Chapter Text
Mello'h estaba esperando, como de costumbre, fuera de la cabina a que Cupido terminase el segmento de esa hora para poder irse. Usualmente, para ese hora, la chica habría terminado, pero al parecer ese día las llamadas habían sido más intensas. Se acercó entonces hacia uno de los libreros, buscando la radio humana que Cupido tenía por ahí. La sintónizo hacia la estación de la escuela y escucho a su amiga dar consejos. Al parecer, la chica con la que estaba hablando Cupido se quejaba de que su novio tendía a ser algo agresivo y violento cuando se enojaba. La chica impostaba algo su voz, pero era obvio que la que llamaba era una menuda cíclope verde.
El hada melusina suspiro e hizo muecas, enfadado por oir la misma historia que tantas niñas le lloraban a él o a Cupido muy seguido. Le enojaba pensar en como la falsa idea del amor incondicional solo dañaba a quienes más lo procuraban; un hechizo sencillo y todos los problemas desaparecerían. No habría violencia, no habría infidelidad y más importante, no habría traiciones a la confianza. Del otro lado del cristal Cupido hacía lo más posible para de una manera diplomática decirle a la chica que su novio no necesitaba de su amor, necesitaba terapia. Mello'h suspiró de nuevo, pensando en como él no habría sido tan amable o ambiguo como su amiga espectral.
Encontrando como zafarse de aquel embrollo, Cupido logró terminar el programa y dejar la música de mal agüero que comunmente inundaba los pasillos de Monster High. La chica voló por el lugar encontrando sus cosas y salió disparada de la cabina, Mello'h a unos metros detrás de ella. Los saludos fueron cortos, el chico regañandola por su falta de firmeza con las posibles víctimas de violencia en pareja. Ella, conociendo bien la perspectiva de su amigo, no dió pie a la misma vieja discusión de siempre, cambiando el tema por lo ocupada que tenían la semana que iniciaba.
Mello'h sonrió ante esto, platicandole sobre los muchos quizzes y test de pseudo-psicología que había encontrado para sus conejillos de india. Esto hizo que Cupido voltease los ojos.
-Sabes, creo que los invitare a salir, ¿Qué dices? Para conocerlos mejor.
-Si claro, como si alguno fuese a aceptar. ¿No deberías estar conociendolos, ya sabes, de verdad?- esto lo dijo con una mirada particularmente ácida.
-Ah vamos, siempre tienes que ser tan aguafiestas.
-Hmmph...
Doblaron un par de esquinas, volando lo suficientemente alto para no tener que interactuar con los monstruos que caminaban debajo.
-Pero tienes razón. He estado preguntando y nada bueno sale a la luz. Todos saben lo básico, ya sabes, se mudo de Scarís, es muy atlética, es muy estricta y es monitor de pasillo.
-Hmm...
-Y he considerado en preguntarles a tuerquitas y doña eco-friendly pero eso alertaría a Rochelle, y no creo que se lo tome bien. Lo mismo para Neighthan.
-Si, supongo que tienes razón. Además, con Spectra a punto de poner su filtro en la puerta del baño no creo que sea buena idea que se te asocie con eso.
-No soporto a ese plumero morado, ¿Cómo es que Buena-Sangre no ha hecho nada?
-Se supone que ya la han mandado a llamar varias veces y que está bajo amenaza pero no veo que eso le afecte mucho.
-Claro que no, ¡está loca!- Mello'h gritó esto, haciendo que los que caminaban abajo los viesen extrañados.
No se molestó siquiera en saludarlos, aun cuando todos los que le vieron le sonrieron y llamaron su nombre, siguiendo su vuelo hacia el salón número 12. Cupido entendía cuan molesto estaba Mello'h, pero prefería no discutirlo. Entendía la gravedad del asunto pero a la vez, había otras cosas en las que pensar más allá de eso. Y si uno lo pensaba bien, esas experiencias desagradables eran parte de la preparatoria; si, era horrible experimentarlo y el acoso que hacia Spectra realmente iba más alla de la eperiencia escolar promedio, pero al final de cuentas, en los ojos de Cupido, era algo que todos tenían en común.
Cuando llegaron al salón, Mello'h seguía con el ceño fruncido y haciendo esa cosa que hacen las serpientes para reconocer sus alrededores, sacando su lengua en intervalos regulares y haciendo un pequeño zumbido. Cupido considero un par de veces intentar distraerlo, evitar que hiciera como una bola de nieve y su frustración creciese y creciese cada vez más, pero no le vio mucho caso. En su lugar, sacó su cuaderno de casamentera y lo colocó debajo del libro de mates en el que se basaba la clase. Las notas que ahí habían variaban en calidad y coherencia, así como en las plicas en las que se median.
Buscó en las páginas la nueva receta que había apuntado en su última clase de Adivinación y verificó que tenía todo listo para esa tarde. Había hecho un par de modificaciones al original para adaptarse a los chicos que quería leer; después de todo, era como balancear una formula química por tanteo, tenía que verificar que todo quedase balanceado al final. Nada más y nada menos.
Hizo un par de intentos, ambas veces olvidando una variable diferente. Para la tercera vez, logró mantener todo como debía. Sonrió ampliamente, orgullosa de su proeza y siguió modificando la segunda receta. No habría secreto de los chicos que pudiese esconderse de ella.
Mello'h a su lado ponia poca atención a la clase, repasando mentalmente los hechizos que se habia robado de uno de los libros de Cupido. No habia tenido mucho tiempo para sacarles información y al no poder andar por ahí con un acordeon de magia robada, tenía que tatuarselos en el cerebro. No era algo extraordinario en realidad, simples hechizos de atracción y fascinación para acelerar las cosas y hacer que los hechizos por venir fluyesen más facilmente.
Lo que le había dicho a Cupido al principió de la tarde acerca de no saber mucho de los chicos era cierto, pero eso era en parte por que no estaba buscando mucho. No había preguntado por ahí como le había dicho, pués no le veía mucho sentido. Sabía ya lo que había que saber, y lo que no sabía no afectaría mucho al final. Siguió repitiendo el orden de las palabras y las runas en su mente, tan dispuesto a probarse la fuerza mágica superior de la escuela.
Para cuando terminó la clase, ninguno tenía realmente notas en alguno de los temas que debían haber aprendido, habiendose perdido en las preparaciones para la cita de la tarde. Cupido cerró su cuaderno llena de emoción por el por venir, a diferencia de todas esas veces anteriores. Las cosas parecían salir como ella quería que saliesen. Después del fiasco que había sido todo el asunto con Draculaura había ido de mal en peor, cada derrota pareciendo más catastrófica que la anterior. Ahora por fin tenía un brillo, por muy pequeño que pareciese, señal de algo mejor.
Se levantó energicamente, despidiendose rapidamente de su compañero antes de salir corriendo hacia su siguiente clase; Mello'h solo hizo un pequeño gruñido en respuesta. El chico tomó sus cosas y las aventó a su morral, el cual después aventó sobre su hombro mientras lo sostenía por la correa. El salió del salón y caminó hacia el lado opuesto que su amiga, decidiendo que haría lo posible por tardar en llegar a su destino.
En el camino fué saludando a otros de sus compañeros y algunos chicos de grados mayores, aunque nadie realmente interesante. Estaban en el primer piso, donde las clases en su mayoría eran para los de primer año y para aquellos que necesitaban repaso para aprobar materias. Ver a algunos de los mansters no era raro, y Frankie comunmente paseaba por ahí, pero fuera de tomar asesorías para los semestrales al final del periodo, nadie más de los alumnos celebres de Monster High estaba ahí.
Fué por esto que Mello'h estuvo bastante sorprendido cuando vió pasar como un borrón a su plumero morado favorito. Su sorpresa aumentó más cuando un borrón el el aire pasó detrás de ella. Distraido por la persecución frente a el, se desvió de su rumbo e hizo lo posible por seguirles el paso. Habiendolos perdido de vista alzó en vuelo y se acercó a los arcos del techo, buscando a alguno de los dos. El resto de los alumnos se movía en una gran ola letárgica, cambiando de salones. Gracias a un par de Nahuales que parecieron tropezar con la nada fué que Mello'h supo hacia donde ir.
El chico se lanzó en picada hacia el final del pasillo, doblando a la derecha. Vio las sombras que estaba cazando entrar a uno de los salones desocupados, y fué ahí que se dió cuenta que estaban en el ala oeste de la escuela. El barullo constante de los alumnos ahora se oía lejano y al ver hacia abajo, se dió cuenta que nadie caminaba debajo de el. Bajó suavemente hasta topar con el piso y comenzó a caminar hacia la puerta del salón. Sin tener que estar junto a ella comenzó a escuchar la conversación, que parecía más una pelea.
Spectra estaba bastante enojada, gritando y susurrando al mismo tiempo sobre como ella estaba poniendo su vida en riesgo por todo esto mientras que el chico hacía nada y se quedaba en el lado seguro. Invisi Billy discutía de regreso que estaba haciendo lo posible y que no iba a perderlo todo por un par de chismes y la falsa busqueda de justicia de la chica, acosando una chica que ni la topaba. Esto solo hizo que Spectra se quedase callada, al menos por un segundo. Spectra contestó después que ella tenía un motivo, su seguridad, mientras que Billy tenía nada, retandolo por atreverse a pasarle un juicio moral. Mello'h no pudo interpretar exactamente que sucedió después, pero pudo oír que Spectra le dijo que debía empezar a esforzarse, o que lo lamentaría. Seguido de esto la chica salió volando por la puerta y después por el techo, perdiendose.
Invisi Billy salió después, sosteniendo lo que parecían fotografías en una bolsa de plástico. Mello'h demasiado curioso para detenerse, carraspeó para llamar la atención del chico, quien perdió gran parte de su color del susto. Intentó esconder las fotografías detrás de él, pero la mano extendida de Mello'h no buscaba agarrarlas, sino presionar al chico hacia atrás, guiandolo de nuevo hacia el salón vacio. Billy conocía poco de Mello'h, al punto de que no estaba enteramente seguro los pronombres con los que llamarle, pero sabía que como Spectra, nada se le escapaba. Por mucho que le sacase unos 10 o 15 centimetros, se sentía pequeño frente a el.
Una vez hubo cerrado la puerta detrás de él, Mello'h extendió su mano de nuevo, ahora con la intención de presentarse. Veía los engranajes de la mente del chico frente a el empezar a rodar intentando comprender lo que sucedía. Alzó su mano y dió un apretón a la del hada melusina.
-Sabes, me sorprende que te veas así con Spectra...
-No es lo que parece, no vayas inventando cosas.
-Oh no, para nada, no me gusta ser chismoso.
Invisi Billy veía con cuidado al hada, intentando averiguar que era lo que quería. Obviamente quería algo, en su mirada había un ansia que solo podía comparar a la de un depredador seguro que tenía a su presa, tan seguro que podía darse la oportunidad de jugar con esta.
-Bien, por que nadie puede saber de esto, menos Scarah.
La expresión del chico se quebró por un segundo, perdiendo su dulzura.
-Vaya, que sorpresa, otro hombre que miente, engaña y oculta- Billy dió un paso instintivo hacia atrás para mantener la distancia- pero no te preocupes, odio particularmente la idea de que la información a medias y la desconfianza arruinen a las personas.
Hizo una pausa, Billy decidió que era mejor dejarlo hablar.
-Sabes, odio las ampollas. Son dolorosas y están en uno dañando y creciendo llenas de podredumbre hasta que uno decide reventarlas, y entonces no queda más que piel desfigurada y la peste de lo que se escondía debajo. Me dan asco.
Al decir esto, el chico inconcientemente acercó sus manos a donde su piel cambiaban en escamas y comenzó a rascar.
-Supongo que por eso odio tanto los secretos. No los soporto. Puedo odiar ser parte del chisme, pero odio los secretos aún más. Los tratos justos, por otro lado, amo saber que hay transparencia. ¿Eso es lo más importante no te parece?
Billy solo asintió suavemente, el hecho de que Mello'h comenzase a caminar de lado al lado del cuarto lo dejaba incomodo.
-Esto se está volviendo tedioso, y no voy a irme por las ramas amenazandote por debajo de la mesa con decirle a tu preciada marcianita que hay una tercera persona en su relación, por que se que eso no es lo que sucede así. Si hiciese eso seguro habría problemas pero sería facil aclararlo todo. ¿Tengo razón?
-¡Ding! ¡Ding! ¡Ding!
-Mi teoría, y corrígeme su estoy mal, es que eres la dupla secreta del crimen de odio andante.
La incomodidad del chico ante la asociación fué notoría, estando a punto de interrumpir. Mello'h estaba demasiado cerca y había comenzado a rodearlo en su caminata, como lo haría un tiburón a un barco, parecía incluso acercarse con cada vuelta que daba.
-Presumo que tu objetivo no es Rochelle... ¿Quién entonces?
-Te aseguro que lo que piensas de mí no es correcto, y también malinterpretas a Spectra.
-¿Oh? Esto es un giro inesperado, la defiendes. Esto lo hace mejor.
Billy solo volteó los ojos.
-No tengo tiempo para tu intenso monologo, ¿sí? Fue una interacción horrible, un gusto conocerte, adios.
-Yo no me iría tan rapido, seguro quieres esto.
Ahora tenía las fotografías en la mano, su sonrisa ahora sin dulzura, acida y prepotente. Billy estuvo a punto de golpearlo para recuperarlas.
-Bueno, estás de suerte. Iba a delatarte con todos como un machito acosador en cuanto supiese a quien seguias, sin piedad; pero al parecer tenemos un objetivo en común.
Billy, harto de ser psicológica y emocionalmente mangoneado por una salamandra egotística un año menor que el, se lanzó hacia el chico, queriendo arrancar las fotografías de su mano, y tal vez un par de dedos con ellas. Mello'h fué mucho más rapido, alzando en vuelo y evitando al chico por completo. Pensando en que dos podían jugar ese juego, el chico desapareció, dejando a Mello'h esperando por el más mínimo sonido. Como antes, volvió a hacer aquello para reconocer su ambiente, dejando ver su lengua bifurcada; nada más que eso parecía hacer sonido en el salón.
El ataque llegó poco después, acertando un golpe en la cadera del hada. Billy había calculado para que fuese en su abdomen, pero algo era algo. Mello'h se volteó rapidamente, buscando el característico borrón que había visto antes, pero no había algo. Otro golpe cambio su atención al otro lado de la habitación, está vez lastimando donde iniciaban sus costillas en su costado. A diferencia de los primeros dos, el tercero llegó casi inmediatamente después al segundo, quedando exactamente en la boca del estomago.
Mello'h soltó un chillido y comenzó a ver borroso, sintiendo como su ser perdía todo el oxígeno dentro de él. Vió a su alrededor buscando de nuevo el borrón. Billy, preparandose para el siguiente golpe, vió como las facciones del hada cambiaban mientras buscaba desesperado donde se escondía. Con cada segundo, las placas de escamas crecían y devoravan lo que restaba de piel en el chico. Sus ojos, que de por sí eran más serpiente que humanos perdieron lo poco de sclera visible, engullendo los rasgos de humanidad que tenían.
Sin problema alguno esta vez, Mello'h encontró al chico, y sin reparo alguno por la fachada que mantenía, se lanzó hacia este, logrando fijarlo contra el piso, las fotografías en una mano y la garganta del chico invisible en la otra. Entre jadeos, y sintiendo el estado de su cuerpo volviendo a lo normal, siguio:
-¡Cuanta energía! Más te vale que la uses para los fines correctos. No queremos algun accidente, ¿Oh sí?- al decir esto, tayó las escamas de su piel expuesta contra las piernas del chico, rasguñando y alzando la primera capa de piel.
El chico no pudo responder mucho, cada intento sonando vacio y rasposo. La desesperación comenzaba a trepar por su garganta.
-Te dire que haremos. Tu aceptas el decirme todo lo que sabes de Rochelle y Neighthan, yo no le digo a todos que estás del lado de Spectra y que acosas a varios de nuestros preciados compañeros, y ambos ganamos- hizo una pausa para gesticular mientras sus muchos comillos volvían a su tamaño natural- eso, o podemos seguir peleando por estas miseras fotografías, y ver quien sale de aquí en una pieza.
La última amenaza vino en la forma de un apretón de la mano del chico que quedaba sobre la garganta de Billy. Como pudo, el chico invisible tosió una respuesta, alzando la bandera blanca. Mello'h liberó su mano y con tacto suave, dió un par de palmaditas en las mejillas del chico, como uno lo hace con un perro.
Estando libre, Billy empujó a Mello'h de encima de el, poniendose de pie rapidamente. Primero Spectra y ahora este niño, comenzaba a arrepentirse de sus chistecitos. Mello'h se levantó, sacudiendo su ropa y acomodando su cabello en su peinado usual. Con pasó alegre alcanzó al otro en la puerta, las fotografías todavía en mano.
-Bueno, nos veremos luego. Eso lo puedes asegurar...
-Primero devuelvelas.
-¿Y perder toda oportunidad de chantaje? No.
Tras esto se fué, saludando a los monstruos con los que se fué encontrando en su camino. Aquel iba a ser un buen día.
***
La tarde finalmente había llegado y todos parecían estar en un muy buen humor. Al verse todos en la torre, los saludos usuales fueron intercambiados entre los chicos, Rochelle y Neighthan aprovechando un poco la oportunidad para ponerse al tanto de sus vidas con el otro. Mencionaron un par de veces sus proyectos, emocionados por verles avance. Gracias a la ayuda de Billy, o las fotografías de Spectra más bien, Mello'h sabía ya sin duda alguna a quien se le debía que esos dos desastres estuviesen de tan buen humor.
Mello'h relevó a Cupido con los preparativos, dandole oportunidad a la espectro de ir a socializar un poco con los sujetos de investigación. Ahora que Cupido había tenido un par de victorias, su emoción y confianza se notaban. Bañó a los chicos en cumplidos por sus outfits, los otros dos apenados pero encantados de oir aquello. Comentó a Rochelle que le emocionaba que le fuese bien con el baile y que estaba segura que sería perfecto. Rochelle quizo negar esto, pero se permitió la felicidad que le traía; Cupido tenía razón.
Los chicos siguieron platicando, discutiendo las clases que habían tenido últimamente y como les emocionaba la llegada de Halloween. Cupido los guió a donde tenía las cartas listas, preparada para hacer su lectura. Mello'h, en una mesa cerca, terminaba los hechizos que había estado memorizando; un par de pulseras con quarzos de fuego en el centro así como pequeños anillos de hierbas trenzadas.
Puso cada par en una bolsa de tela ligera y regreso con los otros. Cupido era su amiga, eso era cierto, pero también era cierto que cuando ella fallaba, el brillaba. La quería mucho, pero también la quería fuera de comisión. Había aprendido que solo así podía el relucir y salir de la sombra de la espectro. Por esto, cuando volvió, viendola tan emocionada y con sus errores por nerviosismo perdidos en el pasado, la amargura y acidez volvieron al fondo de su estómago. Evito lo más posible hacer una mueca, pero no fué muy bueno.
Se paró detrás de la chica, viendola revolver el maso y cortarlo para los dos chicos frente a ella. La semana pasada Cupido no había podido hacer el truco de juntar dos partes del maso empujandolas con el dedo medio hacia el centro, pero ahora sus dedos color carbón movían las cartas como si nada. Mello'h volvió a hacer una mueca; el llevaba meses intentando aprender a utilizar las cartas con trucos bonitos para poder hacer lecturas y simplemente no lo lograba.
Sacó la lengua un par de veces, cada vez saboreando un poco de la magia que estaba haciendo Cupido. La chica terminó de preparar las cartas y se las presentó a los chicos, que después tomaron un trio cada uno. Mello'h aprovechó la oportunidad para tomar las cartas de Neighthan y hacer de la lectura lo más dramático posible. Ambos de sus conejillos de indias eran bastante romanticos en el fondo, así que buscaba apelar a aquello.
Cupido se sobresaltó un poco con esto, pero no repeló mucho. Dejó al chico continuar con la lectura y fué por los polvos que había preparado con sus nuevos hechizos. Las memorías de Neighthan y Rochelle eran lo que mejor les ayudaría a entenderlos, y ella confiaba en que ahí encontraría las repuestas necesarias. Detrás de ella el hada ahora entregaba las bolsitas con sus encantamientos, vendiéndoles a los chicos su eficacia. Cuando Mello'h hubo terminado, Cupido tomó los frascos y advirtió a los chicos que cerraran los ojos. Ambos obedecieron algo reacios.
Cupido sopló cada polvo en sus rostros y trajo para cada uno, un cuaderno y una pluma. Los chicos tomaron la pluma, que al tacto comenzó a moverse sola, danzando sobre la hoja unos milimetros sobre la superficie, esperando ordenes. Una vez eso estuvo hecho, Cupido realizo el hechizo que realmente la tenía preocupada: un suero de la verdad, o algo así.
Se acercó a ellos y recitó las palabras con cuanta seguridad pudo conjurar, esperando el brillo que tendría que llegar, pero en vez de ser la luz que todo lo ve, lo que obtuvo fué un chispazo. Cupido se disculpó con ellos y se acercó a Mello'h, para verificar sus notas. El chico le dijo que estaban bien, y la animó a volver a intentarlo. Después de un par de veces más, Cupido le pidió a el que lo intentara. El sabía que no estaba bien, y supo que palabras cambiar.
La luz que iluminó el cuarto fué total y con ella, el plan de Cupido pudo comenzar. Se sintió algo desanimada, pero quiso seguir adelante. Aún podía funcionar. La primera pregunta fué algo sencillo; su nombre completo, fecha de nacimiento y lugar de nacimiento. Las plumas respondieron correctamente. Mello'h se veía bastante sorprendido.
Cupido les sonrió y les dijo que si querían, podían irse. Rochelle fué la primera en reprochar, preguntando como funcionaban las plumas y que harían con ellas. Cupido respondió tranquila que las plumas contestarían como si fuesen ellos mismos. Mello'h entonces agregó que las destruirían al terminar. No existirían más allá de ese día. Esto pareció calmarlos y depués de cuchichear un poco entre ellos, ambos se levantaron y despidieron de ellos. Habiendo terminado por el día, los chicos ambos se fueron a terminar tareas.
Cupido se sentó de nuevo en la mesa principal y se dispuso a preguntarles a las plumas algunas cosas. ¿Qué quieres encontrar? ¿Qué te mueres por que todo sepan de tí? y cosas como esas. Mello'h tenía otro plan, pues en cuanto Cupido hizo una breve pausa saltó a preguntarle a la primera pluma que pensaba de un cierto normie. La pluma tardó mucho en escribir algo, y en cuanto lo hizo se lanzo de nuevo contra el papel para tacharlo. Finalmente escribió "Creí que había cambiado, y tal vez, en contra de lo que quiero creer si lo hizo" Preguntó entonces por su contraparte y la pluma no tardó nada, escribiendo "Sigue siendo tan lindo a pesar de tantos años. A él si lo extrañé".
Cupido le hizo señas para que se detuviera y pregunto por la imagen ante otros del chico, la pluma contesto que quería ser diferente, pero que si lo hacía su imagen empeoraría. Mello'h preguntó por que buscaría el chico en alguien, la pluma contesto "Un protector, alguien que pelee por lo que cree". Mello'h río ante la ironía y preguntó a la pluma de Rochelle algo similar sobre Jinafire. Habiendo oído lo que quería, el chico dio por terminada la reunión y despidiéndose de Cupido, dejó la habitación, anunciando que tenía cosas por hacer.
Cupido se quedó sola con las plumas, por lo que aprovecho para platicar con ellas. "¿Cual es su memoria más feliz? ¿Como era su mejor amigo de la infancia? ¿Cual fue su primer crush? ¿Se llevan bien con sus padres?" Estas fueron las preguntas con las que quería comenzar. Las respuestas llegaron una tras otra, la primera pluma respondió que recordaba salir de viaje para ver a sus familiares, particularmente una ocasión en la que fue a un arroyo y encontró peces y ranas. La segunda pluma contestó que adoraba cuando llovía y podía quedarse en casa con sus padres, le gustaba salir al jardín y ver las calles de Scaris desde ahí. Cupido tomó notas de todo, emocionada por poder conocerlos.
La tarde se fué volando, deteniendose solo cuando la plumas se quedaron sin tinta y sin magia, quedando inertes sobre las hojas donde durante ese tiempo habían estado vaciando sus corazones. Cupido tenía una de esas sonrisas que no se pueden ocultar, por mucho que se intente. Pudiendo por fin hacer los hechizos como se debían, y habiendo podido conocer a los chicos como debía, se sentía ligera; en cualquier momento flotaría sin poder volver, lo que también generaba el hueco en el fondo de su estomago que le recordaba que cuanto más subiese, más tendría que caer.
Asegurandose que todo iría de bien en mejor, tomo las muchas hojas de aúntes que habían hecho sus plumas y repaso lo más importante, subrayandolo o marcandolo de una u otra forma con sus plumas de colores. Había hablado de tantas cosas con ellas y tenía que empezar a ordenar las cosas, o terminarían por olvidarsele. Más que nada prestaba atención a los buenos momentos, cuando niños especialmente. Al releer las respuestas se dió cuenta que las experiencias de los chicos eran similares, terminando los dos algo atrapados y de diferentes sabores de la seriedad. Aunque tenía dos opciones, Cupido nunca consideró el que el monstruos para ellos fuese alguién que les hiciese segunda. Necesitaban salir de su zona de comfort, y que mejor que alguien que te empuje y te acompañe.
Se detuvo un momento en las hojas de Neighthan, prestando más atención a esta anecdota en particular. Era justo antes de irse de nuevo a Europa, al parecer. Cupido tenía particular curiosidad por esto. Gracias a su cruzada, sabía que Neighthan había vivido antes en New Salem, pero los detalles de todo auquello seguían demasiado difusos. Cuando aparecieron por primera vez los híbridos fueron todo un furor, particularmente él. Era intersante ver que nadie se acordaba de él.
En su memoria, el chico hablaba de estar en casa todo el día, acompañando a su madre en su trabajo de herbolaria y sanación. Le gustaba cerrar los frascos y acercarle los ingredientes que le faltaban, aún cuando su mano no sanaba completamente. La memoria solo mencionaba vaga y ominosamente aquella lesión en su mano izquierda, lo que llevaba a pensar que no había sido un accidente como cualquiera otro. Neighthan mencionaba un par de veces que su madre lo veía preocupado y que se sentía algo culpable por todo el embrollo. Más que nada estaba triste por no poder salir a explorar más. Sabía, incluso siendo un niño, que su madre había decidido regresar a donde vivían antes por ello. Se acababan sus vacaciones.
Cupido intento encontrar en alguna otra respuesta ,más referencias a aquello en algúna otra memoria, pero Neighthan parecía querer evitarlo. Se encontró con otra nota interesante; Neighthan disfrutaba mucho de los bosques de New Salem. Aunque casi no hubiese criaturas mágicas en estos le gustaba pasear por ellos. En esta memoria hablaba de ir con alguién más para buscar insectos. No le gustaba la idea de que fuesen a ser diseccionados después, pero el otro tenía mucho entusiasmo por hacerlo. Por como se expresaba parecía que aquello era una situación usual.
Al leer todas estas cosas, en la mente de Cupido la lista de pretendientes se acortaba otro tanto. Checaba por si acaso en diferentes cristales con runas, solo para verificar sus corazonadas. Hasta ahora, una vez las cosas habían comenzado a salir un poco mejor, no había sido tan dificil ir descartando, pero temía el momento en que la lista ya no fuese tan facil de depurar y tener que escoger entre un par.
Habiendo decidido que el progreso había sido bueno y que necesitaba ya de un descanzo, se levantó triunfante y recogió sus cosas. No era tan tarde, por lo que podría llegar a su torre a ordenar y terminar la serie que tanto quería ver. Dejó la torre de la radio, cerrando el candado con forma de corazón como habiendole ganado. No quería dejarse ser mal agradecida, pero había llegado ya a odiar aquel candado.
Estiró las alas, que al no ser usadas tan seguido se sentían aletargadas y algo rígidas. El ruido que hicieron le preocupó un poco, pero no se dejó pensar mucho en ello. Se lanzó al vacio solo para remontar un poco después, el viento era fresco y pasaba por sobre su piel suavemente. Tal vez de volar más seguido le perdería el gusto, pero en ese momento no se podía imaginar como había monstruos que daban por hecho la habilidad de volar.
Algo en su bolsa dió un tirón. Estando haciendo piruetas era dificil decir que era lo que pasaba en su bolsa, por lo que se estabilizó un poco y sacó su telefono, que recibía una llamada. Era una de sus amigas, después de haberle enviado una tonelada de mensajes se desesperó y decidió llamarla. Cupido contesto, el viento que a esa altura corría más agresivo interrumpiendo su queda voz. Hizo como puod para decirle que la veria dentro de poco en los dormiotrios, que la esperara ahí y colgó; su telefono estuvo en mucho peligro pero sobrevivio.
Cupido se zambuyó en el aire, aterrizando torpemente cerca del frente de la escuela; quería caminar un poco y pasar por el jardín. Re-hizo su peinado como pudo y fué con paso ligero hacia la puerta principal. Se cruzó por un segundo con Heath, quién se veía bastante preocupado. Ella sonrió cordial, no esperando realmente tener que toparse con alguien a esas horas; Heath pareció no reconocerla, lo que sea que ocupaba su cabeza siendo demasiado. fué en el último segundo que sus ojos se enzancharon, asustado. Cupido había visto muchas reacciones a su presencia, pero esa era una primera vez. El chico se detuvo abuptamente, tanto que ella temió que fuese a hacerle algo. Abrio la boca, la cerro e hizo una mueca, pero al final no soltó lo que sea que quería decirle a la chica. Tan pronto como apareció se fué, dejando a Cupido en las escaleras, algo asustada.
Ella siguió su camino, entrando a los ahora vacios pasillos. Sus pasos resonaban en los enormes pasillos, sonando cada vez más pesados y amenazantes. Estaba segura de estar escuchando mal, pues había una discrepancia, como cuando el audio de un video no va bien. Quiso voltear hacia atrás, pero la idea de asustarse como humano en su propia escuela le era riduculo. Cuando sonó una voz conocida detrás de ella fué que se dió cuenta que no estaba loca, y que habría sido bueno voltear antes. La voz se sentía extrañamente emocionada por verla.
Deuce se acercaba a ella a trote ligero, saludandola mientras lo hacia. El chico llevaba puestos unos jeans gastados y una playera sin gracia, a la cual le habían cortado sin cuidado las mangas para agregar ese efecto de rebelde sin causa por el que tanto se le conocía. Se le veía emocionado, haciendo un par de comentarios como quien no quiere la cosa sobre como estaba pensando en buscarla. Cupido no era muy fan de pararse junto a esta clase de chicos, segura que ellos no tendrían problema alguno para aplastarla si así quisiesen. No dejo ver esto mientras saludaba al chico, preparandose para hacer un hechizo falso o algo para sacarle la vuelta como solía hacer. El chico tenía una sonrisa muy encantadora y retadora mientras le preguntaba sobre el programa. Cupido contesto algo neutral, aún esperando el favor que le iban a pedir.
Deuce no tardó en dejar ir la mascara, cambiando a un tono más fuerte. Le preguntó entonces por sus servicios de casamentera. Ella le vió confundido, a lo que el contesto en su tono usual que no era para él. Le juro su amor eterno a su high-school sweetheart y cruzo los brazos, un poco rudo; la chica no sabía que pensar. Cupido dudo por un momento, sabiendo gracias a rumores y recuerdos que Deuce no era la mejor combinación con sus actuales clientes. Antes de que ella fuese a comenzar, el chico le hizo señas para que siguiesen caminando; el la acompañaría, pues no quería quitarle mucho tiempo. Dandole el beneficio de la duda, ella comenzó a hablarle un poco de lo que implicaba y que por el momento no tomaría muchos pedidos, pués aún estaba descifrando como hacer todo aquello. El se veía un poco desinteresado, por lo que ella siguió, dando un par de ejemplos cauteloso de lo que solían hacer. Como quien no quiere la cosa, el chico pregunto por sus clientes actuales. Los rumores habían comenzado a correr y estaba segura que el sabía de quien se trataba, pero no quería decir los nombres de todas formas; no quería ser ella quien los entregase así.
Abogo por la privacidad de los chicos y quizo cambiar el tema devolviendole la pregunta, ¿a quién quería el emparejar? El chico rio suavemente, entendiendo la acusación aún habiendose curado en salud momentos antes.
-Digamos que tengo un amigo con una muy mala suerte para las relaciones. A decir verdad, yo no he visto una sola novia junto a el, empiezo a creer que que es una situación tipo "mi novia definitivamente existe, pero vive en canada".
Cupido no dijo algo.
-Tanto así, que los monstruos han empezado a decir rumores tontos al respecto, nada bueno.
-¿Quieres entonces limpiar su nombre?
-Si, algo así. Que mejor regalo para mi mejor amigo, una novia.
Toda la conversación le sabía mal a la chica, pero eso en particular sabía tan ácido.
-Bueno, tendría que hablar con el entonces, habría que...
-Hmph, tal vez eso no funcione. ¿No puedes hacer algo con tus flechas o algo así?
Otra señal de alarma.
-No, esto ya no funciona así. No puedo hacer nada si no lo conozco.
-No te preocupes- al decir esto el chico se detuvo, quedando frente a Cupido y bloqueando el camino hacia el jardín- para su mala suerte tiene cierta fama, así que ya lo has de conocer.
Cupido volvió a sentirse microscópica frente al chico.
-Él único e inigualable normie de Monster High, seguramente sabes de él.
El rostro de Cupido al escuchar esto y pensar en todas las juntas con Neighthan pareció ser muy divertido para Deuce, cuya sonrisa era maliciosa.
-¿Qué paso? Esa definitivamente no es una respuesta prometedora. Dime, patrona, ¿Que opciones de novia tiene mi amigo? Creo que lo obvio son Frankie o Toralei, pero tu dime.
Cupido dió un paso hacia atrás, trastabilleando con sus propias piernas. El tono del chico había cambiado totalmente; era agresivo, era ácido y estaba ansioso por la respuesta.
-No tienes que escoger ahora, date tiempo. No se me ocurre alguna razón por la cual no puedas encontrarle novia a mi amigo. A menos que ya lo tuvieses pensado para alguién más.
La chica estuvo a punto de abrir la boca para decir algo, para defenderse, pero el sonido no salia, ni siquiera para tartamudear.
-Realmente quiero saber que te llevo a pensar que podías juntar a Jackson con esa loca. Que bueno que vine a intervenir, o esto habría acabado mal para todos. Ya puedo imaginarme la mierda que dirían si saliese con ese.
Deuce dió un par de pasos hacia adelante, empujando a Cupido aún más. Sus serpientes no quitaban la vista de la chica, y hacían como Cupido había visto a Mello'h cuando se enojaba; el siseo era de los pocos sonidos en el aire. Sientiendo que aquello que se había atascado en su garganta por fin se movia, logro sacar un intento de disculpa, de defensa. Deuce rio acida y burlonamente, acercandose aún más a Cupido.
-Creo que sería mejor para todos si te sacas esa idea de la cabeza y empiezas a buscar una novia de verdad para mi amigo, la situación es un poco desesperante, ¿sabes?
Sin pensarlo, Cupido dijo golpeadamente que Rochelle no iba a quedar con el normie, no era ella. Quería salir de aquella situación como pudiese, por lo que no pensó que con eso el otro podría hacer 2 2. Esto hizo pasar un brillo en los ojos del chico, uno de entendimiento. De su mirada burlona cambio a una de rabia, la tensión haciendo que su piel se enrojeciese más y más. El chico la tomo del brazo y apretó, sin detenerse en algún momento; alrededor de sus dedos, la piel de la chica comenzó a aclararse para luego ponerse roja, como silueteando el daño. Cupido quizo esquivarlo y después intentar soltarse, pero no causo la más mínima reación.
-No te quieras hacer la graciosa. Tu no vas a empareajar a Jackson con nadie. Se ve que tienes la cabeza hecha mierda si pensaste que te saldrías con eso. Se lo que esos dos son, y no los necesito cerca de nadie.
Cupido volvio a sentir en su garganta un nudo, pero está vez no solo le impedia el habla, este era espinozo y rasgaba dentro de ella. Con su mano libre intento liberarse, rasguñar al otro, pensó incluso en morderlo.
-Así que tu, y tu amiguito se van a mantener lejos, y a mantener a esos dos lejos de mi amigo y de mí. Cada quien con los suyos- hizo una pequeña pausa y se acercó aún más- considera esto una amable advertencia; no dejare que arruinen las cosas aún más. Ya salvé a Jackson de esta mierda una vez, no dudaré en hacerlo de nuevo. Como tenga que ser.
Al decir esto dejo ir el brazo de la chica. Gran parte de su brazo estaba manchado con los moretones que se formaban rapidamente. Ahora que pudo respirar, aunque fuese por un segundo, el llanto que había quedado congelado se libero.
La mirada del chico, que se había enderezado y vuelto a su postura usual, estaba llena de hastio.
-No veo porque tanto drama, ¿esperabas hacer toda esta mierda y salir así como si nada? ¿huh? No puedes entrometerte y arruinar nuestro esfuerzo y esperar que te aplaudamos. Creí que después del asunto con Draculaura serías menos estupida.
Suspiro fuertemente y como quien no quiere la cosa, reviso su reloj, no habían pasado ni diez minutos, pero para ambos se sentía eterno.
-Anda, deja tu teatro, tu no eres ninguna victima. Debiste haberlo pensado antes de causar todo esto.
Se giro y arrancó hacia la puerta principal, al pasar frente a uno de los pasillos vió un borrón azul. Se detuvo por un segundo y gritó para el pasillo entero una amenaza. Nadie se enteraria de lo que pasó. El eco de sus palabras rebotó entre las losas y los altos techos por tanto tiempo que las palabras dejaron de tener sentido en la mente de Cupido. Se quedó de pie, temblando y llorando por lo que sintió como una eternidad. El dolor de su brazo comenzaba a escalar y a expandirse como pequeñas ramas trepando por su cuerpo. Se negaba a bajar la mirada y evaluar el daño. Sabría que lloraría más, o vomitaria o se desmayaría. Intento varias veces respirar hondo, pero cada vez se veía interrupida por un gimoteo y el involuntario refejo de las comisuras de sus labios, que se arqueaban hacia abajo.
Hacia el fondo del pasillo, por donde había desaparecido Deuce, una figura se fué haciendo visible lentamente. El chico se acercaba a Cupido entre un trote y una caminata, alternando de manera poco natural, inseguro si asustaría más a la chica con alguna de esas. Cuando la escuchó más claramente, sintió como se hundía el fondo de su estómago. Se acercó hasta poder tocarla e instintivamente lanzó las manos hacia el rostro de la chica. Quería asegurarse que no había ido demasiado lejos. Esto despertó a Cupido de su trance; manoteó como pudo y alejo al chico, los ruidos que hacía sonando guturales y animalísticos. El dio un par de pasos hacia atrás, sin saber como reaccionar, solo se le ocurrio alzar las manos.
Invisi Billy empezo a querer explicarse, pero Cupido lo interrumpio. No estaba dispuesta a dejar que esto le pasara una segunda vez. Golpeó, empujó ya alcanzó a rasguañr al chico en su afán de deshacerse de el. El quizo excusarse y aclarar las cosas, pero esto solo la hacia enojar más. Cupido se volteó y enfilo hacia la puerta trasera; ya no se daría tiempo se pasar por el jardín, solo quería salir de ahí. Billy comenzo a seguirla, lo que la enfureció más. Sin pensarlo en realidad, el quizo tomar su muñeca, lo que no mejoro la situacion para nada.
Se volteó sobre sus tobillos y lo encaró. El quizo marcar la linea entre los otros y él, pero la chica no se lo permitió y sin reparó, le pregunto que quería. Ambos sabían por que se había acercado, pero ella en su enojo, quería escucharlo directamente de su boca; que admitiese su estupido interes. El en su lugar obvio sus malas intenciones y quizo disfrazarlas de curiosidad. Como una ofrenda, dijo cosas que creyó a Cupido le serviría escuchar: Los niños habían tenido un gran papel en hacer a Neighthan desaparecer por casi 10 años y que no era coincidencia que por el mismo tiempo Jackson fuese enviado a una escuela solamente para humanos. Agregó que el consejo había tenido problemas con los Jekyll desde entonces. Ella se detuvo con esta última.
No dijo algo y espero que el otro siguiese. Eso del consejo sonaba familiar, pero no lograba recordarlo. El comenzó a explicar un poco más, haciendolo de tal manera que hizo que una asociación de vecinos sonara como la mafia misma. Por lo visto, los monstros fundadores tenían mucho más control que en las patrullas nocturnas, el largo del cesped y el tipo de camaras que se podían instalar en los vecindarios. El padre del normie era una figura peculiar, rodeada de incertidumbre por parte de los monstruos; esto hizo que quisiese saber más, pero supo mejor que preguntarle a Billy. El chico, queriendola mantener ahí siguió con sus teorías y suposiciones. Cupido dejó de ponerle atención rapidamente y sin mucho reparo se volteó y salio disparada hacia el jardín. Cuando Billy se descongelo y salió detrás de ella, la chica ya no estaba a la vista. Se esfumó.