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El piso 93 es el piso de espejos y cristales.
Hay un parecido entre los espejos y las puertas, mostrando no solo reflejos si no realidades, saltando de un lado a otro, abriendo. Los cristales por otro lado... son medio para un fin, un espectro de lo que es y no es, brillante, resplandeciente, afilado.
Pero Khun Aguero Agnis no lo vio, no quiso verlo, no hasta que los gritos resonaron, los cañones estallaron, no hasta que el pánico lo ahogó, porque no había donde correr, donde huir, e incluso entonces seguía sin ver los espejos que se erguían, las verdades que mostraban, porque su tesoro se estaba perdiendo, robado porque no lo escondió lo suficientemente bien, porque no lo protegió adecuadamente.
Y luego vino la espada, la sangre, el poder, destellos, dolor, dolor, tanto dolor, una grieta, y cuando lo soltó no había nada, nada para destruir, nada para ganar, nada para continuar.
El vacío.
El piso 93 es el piso de los espejos de verdades, los cristales destellantes, el piso donde los ejércitos se enfrentaron, donde un dios estaba luchando, también donde entre el caos y la desesperación, después de tantos años, el abismo se abrió.
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In the middle of the prison of white light, while the music plays the sky changes and the flowers shine, under the glare of the sky the golden light bathes the young man inside, a cracked piece that is about to break, before leaving.
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En mitad de la prisión de luz blanca, mientras la música suena el cielo cambia y las flores resplandecen, bajo el resplandor del cielo la luz dorada baña al joven dentro, una pieza agrietada que está por romperse, antes de salir.
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The 93rd floor is the mirror and glass floor.
There is a resemblance between the mirrors and the doors, showing not only reflections but realities, jumping from one side to the other, opening. Crystals on the other hand ... are means to an end, a spectrum of what is and is not, bright, resplendent, sharp.
But Khun Aguero Agnis did not see him, he did not want to see him, not until the screams echoed, the cannons exploded, not until the panic drowned him, because there was nowhere to run, where to flee, and even then he still did not see the mirrors that were they stood, the truths that they showed, because their treasure was being lost, stolen because they did not hide it well enough, because they did not protect it adequately.
And then came the sword, the blood, the power, flashes, pain, pain, so much pain, a crack, and when he released it there was nothing, nothing to destroy, nothing to gain, nothing to continue.
The vacuum.
The 93rd floor is the floor of the mirrors of truths, the sparkling crystals, the floor where armies clashed, where a god was fighting, also where between chaos and despair, after so many years, the abyss opened.