigo mismo. ¿Cuánta protección y seguridad podría ofrecerles a sus antiguos aprendices? Aún si ganaban la guerra, ¿estarían a salvo todas las personas que conoce? ¿Cuánto quedaría de un reino y un imperio a solados por la guerra? ¿Senku o Tsukasa terminarían pereciendo por defender sus ideales? ¿Estaría a salvo Ukyo? En realidad, ¿cómo vería a Ukyo sin sentirse culpable de ser tan feliz ahora, en un lugar donde no estaba a su lado? No tenía respuestas a sus preguntas y temores. Pero tampoco podía dejar de anhelar el pertenecer a este lugar. Simplemente no podía, no quería dejarlo ir.
Incluso si fuera un sueño, prefería no despertar jamás, no si al hacerlo volvería a estar en una jaula dorada, atrapado en la noche infinita o en la sombra de una alcoba apenas velada. Ahora que había caminado bajo el sol, ¿cómo podría volver a la oscuridad? ¿Cómo podía el falso brillo del elegante oro sobre la oscura laca, comprarse al brillo del sol? ¿Cómo podía cuando incluso las bombillas de luz artificial dejaban al descubierto su grotesco y exagerado acabado sólo destinado a ser bello en la sobra? ¿Cómo podrían los falso perfumes e inciensos de las falsas flores, compararse al delicado aroma de las verdaderas flores bañadas por el sol? No, Gen no podía tener la fuerza para despertar si todo era un sueño. No podía ser un hermoso adorno de laca y oro, no podía ser una camelia dispuesta a caer entera de su tallo para conservar su belleza. Ya no.
Por eso, justo ahora, mientras caminaba a lado de Senku a una sección del palacio que nunca había visitado, no podía evitar estar nervioso. ¿Lo obligaría este hombre a despertar por la fuerza, o le permitiría seguir soñando? Gen solo podía orar por que sus esperanzas no se vieran acabadas ahora.
"Has estado muy callado hoy. ¿Te corto la lengua la leona?".
"Senku-chan por favor, no bromes con algo así. No le des ideas divertidas a Kohaku-chan".
"Huh... ¿No deberías ser más curioso a dónde vamos? Pareces deprimentemente calmado hoy".
"Bueno, en realidad soy muy curioso Senku-chan~ Aunque soy consciente de que finalmente has decidido mostrarme tus planes de guerra, realmente no sé qué esperar de nuestro ilustre rey".
"Tsk. Así que ya lo sabes, y yo pensando que tu ingenio estaba apagado hoy. Aun así, estoy seguro en un billón por ciento que mis preparativos alcanzarán tus expectativas".
"Mmm~ Confío en ti Senku-chan. No me decepciones".
Finalmente llegaron a su destino, la puerta firmemente cerrada parecía más impresionante de lo que debería ser para su austera composición. Sin embargo, para Gen esta puerta separaba la perpetuidad de su sueño o el amargo despertar, no podía ser cualquier puerta. Se preparo para lo que sea que viera detrás, estaba apostando realmente todo aquí. Tenia que ser suficiente.
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"¡Senku-chan realmente eres! ¡Haha! Simplemente... ¡Haha!".
Después de salir del palacio, Gen había estado en silencio mortal. Senku no pudo evitar preocuparse, aunque estaba seguro de su plan, el silencio del hombre lo ponía nervioso de alguna manera. Sin embargo, apenas llegaron a su laboratorio esto había comenzado.
"Simplemente no puedo, ¡Ha! ¿Sabes que estás loco? ¡Haha!".
"Creo que estoy más preocupado por tu cordura que la mía Taikomochi".
"No, de verdad estás loco. ¡Tienes que saltar loco para ser un genio Senku-chan! ¡Haha!".
Senku probablemente no debería cuestionarse si sentirse ofendido o halagado. Había sido llamado loco o genio muchas veces y en realidad nunca le había importado, pero ahora... desearía saber que pensaba exactamente este hombre acerca de él.
"Oi. Si ya terminaste de reír, puedes ir delimitando los términos de la alianza".
"Mmm~ ¿Y qué te hace pensar que me decidiré por tu bando Senku-chan~?".
"Estoy seguro en un billón por ciento en que ya estás de nuestro lado, solo es una formalidad ya ves".
"Está bien, está bien~ Realmente voy a aliarme contigo Senku-chan. Pero ya sabes, tengo que apelar por todos mis intereses en esta negociación, así que prepárate".
"Si me siento especialmente benévolo te daré alguna concesión".
"Creo que serás bastante benévolo conmigo Senku-chan. Después de todo, ni siquiera planeas tomar la vida de tu enemigo mortal".
"¿Mmm? ¿Estabas preocupado por Tsukasa o algo así? Que vasallo tan filial".
"Bueno, ya ves Senku-chan, Tsukasa-chan siempre fue un amable patrocinador".
Senku sintió que debía esquivar el tema. No estaba del todo seguro de que tan profunda o superficial fue la relación de esos dos, pero al menos podía decir que había algo de aprecio real allí. Probablemente Gen debía sentirse aliviado de no condenar a muerte a su antiguo amante y emperador. Por lo demás, Senku no estaba seguro de querer saber sobre el toque de tristeza y nostalgia en la voz de otro. Lo mejor era seguir adelante con el tema, no podía arriesgarse a que Gen cambiara de opinión.
"Bien. Escuchemos tus demandas Asagiri Gen".
"Empecemos por mi puesto aquí".
"Seguras haciendo mi trabajo pesado, ya sabes".
Senku ya había notado que este asunto de verdad le preocupaba a Gen. No era algo extraño que lo hiciera, que un ex enemigo de alto rango ocupara de pronto un cargo tan importante podía ser una locura, pero jamás había tenido intención de destituirlo en primer lugar. Realmente estaba donde debería estar y no solo él estaba convencido de eso, sus demás compañeros pensaban igual.
"... Bien. Pero entonces, ¿no te parece que mi sueldo un poco bajo para ser un asesor real de la Corte? Apenas puedo alimentar a las chicas Senku-chan. ¿Qué harás al respecto?".
"Tu sueldo en metálico se mantiene como esta. Pero puedo asignarte el resto en comestibles, vestido y algunas prestaciones. Para empezar, puedes mudarte al castillo rea...".
"¡No! Yo... ejem. Yo, prefiero que no. En realidad, sería mejor tener una casa más grande. Una cerca de la academia sería ideal".
"¿Porque necesitas una casa más grande? Solo están tú y Suika".
"Bueno Senku-chan, eso me lleva a mi segunda condición. Mis anteriores aprendices, al menos aquello que no han encontrado un hogar, se quedarán conmigo. Eso no es negociable".
"Está bien. Le pediré a Kaseki que haga algunos planos para ti".
"Bien. Además de ello, debes aceptar y darle absoluta protección a alguien más".
Senku se sintió ligeramente intrigado por la cautela en el tono de Gen. Estaba seguro de que la persona en cuestión debía ser importante, pero si mal no recordaba, Gen no tenía familia y ya había pedido la protección de sus aprendices. De cualquier manera, lo insisto en silencio a seguir hablando.
"Su nombre es Saionji Ukyo. Actualmente es un general de alto rango en el ejército de Tsukasa. Probablemente hayas oído de él".
Senku realmente había oído de él. Por lo que sabía, era apreciado por Tsukasa gracias a sus habilidades, era muy talentoso y muy peligroso. Pero, por qué Gen deseaba que recibiera y protegiera a ese hombre, simplemente no lo sabía.
"... Sí, he oído de él. ¿Pero porque...?".
"Senku. Ukyo es un aliado, ¿de acuerdo? Puede ser de ayuda para ti también, incluso después de la guerra. Es un gran rastreador y su audición es inmejorable, puede detectar peligros desde grandes distancias, incluso puede ser un gran guardián, tiene bastante entrenamiento en sigilo y la espada, pero especialmente el arco. Solo... Cree en lo que digo. Ukyo no será una amenaza, se pondrá de nuestro lado".
Senku comenzaba a entender un poco. El tono de Gen había pasado de compuesto a presuroso, y sonaba ligeramente como una súplica a sus oídos. Suponía Saionji Ukyo era ese tipo de persona para Gen. Pero de alguna manera no se sentía del todo conforme, le resultaba ligeramente preocupante de algún modo. Probablemente le faltaba la seguridad de que el hombre se aliara con ellos cuando era un alto mando en el imperio de Tsukasa. Pero si Saionji Ukyo pensaba en Gen de la misma forma en que Gen pensaba de él, entonces debería estar bien, ¿no?.
"Quieres decir que se pondrá de tu Lado. Gen....".
"¡Senku! ¡Esto no es negociable! Ukyo se queda o yo me voy".
"Entiendo. Pero debes asegurarte que realmente está de nuestro lado".
"¡Lo está, lo prometo! Conozco a Ukyo de toda la vida, nunca ha estado del todo de acuerdo con la manera de Tsukasa y sé que prefería tu forma de hacer las cosas. Incluso si no fuera así, no me daría la espalda fácilmente. Se pondrá de nuestro lado".
"Veo. Entonces.... ¿hay algo más en tu agenda?".
"Bueno, creo que es bastante obvio que estoy cuidando a Suika permanentemente".
Senku se sintió algo mejor con el cambio de tema. Además, era un alivio saber que Gen deseaba seguir cuidado de Suika, la niña le tenía bastante cariño.
"Dalo por hecho. Pero recuerda que debes seguir con tu compromiso en la academia".
"Mmm~ Trabajar en la academia y trabajar en la Corte... Estoy seguro de que esto es explotar a tus sirvientes Senku-chan~".
"Estoy seguro de que puede manejarlo. Lo has hecho hasta ahora, ¿no?".
"Bueno, eso es verdad~ Tienes suerte de que posea tantos talentos Senku-chan. Realmente me pregunto quién se benéfica más con nuestra alianza aquí".
"Creo que he sido bastante generoso, ¿tal vez debería incluí algo de trabajo con Chrome y Kaseki? Me pregunto...".
"Entiendo, entiendo. Estoy conforme, lo juro. Entonces, ¿tenemos un trato Senku-chan~?".
"Bienvenido oficialmente al reino de la ciencia".
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Habían pasado ya un par de semanas y Ukyo no sabía si debería estar nervioso o aliviado por la falta de noticias. La última vez que habló con Gen este había estado realmente enojado con él. Podía entender el enojo de Gen, realmente habían soportado tanto y gran parte de ello lo habían soportado solo porque estaban juntos. Para Gen, el pedirle que se fuera y dejarlo atrás, debió escucharse como traición, pero Ukyo no podía seguir viéndolo así. Gen siempre había afrontado el dolor a su manera, pero sabía que no era suficiente, soportarlo no es lo mismo que eliminarlo. No importaba bajo cuantas capas de seda, joyas, perfume y maquillaje lo cubriera, su dolor siempre había sido claro para él.
Podía verlo claramente, aunque Ukyo no había tenido que soportar la vida que Gen llevó. Él no había sido llevado a un lugar horrible simplemente porque están sólo en el mundo sin nadie para defenderlo. No había tenido que soportar un estricto y anticuado entrenamiento sólo para que otros lo encontrarán valioso. No había tenido que ser usado y herido noche tras noche en ese horrible lugar. No había tenido que esconderse entre sonrisas y empalagosas mentiras para sobrevivir un día mas.
Ukyo no había tenido que soportar eso, pero tuvo que ser testigo y oyente del sufrimiento de la persona que más amaba, irónicamente su papel era ser su guardián. Que broma de mal gusto, él no podía proteger nada, no podía proteger a Gen. Solo podía verlo sufrir en silencio, sólo podía ofrecer un mísero intento de consuelo que no arreglaba nada. Ukyo era probablemente la persona que mejor conocía a Asagiri Gen, y aun así sentía que jamás podría llegar a comprenderlo del todo, la profundidad de su dolor, sus anhelos, sus sueños, sus deseos, solo tenía una vaga comprensión de ello. Nada había sido más desolador que saber que nunca lo entendería ni podría llegar completamente a él. En cambio había tenido que soportar todo este tiempo el ver a la persona que ama sufrir sin poder hacer nada. Ese era su castigo, esa impotencia, esa desesperación, ese anhelo, ese era su castigo por no poder protegerlo.
Sin embargo, aun así se quedó a su lado, aunque no lo merecía. No podía dejarlo. ¿Cómo podría dejarlo? Ukyo lo necesitaba más de lo Gen podía imaginar. A través de su silenciosa observación llegó a auto justificar su estadía, no había nadie quien lo amara tanto como él, no había alguien que lo comprendiera tanto como él, no había nadie que lo considerar tanto como él. Sí, puede que sólo haya arañado la superficie de lo que era Asagiri Gen, pero aun así era el único que había llegado hasta allí. Sabía que no lo merecía, sabía que él era quien más lo necesitaba, sabía que eso anclaba a Gen y él lo permitía. Pero al menos, al menos hasta que Gen decida irse o hasta que llegue alguien que lo amara, comprendiera y considerara más que él, al menos hasta entonces se quedaría así a su lado.
Pero entonces llegaron a la Corte de Tsukasa, y por un momento Gen parecía brillar intensamente, tan brillante como las estrellas. Ukyo pensó que tal vez, solo tal vez, ya no tendría que ver a Gen sufrir. Aunque eso lo acercaba a su propio fin, si Gen deseaba ser libre, sólo podría dejarlo ir, si Tsukasa amaba, comprendía y consideraba más a Gen que él mismo, entonces sólo podía dejarlo ir. Pero desafortunadamente no fue así. Tsukasa no amaba más a Gen de lo que él lo hacía, no comprendía más Gen que él y no lo consideraba más de lo que él lo hacía. No era culpa de Tsukasa, él también lo intentó lo mejor que pudo, pero no fue suficiente. Y entonces Gen se deslizaba vertiginosamente fuera de su alcance, como el agua que no podía retener en sus manos, se filtraba inevitablemente entre sus dedos, simplemente no podía verlo marchitarse así.
Por ello tomó la primera oportunidad que vio para alejarlo de allí. Ya no importaba si no era Gen quien le pedía ser libre, si no llegaba alguien mejor, en ese momento Ukyo tenía que dejarlo ir porque no podía seguir viéndolo así. Después de haber probado un poco de felicidad, arrebatársela sería lo mismo que arrebatarle la vida. Por eso había tenido que verlo partir furioso con él, por ello había tenido que aguantar la desesperación de ver su espalda alejarse tal vez por última vez. Por eso había estado dividido entre el alivio, el terror y la desolación desde el día en que se fue. Pero él podía aguantarlo, si Gen estaba bien, si reconocía lo que era la libertad, si decidía irse a ese principado junto al mar y ser feliz, entonces valía la pena, podía aguantarlo, él podía aguantarlo. Sin embargo, había alguien más cuya espera era desoladoramente similar a la suya, alguien que tal vez no podía aguantar igual que él.
"Ukyo, ¿cuánto tiempo ha pasado?".
La voz del hombre lo hizo volver a centrarse. Sabía que Tsukasa comenzaba a estar nervioso, era sólo cuestión de tiempo para que su paciencia se agotara.
"Cuatro semanas Tsukasa-san".
"Y aún no hay noticias de él".
El hombre más joven centraba obstinadamente su mirada en el mapa sobre su escritorio que mostraba la escasa información que tenían de la geografía del reino enemigo. Como si su vista pudiera revelar donde debería estar su amado, no despegaba su mirada del trozo de papel. Ukyo también se sentía tentado a mirar, aunque sabía que era un gesto inútil, no podía evitarse preguntarse, ¿realmente estaba allí? ¿Estaba bien? ¿Se había marchado? ¿Había encontrado lo que deseaba? Pero no debía mirar, no podía, solo arruinaría su resolución. Incluso este gesto simbólico podría derribarlo ahora que su preocupación iba en aumento.
"La falta de noticias puede ser algo bueno. Tal vez no desea arriesgarse en ser interceptado porque la infiltración ha sido exitosa".
"O puede ser algo malo. Podría estar en condiciones apremiantes que no lo dejarían comunicarse con nosotros".
"Asagiri-san es inteligente, por favor confíe en sus habilidades".
"Tal vez confías demasiado en sus habilidades Ukyo. Gen es astuto, inteligente e ingenioso, pero Ishigami Senku es un hombre peligroso. El Reino Ishigami tampoco es clemente con los invasores".
Ukyo sabía que debería decir algo para calamar a Tsukasa, y tal vez a sí mismo, no debería estar tentado tampoco a verificar el estado de Gen. Porque si aún no salía del continente, sólo significaba que su obstinación era más grande de lo que pensaba y había decidido infiltrarse seriamente en el Reino Ishigami. De ser así sólo había tres opciones, podía estar teniendo éxito, podía estar teniendo más dificultades para obtener la información que necesita, o lo habían descubierto. Pero Ukyo no quería pensar en eso, solo lo ponía más ansioso, confiaba en qué Gen era suficientemente listo para irse o no ser atrapado al menos. Así que sus preocupaciones sólo sería inútiles, un estorbo para Gen, él estaría bien, era suficiente fuerte para estar bien. Pero no podía vencer a la pequeña voz que le apremiaba y recriminaba, incitándolo a verificar su seguridad. Los viejos hábitos son difíciles de romper y él no era un hombre tan fuerte.
"Tsukasa-san. No sé si sea prudente, pero si lo desea yo pue...".
"Eso no será necesario Ukyo-kun".
Una voz contundente y escalofriante interrumpió sus palabras. Ukyo debía haber estado tan nervioso que no lo había escuchado acercarse. Era una voz que había aprendido a reconocer muy bien, una familiar y detestable voz.
"Estas aquí Hyouga".
"Vine a tu pedido mi emperador".
"Tsukasa-san... Si me permite preguntar qué es lo que sucede".
Ukyo no pudo evitar tener un mal presentimiento, la presencia de ese hombre no podía ser nada bueno, nunca lo había sido en el pasado y dudaba que cambiará ahora. Pero antes de que Tsukasa pudiera despejar sus dudas, Hyouga se adelantó.
"Nada de qué preocuparse Ukyo-kun. Simplemente llevaré a cabo lo que estabas a punto de sugerir. Después de todo, Gen-kun es alguien importante para nuestro imperio".
"Así es. Descuida Ukyo, Hyouga se encargar de asegurar el bienestar de Gen".
Ukyo se sintió desesperado. Si Hyouga irrumpía y Gen aún estaba allí por su voluntad, entonces todo habría sido un fracaso, simplemente lo arrastrarían de vuelta este asfixiante lugar. Incluso podría ser peor, no están seguro como podría serlo, pero no confiaba en Hyouga de ningún modo. Preferirá que Gen jamás tuviera que ver a ese hombre de nuevo. No podía dejar que eso pasara.
"¿Acaso se ha encontrado la forma de penetrar las defensas del Reino Ishigami? Si mal no recuerdo, la misión de Asagiri-san es precisamente debido a este problema".
"No hemos encontrado acceso aún. Pero descuida Ukyo-kun, eso no será necesario. Simplemente irrumpiremos por la puerta principal".
"Pero eso sería peligroso, un número grande de soldados tendrá dificultades para atravesar el bosque. Pondrá sobre aviso al enemigo antes de acercarse al puente siquiera".
"Estará bien, Hyouga sólo llevará un pequeño grupo de élite".
"Pero, ¿será eso suficiente? Las defensas del Reino Ishigami son grandes y no deben ser subestimadas. Incluso si logran pasar el puente, no podrán derrotar completamente a todo reino".
"Está bien Ukyo-kun, nuestro principal objetivo es confirmar el estado de Gen-kun. Tal vez un rescate sea necesario en el peor de los casos, pero estoy seguro que Homura podrá infiltrarse con precisión hasta él mientras causamos un alboroto en la entrada. Y, ¿quién sabe? Tal vez Gen-kun incluso podría tener lista la victoria para nosotros. Es solo cuestión de tiempo para que el Reino Ishigami caiga finalmente".
Quería protestar, tenía que hacerlo. Pero simplemente no encontraba razones legitimas para ello. Si fuera Gen, probablemente habría podido dar una negativa plausible e ingeniosos, pero él no lo era y no podía encontrar razones para oponerse. Tsukasa probablemente tampoco aceptaría una excusa mediocre cuando este plan era el más adecuado para garantizar la seguridad de Gen. Y porque podía entender la situación de Tsukasa, sabía que simplemente que no daría marcha atrás. Si Gen seguía en ese reino, tarde o temprano sería arrastrado de nuevo a la Corte imperial. Pero ya había hecho todo lo que estaba en sus manos, era impotente para protegerlo como siempre. A estas alturas lo único que podía hacer Ukyo, era rezar para que Gen se hubiera marchado de allí, porque los problemas pronto llegarían a la puerta del Reino Ishigami y Hyouga era el peor portavoz de la desgracia.