Chapter Text
Para alguien que siempre ha intentado mantener un perfil bajo, las cosas no le salen como quiere, jamás. Lo sabe desde que se presentó como omega de forma tardía y con el paso del tiempo, las situaciones que se le presentaron le dejaron claro que no la tendría nada fácil y que sería parte del ojo público en varias ocasiones. Es odioso, más no se arrepiente de las cosas que le han sucedido con el andar de los años. Porque gracias a todo ello, tiene a su pequeño hijo, por el que daría todo.
Gulf sabe que es afortunado de tener la vida que tiene, no sabe que sería de él si todo lo que le ha sucedido simplemente no hubiera pasado.
Pero ahora es distinto.
Ahora, el camino que decidió tomar, en busca de su felicidad lo ha puesto en una situación difícil de manejar para él. No poder correr a ver a su hijo lo tiene nervioso, detesta pasar demasiado tiempo lejos de su pequeño Jai; ni siquiera está acostumbrado a pasar más de dos días sin verlo.
Había charlado con su hijo por videollamada hace una hora atrás, el domingo había terminado y ahora era la mañana del lunes, charló con su hijo y con la madre de Bright, siempre siendo amable con él, la mujer estaba preocupada por la situación, aunque parecía no querer expresarlo de forma obvia teniendo a su nieto con ella. Gulf le agradeció por cuidar de Jai. Esa semana Jai debía asistir al kínder, por lo que ella junto a la madre de Gulf se encargarían de llevarlo y recogerlo, al menos por el momento.
—Cuídate mucho, ¿sí? Y no te preocupes por Jai, yo me pondré de acuerdo con tu madre para ver como cuidaremos al niño.
—Muchas gracias, en serio. Si tiene algún problema no dude en llamarme o a Bright.
—Claro Nong. Suerte y mucha fuerza Gulf, estoy segura de que todo saldrá bien.
Kanawut volvió a agradecer, sintiendo sus ojos arder por la respuesta el apoyo de la Mae de Bright. Adora a la mujer, siempre ha sido tan amorosa con él, claro que se debe más que nada al instinto omega, Gulf lo comprende. En cambio su madre…
MaeNuch era… alguien dura. Su naturaleza alfa la volvía una mujer difícil y, en ocasiones, poco amorosa. Esto último no es algo recurrente, en realidad siempre ha sido cariñosa y amable con él y su hermana, pero hay momento en los que su lado alfa sale a relucir. Es dura con sus palabras, hiere los sentimientos de otros de vez en cuando, no de forma intencional, simplemente se mal temperamento toma el control y la hace decir cosas que en realidad no quiere.
Como ayer.
Una vez que habló con ella, las palabras hirientes de la alfa lo golpearon con rudeza.
—¿Cómo puedes ser tan descuidado? Desde un principio te dije que no me agradaba esa relación, pero no me escuchaste. ¿Sabes el desastre que se está provocando? Tu padre está angustiado por todo esto.
—Mae, no fue nuestra culpa, estábamos siendo cuidadosos.
—Besarte con tu jefe bajo la lluvia no es ser cuidadoso Gulf. Invitar a ese hombre a tu casa no es ser cuidado. ¿Acaso no lo ves?
—Nadie sabía quién era yo, Mae… Estábamos solucionando el problema de la prensa.
—Pues ahora todos lo saben —la mujer gruñó del otro lado de la línea—. Todos saben quién eres. Desde el momento que empezaste a tener esa clase de sentimientos por tu jefe debiste alejarte, no es correcto. Debiste renunciar y buscar otro empleo, alejarte de ese hombre que no sabes qué es lo que quiere.
Gulf cerró los ojos, intentando evitar que las lágrimas corrieran por su rostro.
—Mae…
—No pensaste en Jai, en las repercusiones que podía tener meterte con tu jefe. En lo que dirán de ti y la familia. Eres tan egoísta.
Aquellas últimas palabras se clavaron profundo en Gulf, no fue capaz de responder debido a que su madre cortó la llamada. Lloró mucho antes de dormir, aunque se repetía una y otra vez que no tenía por qué hacerlo. ¿Egoísta? Gulf no era egoísta, simplemente quería vivir su vida, tener la oportunidad de estar con alguien luego de su matrimonio fallido.
Pero no quería pensar demasiado en ello.
Apenas y probó bocado esa mañana, tan solo un pan tostado y un poco de café, está seguro de que tendrá hambre antes de medio día, pero realmente no es capaz de poner más en su estómago.
Justo cuando terminaba de preparar sus cosas, una llamada entró a su celular. Se trataba de Bright, habían llegado al acuerdo de que esté pasaría por él a falta de vehículo, pensar que su auto está en el taller y no saber cuándo podrá sacarlo ahí lo pone molesto, pero no quiere arriesgarse a andar por todo Bangkok solo e ir acompañado haría que la persona que fuera con él quedara al descubierto. No quería a más involucrados.
—Ya salgo.
—Bien, estoy en un auto rentado frente a la casa.
Caminó hacia la ventana que daba con la calle, observando el vehículo que Bright mencionaba; sí, ahí estaba. Era de esperarse que hiciera algo así, por lo menos así retrasarían el trabajo de los reporteros y periodistas para obtener información acerca de él.
Bright finalizó la llamada, mientras Gulf tomaba las cosas necesarias para salir de la casa; asegurándose de cerrar de forma correcta la entrada principal, se apresuró a acercarse al auto que conducía Vachirawit.
Una vez dentro del auto, hundió su cuerpo en el asiento del copiloto, dejando su mochila en el suelo y guardando las llaves en unos de los compartimentos de esta. Saludó al alfa sin muchas ganas, y este respondió de igual forma.
—¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?
No era una buena pregunta. Gulf sabe cuál es su apariencia esa mañana, se había visto en el espejo cuando salió de bañarse y es consciente de que se ve deplorable. En realidad no logró conciliar el sueño, así que sus ojeras están bastante marcadas, pero claro, ¿qué podía esperar? Dormir no era claramente una opción, la preocupación lo estaba matando.
Rio de forma irónica, cerrando los ojos. Bright comprendía esa risa.
—Ya, mala pregunta.
—Definitivamente una mala pregunta —concordó, aun así la respondió—. No logré dormir más de una hora seguida.
—Lamento oír eso.
—Fue gracias a Mae —soltó al aire, dirigiendo su vista a la ventana—. Hablé con ella anoche, está muy enojada.
Entonces el alfa terminó por comprender, conoce lo suficiente a la madre de Gulf para tener una idea de lo que implicó que el omega hablara con ella anoche. No quiere saber todo lo que esa mujer le dijo a Kanawut, pero está seguro de todo el chantaje psicológico que utilizó para hacerlo sentir mal.
Era preferible no hablar del tema, dejar que el asunto se enfríe.
Un suave aroma a café se expandía en el interior del auto, envolviendo a Gulf en él, consiguió relajarse en el asiento. Soltó un pequeño agradecimiento, manteniendo los cerrados por un largo rato.
Les llevó un rato llegar a las instalaciones de Suppasitoont, aunque Gulf aprovechó ese tiempo para descansar. Al menos con la presencia de Bright se sentía en paz. Una vez estando en el edificio, Bright aparcó el auto en el estacionamiento subterráneo de este, cosa que le pareció curioso a Kanawut. Uh, se estaba perdiendo de algo, de eso no tiene duda.
Era obvio, sobre todo cuando Vachirawit apagó el vehículo y se deshizo del cinturón de seguridad.
—¿Vas a bajar?
—Hablé con Suppasit antes de pasar por ti —explicó con voz calmada—. Quiere una reunión conmigo, parece ser que ha tenido problemas para encontrar un abogado, así que me ofrecí a analizar las opciones que tiene —giró ligeramente sobre su asiento, estirando su cuerpo hacia atrás para alcanzar su maletín—. Espero que no te incomode.
—Para nada —responde rápidamente—. Gracias, por el apoyo —, se acercó lo suficiente para darle un beso en la mejilla. Es consciente de que Mew y Bright no se toleran, por lo que está realmente agradecido con Bright por lo comprensible que está siendo, bien podría pasar por alto que Mew también la está pasando mal.
Bajaron del auto y fueron en dirección al elevador directo a la oficina de Suppasit, esperaban no toparse con nadie y que el elevador no parara en ningún otro piso.
~
Su oficina estaba en absoluto silencio, no es algo nuevo, Mew procura siempre sentir paz en su lugar trabajo y en algunas ocasiones ponía música de fondo o el noticiero. Esta vez no tenía muchas ganas de colocar música, mucho menos de poner las noticias en su televisor, sabe cuál es el tema del momento. Y tampoco el silencio ayudaba mucho, se sentía agotado, las paredes le parecían más y más estrechas, causándole claustrofobia; escuchaba sus malos pensamientos rondar por su cabeza, la voz era la de su padre, con un tono lleno de decepción y asco.
La soledad lo estaba matando en ese momento, se estaba sofocando.
Miró su reflejo borroso en la ventana, se veía agotado y hecho un desastre. No llevaba saco ni corbata, solamente un pantalón gris de vestir y una camisa blanca algo arrugada, no tuvo muchas ganas de planchar su ropa.
—Maldita sea… —soltó contra el cristal. Tenía unas leves ansias por beber algo, pero sabe que es muy temprano para ello y para nada sano.
Mientras consideraba un poco más que tan malo sería tomarse un vaso de whisky, unos leves golpes a la puerta de la oficina hicieron eco en todo el sitio.
—Adelante —exclamó.
Una vez se abrió la puerta sus ojos captaron a Gulf, que si bien no se veía radiante como todos los días, tenía una sonrisa en los labios que provocó un alivio inmediato en Mew. Bueno, no todo en su vida era malo.
Seguido de Gulf entró Bright, que era el que mejor se vía de los tres. Bueno, esto no le afecta directamente y parece que aún puede guardar un poco su imagen.
—Buenos días P’Mew.
—Gulf —fue lo primero que salió de su boca, mientras se acercaba a paso tranquilo a ambos, depositando un suave beso en la mejilla del omega—. No tenías que venir hoy.
—Te dije que no puedes librarte de mí tan fácilmente —susurró.
Sonrió ante esa respuesta. Miró a Bright.
—Gracias por venir, Vachirawit —le extendió una mano en forma de saludo.
—Todo sea por ayudar a Gulf —fue una respuesta algo tajante, al menos devolvió el apretón de manos.
Recibió un suave golpe en las costillas por parte de Kanawut. Luego, este posó su atención en Mew.
—¿Desayunaste, Phi?
Suppasit hizo una mueca.
—No en realidad.
—¿Quieres que pida algo?
—Quizás más tarde, por ahora… ¿por qué no tomamos asiento?
—Me parece bien, en tu escritorio o…
—En el sofá, si gustas, será un poco más cómodo.
Bright estuvo de acuerdo, asintió una vez antes de acercarse al amplio sofá y sentarse cerca de una de las esquinas, mientras que Mew tomaba asiento a una distancia prudente.
Por otra parte, Gulf parecía dudar si sentarse con ellos, él no tiene mucho de qué hablar con ellos; si bien el escándalo lo involucraba directamente, la conversación giraría alrededor de la empresa y quizás un poco sobre Suppasit, aun así, no es algo que realmente le incumba.
Los alfas notaron las dudas en el omega, más fue Suppasit quien habló primero.
—¿Todo bien, Gulf?
—Uh, sí. Solo estaba pensando… ¿debo quedarme aquí? Quiero decir, hablaran de la empresa y no creo que importe mi opinión —hizo una pausa, mirando a ambos hombres de traje sentados en frente a él—. Y creo que quiero despejar mi mente de todo esto, al menos por un rato.
Suppasit suspiró pesadamente, comprendía el hecho de que Gulf quisiera despejar su mente de todos los problemas, pero no le parece que el omega crea que no necesitarían su opinión en temas de la empresa.
—Si quieres esperar fuera o ir al área de diseño está bien —respondió—. Pero no digas que no importa tu opinión, ¿okay? Eres parte de esto y tu opinión cuenta tanto como la mía.
No hay discusión respecto a ello. Gulf asiente en respuesta y se despide para dirigirse al área de diseño.
Espera poder despejar la mente estando con War.
~
Toda la gente que se amontona en la entrada del edificio familiar hace que Jom se sienta fastidiada, por no decir otra cosa. Suelta un suspiro antes de adentrarse en el estacionamiento subterráneo, no le gustaría toparse con todos esos reporteros y terminar envuelta en preguntas incomodas —y muy groseras— respecto a su hermano, terminaría gruñéndole a todos
Al bajar del vehículo, se plantea que hará primero. ¿Debería ir directamente con Mew? ¿O hablar con Gulf antes? Jom no le encanta la idea de meterse en la vida privada de su hermano mayor, así como tampoco está de acuerdo con que otros también lo hagan. Ahora todo Bangkok está muy metido en la vida de Suppasit y ella se ve obligada a meterse también; todo sea para prevenir algún otro problema.
Tras pensarlo detenidamente, tomó la decisión de ir por Gulf primero. Sacó su celular, llamando al número de Kao, preguntando si él sabía dónde podía estar Gulf en ese preciso momento. El escritor pareció dudar por un segundo, sin saber si decirle a Jom la verdad o no. Por suerte, recibió una respuesta positiva.
—Puede estar en el área de diseño, junto a Wanarat. Búscalo ahí, si no está, entonces debe estar en la oficina con Mew. Pero Jom, por favor, se amable, Gulf no tiene la culpa de nada.
Agradeció la cooperación de Noppakao, para luego colgar. Subiría al piso de diseño con la esperanza de encontrarse con él a solas.
[…]
El área de diseño siempre le ha parecido un sitio divertido, además de algo caótico; cuando visitaba la empresa cuando era más joven, siempre veía a los diseñadores y editores correr de un lago a otro, con carteles enormes llenos de fotografías, hojas de colores, pocas letras y otros materiales. Era un caos, pero a su vez le parecía lo más bello que alguna vez vio.
Para ese entonces, la idea de ser diseñadora de la revista le parecía genial.
Hasta que su padre le abrió los ojos.
Actualmente el piso dedicado a los diseñadores era más ordenado, había menos caos. Los avances tecnológicos son una de las razones, ya no es necesario utilizar papel de colores, letras recortadas a mano, recortes como conceptos. Ahora todo es digital, algo bueno para el ambiente, pero algo aburrido para Jom.
Se topó con un par de gente del área, un fotógrafo la saludó con una reverencia bastante marcada, parecía nervioso con solo verla. Normal, también reaccionan así con los demás miembros de la familia. Exceptuando un poco a su madre, ella siempre le ha dado una imagen más suave a la familia.
Se detuvo un momento para preguntar a uno de los empleados dónde podía encontrar a Wanarat; fue fácil enterarse de cuál es la oficina. Al encontrar la oficina, golpeó un par de veces hasta que se le dio el permiso para pasar, abrió la puerta lentamente, encontrándose con el rostro del diseñador gráfico de la revista, uno de los principales, tiene entendido Jom. War tenía la mirada fija en su computador, lo ha visto en otras ocasiones, aunque nunca tan detenidamente. Era un omega bastante agraciado, a su alfa interior le pareció hermoso.
—Buenos días —saludó con voz fuerte y clara.
Wanarat respondió el saludo, apenas alzando la mirada del computador.
—Buenos días, ¿necesita algo? —tardó un momento en mirar a la recién llegada, su cerebro hizo clic cuando sus ojos se cruzaron con los de la alfa—. K’Jomkwan —su voz se agudizó un poco, se puso de pie lo más rápido que sus piernas se lo permitieron, ganándose un golpe con el escritorio.
Kanawut dio un salto al escuchar ese nombre, volteó rápidamente hacia la puerta, encontrándose con la mirada filosa de la hermana de Suppasit.
—K’Jomkwan…
—Perdonen la interrupción —se escuso con voz calma—. Kanawut, me gustaría hablar con usted en privado. ¿Si recuerda lo que hablamos la semana pasada? Sino recibía noticias suyas, me vería en la necesidad de venir a la oficina para aclarar ciertos… puntos.
Gulf recordaba claramente a lo que Jom se refería, pero en realidad lo había ignorado y se había logrado olvidar por un momento. Eso hasta la tragedia.
—Sí, recuerdo claramente —volteó su atención al computador, encargándose de guardar las actualizaciones del proyecto del aniversario de la empresa—. ¿Dónde…?
—Lo espero en la sala de juntas, en el piso de presidencia. Le avisaré a Mew, también lo necesito presente.
Tras decir aquello, se tomó un par de segundos para mirar con detenimiento a Gulf y luego a War, le sonrió a este último para proceder a salir. En el momento que la alfa salió de la oficina, ambos omegas se miraron entre sí, a Wanarat se le subieron los colores al rostro, mientras que Kanawut se notaba confundido.
No tiene ni idea de lo que le puede esperar allá arriba.
[…]
Tocó a la puerta de la oficina de Suppasit un par de veces antes de entrar, al abrir se encontró con Bright terminando una llamada.
—Si buscas a tu jefe, se acaba de ir hace 5 minutos furioso tras una alfa, ¿su hermana, verdad?
—Sí, Jomkwan. ¿P’Mew estaba muy…?
—¿Enojado? Definitivamente —respondió con un tono bastante divertido—. Lo bueno es que logramos avanzar lo suficiente con su caso, me retiraré y volveré por la tarde, aún hay temas sin concluir —caminó en dirección a Gulf con su maletín en la mano, una vez estando a la altura del omega, se despidió con un leve beso en la mejilla—. Por cierto, tu cuñada está muy guapa. Que buenos genes tiene esa familia, eh.
Gulf giró los ojos, negando ante los comentarios de Bright. Salieron juntos de la oficina, el alfa tomando camino hacia el ascensor, mientras que el omega se detiene un momento mirando hacia la sala de juntas.
La que le esperaba.
~
La tensión en la sala de juntas era palpable, la presencia de los dos hermanos alfa era demasiado en el sitio. Suppasit estaba más que furioso por la presencia repentina de Jomkwan; ha estado demasiado estresado para tener que lidiar con su hermana ahora. Pero parece ser que el mundo estaba en su contra.
—¡No puedes venir aquí a exigirle a mi asistente que hable contigo! —gritó, azotando las manos sobre la larga mesa frente a él—. Solamente estás atormentándolo —apuntó hacia la morena, que yacía sentada en la punta contraria a Mew, cruzada de brazos y observando a su hermano con detenimiento—, ¿no puedes dejarnos en paz?
—Yo misma le advertí a tu asistente que vendría a hablar con él si no me llamaba —aclaró—. Tenía planeado venir mañana, pero con todo lo que sucedió… Me vi en la obligación de venir antes de que papá decidiera tomarse esa tarea.
—¡Me importa una mierda lo que haga papá!
—¡A mí no me grites, Suppasit! —golpeó la mesa con ambas manos, imitando a Mew, mostrando los dientes de forma agresiva—. ¿Acaso cada vez que vengo tengo que recordarte que somos iguales?
Un breve silencio reinó la sala de juntas, la puerta se abrió lentamente, dejando ver a Gulf. Este frunció el ceño, llevando una mano a su nariz; todo el sitio apestaba a alfa, los aromas de los hermanos se mezclaban de una forma tan explosiva que estaba siendo demasiado para Kanawut.
Aguantó la respiración un segundo, caminando directamente la ventana mas cercana, abriéndola de par en par. Respiró profundo el aire puro que entraba por la ventana, eso estaba mejor.
—Bien, creo que… deberían dejar de pelear. Los gritos se escuchan hasta allá fuera y el lugar apesta a alfa.
La alfa se puso de pie, alisando su cabello como acto de reflejo para mantener la compostura.
—Lo lamento, K’Kanawut. Es una pena que tengas que presenciar esta clase de discusiones familiares —señaló una de las sillas alrededor de la mesa—, pero por favor, siéntate. Mew —señaló otro de los asientos con la mirada. El escuchar su nombre salir de la boca de su hermana, le arrebató un gruñido.
Kanawut le lanzó una mirada fugaz a Suppasit, quien captó enseguida. Se acercó al omega, tomándolo suavemente por el brazo para acercarlo. Movió la silla frente a él, señalando el asiento para que Gulf tomara el lugar.
Agradeció en voz baja, colocándola la agenda que traía consigo en la mesa y mirando a Jom, que estaba sentada frente a él. Mew tomó asiento junto a él, colocó su mano sobre la ajena, dejando suaves palmaditas sobre esta. Soltó un par de palabras de tranquilidad, intentando crear calma para Gulf.
—¿Qué es lo que tienes que decirnos, Jom?
La alfa soltó un largo suspiro, no le gusta para nada meterse en esta clase de problemas con Mew, porque ante los ojos de su hermano mayor, ella está quedando como la mala. Ella no es la mala, su padre lo es. Aunque suene mal es la realidad.
—A raíz de la insistencia de la prensa por inmiscuirse en la vida privada de Mew, provocó la atención de papá, de una muy mala manera. Sobre todo porque no es la primera vez que Mew está en el ojo público por un tema de interés amoroso…
Suppasit tensó sus hombros ante lo último.
—No. No compares esto con lo que ocurrió hace cinco años.
—No pretendo compararlo, de hecho, para mi no hay punto de comparación. Pero que yo piense así no influye en lo que todo Bangkok piense, ¿estás de acuerdo? —hubo una breve pausa, Jom tiene la razón, que dos personas piensen distintos no cambiará nada—. El punto es, padre esta interesado en conocer personalmente a Gulf, ya sea que acepte la invitación a una cena familiar este fin de semana o, en el peor de los casos, que sea el mismo quien aborde a Gulf en cualquier tipo de escenario. Mi recomendación es que ambos acepten la invitación a la cena, para así disminuir la probabilidad de que padre por su cuenta.
Para los hermanos estaba claro todo, ellos son conscientes de lo que es capaz su padre, por otra parte, Gulf no tiene la menor idea de lo influyente que es ese hombre y las cosas que es capaz de hacer cuando quiere conseguir algo.
El omega observó a ambos alfas, está claro que esto es algo totalmente nuevo para él. La confusión y el temor es enorme en esos momentos.
—¿Podría… hablarlo en privado con Mew? —preguntó con voz baja—. Creo que es un tema que debemos platicar con detalle, tomaremos la decisión hoy y me aseguraré de que P’Mew te avise. ¿Te parece bien, K’Jom?
A Jomkwan le basta esta conversación para darse cuenta de la diferencia entre este omega sentado frente ella y aquel chico que su hermano presentó hace años a su familia. Definitivamente no hay un punto de comparación.
Sonrió en dirección al menor, asintiendo un par de veces.
—Me parece excelente.
Una vez dicho esto, Jom se puso de pie, haciendo una leve reverencia ante la pareja y tomando su bolso de la mesa. No tenía más razones para estar ahí, hablar con su hermano no era algo que planeara hacer, al menos no por el momento, ha estado demasiado irritable y una discusión no es grata en ningún momento.
Al menos ahora es consiente de que puede contar con la sensatez de Kanawut para llegar a algún acuerdo con su hermano.
~
Pasaban de las 18:00 horas cuando tocaron a la puerta de la oficina, Wanarat se encontraba guardando sus pertenencias en su mochila. Era su hora de salida, y realmente quería llegar a su casa, aunque en realidad no tenía mucho que hacer; frunció el ceñó ante el sonido de la puerta. ¿Quién podía ser? Gulf ya no acostumbra a tocar a la puerta, y cuando lo hace, suele entrar luego de dos golpes, y tampoco podía ser alguien del departamento, todos habían salido de la oficina hace unos 20 minutos.
—Adelante —exclamó, cerrando la laptop una vez que esta se apagó por completo, metiéndola en la mochila.
Debido a que estaba de espaldas a la puerta no fue capaz de mirar quien lo visitaba a esa hora. Se giró una vez que escuchó la puerta cerrarse detrás del recién llegado, vaya sorpresa la que se llevó al encontrarse con Noppakao recargado en la puerta, con las manos entrelazadas y una sonrisa un tanto nerviosa.
Un escalofrío recorrió toda la espina dorsal de War, realmente no esperaba la visita del editor, porque aquella no era su área, Kao jamás pasaba a otras áreas que no sean la suya o presidencia. No ha tenido que lidiar con él a solas desde, bueno, desde hace varios días.
—Khun, ¿qué hace por aquí…?
—Creí que habíamos superado el Khun, Nong Wanarat —en su voz se escuchaba un suave tono juguetón—. Me parece que Phi suena mucho más lindo.
—Khun-
—Phi.
—Uh-… ok. Phi, ¿necesita algo? Estoy de salida.
—Perfecto, te llevo a tu departamento —exclamó, dando media vuelta para salir de la oficina.
Pronto War sintió pánico. ¿Escuchó bien o es su lado omega jugándole una broma?
—¿Qué? ¡No, Phi! —apresuró su paso para detener a Kao, jalando de la manga del traje ajeno—. No es necesario, en serio.
—War —el tono que Noppakao empleaba era realmente serio, y no era lo único, su mirada era una clara señal que no esta dispuesto a recibir un “no” en respuesta—. No pienso dejarte ir a ningún lado, podemos hablar camino a tu casa si eso te hace sentir más cómodo, pero en serio no te vas a librar de mí.
El diseñador miró detenidamente al editor, sus ojos analizaron ese atractivo rostro, se atrevió a sostener le la mirada por una cantidad de segundos bastante significativa, hasta que por su cabeza llegó el recuerdo borroso del beso que le robó cuando se encontraba ebrio.
Apartó la mirada y sus mejillas se sonrojaron,
Desearía que Kao no fuera tan insistente, de ser así, War podría negarse nuevamente e irse solo en autobús, como es costumbre.
Pero…
—Preferiría que habláramos llegando a mi casa, no quiero que el viaje se vuelva incómodo.
—¿Me invitarás a subir?
Wanarat calló por un segundo. La sonrisa de Kao era enorme.
—Hablaremos en el estacionamiento —tajó.
Kao se rio.
—Me parece bien —se hizo a un costado, dejando el camino libre—. ¿Vamos?
War espera no arrepentirse de sus decisiones con respecto a Kao.